Las negociaciones entre Venezuela y Estados Unidos tendientes a aliviar las sanciones económicas contra Caracas a cambio de generar mejores condiciones para la realización de las elecciones presidenciales de 2024 tuvieron en Barbados su primer efecto concreto. El Gobierno de Nicolás Maduro y la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) suscribieron en Bridgetown un «acuerdo parcial sobre la promoción de derechos políticos y garantías electorales para todos«, con miras a las elecciones del año venidero.
«En cualquier circunstancia siempre hemos buscado el diálogo, no ha sido fácil este camino, pero gracias a la conciencia y la fuerza de nuestro oueblo heroico, poco a poco vamos saliendo adelante», dijo Maduro a través de su cuenta en la red social X. Con este entendimiento, añadió, «estamos dando el primer paso para el levantamiento pleno de todas las sanciones, la recuperación progresiva del bienestar social, el crecimiento económico, la consolidación de la Paz y la democracia, en el marco de la soberanía plena y la independencia nacional».
El jefe de la PUD, Gerardo Blyde, también expresó su satisfacción por el paso dado, apenas cinco días antes de las primarias opositoras de las que debe surgir el candidato común para enfrentar a Maduro. «Hoy podemos anunciar que esa paciencia y esa lucha constantes, tanto de los venezolanos como de nuestros aliados de la comunidad internacional, ha dado un primer paso que traza una ruta para desarrollar el proceso electoral con garantías concretas y lograr así el cambio político«.
Los documentos que sellan este entendimiento fueron a su vez suscritos por una veintena de miembros de las partes negociadoras, en presencia del ministro de Exteriores de Barbados, Jerome Walcott, y de representantes de Noruega, país facilitador de las negociaciones, y Países Bajos, Rusia, México, Brasil y Colombia. Este último país, fronterizo con Venezuela, y donde viven casi dos millones de migrantes, jugó un papel crucial en este acercamiento.
Los puntos pactados
Las partes acordaron actualizar, auditar y depurar el registro electoral, con jornadas especiales para promover la inscripción de nuevos votantes en todo el país y en el extranjero. Se comprometieron al contribuir a un clima político y social que favorezca el desarrollo pacífico de los comicios «sin presiones externas». El madurismo y la PUD coincidieron en rechazar cualquier forma de violencia en el ejercicio político y promover la seguridad y libertad de circulación a todos los candidatos presidenciales. El Palacio de Miraflores y la oposición «reconocen y respetan el derecho de cada actor político de seleccionar su candidato para las elecciones presidenciales de manera libre y conforme a sus mecanismos internos, atendiendo a lo establecido en la Constitución y la ley».
A su vez, reafirmaron el derecho de los actores políticos a disponer de mecanismos de financiación trasparentes y se comprometieron a promover un equilibrio en los medios de comunicación públicos y privados durante la campaña electoral.
También se suscribió un documento conjunto que hace referencia a los «derechos históricos» de Venezuela sobre el territorio Esequibo, en disputa con Guyana, defender la propiedad de Citgo Petroleum, la empresa venezolana refinadora de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes y petroquímicos que opera en Estados Unidos y que, según Maduro, fue «secuestrada» por la administración Trump en 2019 para favorecer el intento de desplazarlo del poder. Gobierno y oposición expresaron su voluntad de recuperar el dinero congelado en bancos extranjeros desde hace cuatro años, cuando el diputado Juan Guaidó se autoproclamó “presidente encargado” con el patrocinio del líder republicano. El mediador noruego Dag Nylander remarcó al respecto de que el acuerdo para la «protección de los intereses vitales de la nación» tiene como propósito «preservar los activos en el exterior así como defender la soberanía nacional».
Sinceramiento de las conversaciones
El Palacio de Miraflores informó este mismo martes lo que todos los analistas sabían con distinto grado de detalles: durante este año ha mantenido negociaciones con representantes de Joe Biden con el fin de que sean levantadas las sanciones económicas de Washington y la UE que, según Maduro, son la principal causa del desastre económico en ese país. Esas tratativas, junto a las llevadas a cabo con la oposición, buscan «sanar las heridas sociales causadas por la ilegitima agresión económica«. Con los acuerdos de Barbados, añade Gobierno, «Venezuela da un paso más en el camino para acabar con las criminales medidas coercitivas unilaterales adoptadas contra nuestro pueblo, y la recuperación del estado de bienestar alcanzado por la revolución bolivariana».
El tímido deshielo entre Washington y Caracas ha obedecido especialmente a las consecuencias en el mercado internacional del crudo de la invasión rusa a Ucrania. La condición de Venezuela de gran exportador abrió la puerta para una activa participación e Chevron en ese país, con la autorización previa de EE.UU.