La trágica muerte de Álvaro Prieto ha estado rodeada de incógnitas que poco a poco se van esclareciendo. La autopsia reveló que el joven, que desapareció en Sevilla durante la mañana del pasado 12 de octubre, murió electrocutado por una descarga de 3.500 voltios tras subirse al techo del tren en el que apareció sin vida. Sin embargo, aún faltaba por conocerse cómo alcanzó la parte superior del vehículo ferroviario.
A esta pregunta intentó darle respuesta anoche ‘Código 10’, el programa de sucesos e investigación que emite Cuatro en su horario estelar. Nacho Abad, presentador del espacio, descartó en exclusiva la posibilidad de que Álvaro saltara desde un puente situado en la zona: «Ha quedado confirmadísimo. No saltó desde el puente». El tren en el que apareció el cordobés es el S449, mientras que el situado bajo el puente se trata del S599: «No va a saltar de tren a tren, es imposible».
«Sube exactamente por el hueco entre coches», afirmó el periodista, haciendo mención al trabajo realizado en las últimas horas por la policía científica: «Utilizan unos polvos para revelar huellas en los laterales entre coches, en la cara interna. Han encontrado huellas de manos ascendentes, las de Álvaro Prieto». «Fue ascendiendo con los manos y la policía ha conseguido desvelar ese dato», compartió Abad.
David Aleman apuntó que, tras subir al techo, cayó al hueco entre los vagones después de «tocar algo» y recibir la descarga eléctrica que acabó con su vida, la cual habría entrado por su mano izquierda: «Los drones que sobrevolaron la zona los días anteriores a encontrar el cuerpo volaron precisamente por allí, y no lo vieron. Es decir, que el cuerpo ya estaba introducido desde el principio en esa zona».
Tras el trágico desenlace del joven, su familia se prepara para darle el último adiós en la más estricta intimidad, tal y como han expresado a través de un comunicado en el que también agradecen las muestras de apoyo y de cariño que han recibido en unos momentos tan complicados: «Expresamos nuestro profundo deseo de velar y despedir a nuestro hijo en la más estricta intimidad».