Perder la condición de máximo candidato a subir a Primera División, simplemente por no proceder de la élite, es, en ocasiones, injusto. Y más, en una categoría donde los favoritismos son mínimos y, a veces, inexistentes. El Levante ya no es el mejor posicionado para competir entre los mejores en el panorama nacional, pero, por condiciones, actitud y ambición no será. Lo demuestra de manera constante. A veces con más o con menos suerte, pero siempre desde el convencimiento. En Orriols ya no existe el drama. Tampoco hay rastro de la sangre derramada ante el Alavés, donde la tristeza fue un estado de ánimo que ya no aparece en las profundidades del Ciutat.

Después de vencer contra el Racing de Ferrol (1-0), el Levante, sin hacer ruido y dando pasos corto, avanza con la ilusión de no ver al más allá. De vivir el momento. No obstante, es inevitable soñar. Pensar en grande. Creer en, por qué no, ascender. Una palabra cuya emisión está prohibida en el Levante, pero que, después de empatar a puntos con la segunda posición, es la ilusión de una afición que vive enamorada de su equipo.

Nuevamente, el horario importó lo más mínimo en el barrio de Orriols. El Levante en general, pero este Levante en particular, engancha. La tendencia del equipo cotiza al alza, y pese a que el Racing de Ferrol se postuló como un rival difícil, fue con todo a por un triunfo que se empezó a complicar. No por las virtudes de un contrincante que jugó de tú a tú, sino por los obstáculos que el equipo de Javi Calleja tuvo que bordear para alcanzar la cima de la victoria. Hubieron muchas ganas de ver a la pareja atacante formada por Bouldini y Fabrício. Ambos son los hombres del momento y, en los primeros compases del partido, se buscaron de manera constante. Sin embargo, el ‘12’, recuperado a tiempo para la cita, recayó de las molestias que le impidieron finalizar el duelo contra el Albacete.

Bouldini disfrutó de dos buenas oportunidades para abrir el marcador JM LÓPEZ


Pese a ello, los pupilos dirigidos por Javi Calleja, que fueron de menos a más frente a un Ferrol que, con balón, actuó siempre con decisión, gozaron de oportunidades para transformar su dominio sobre el verde en una ventaja en el marcador. Antes de que Bouldini quisiera impresionar a los presentes en Orriols, el punta, en un mano a mano, se topó con un Cantero que, además de impedirle el gol al ‘12’, reaccionó de manera notable al rechace lanzado por Dani Gómez. Pese a ello, fue la única vez que el Levante disparó entre los tres palos durante la primera mitad, a costa de un Racing de Ferrol que, al filo del descanso, probó a Andrés Fernández con un cabezazo de Álvaro Giménez.

El guion del encuentro tuvo semejanzas con el del Villarreal B. Al equipo, independientemente de las bajas que sufrió en el primer asalto, le costó materializar ocasiones, por lo que el paso por los vestuarios sirvió para mover piezas y modificar el dibujo. Agotadas dos ventanas de cambios, Javi Calleja dio entrada a Clemente y a Iván Romero, y prácticamente de forma inmediata, el Levante se puso por delante en el marcador. Sergio Lozano recuperó en la medular y habilitó a un Dani Gómez que, dándola atrás, encontró a un Bouldini que, con un fuerte disparo, batió a Cantero. Sin embargo, el ‘9’, en su arrancada, recibió el cuero en fuera de juego.

Entrando en el verde sustituyendo a Fabrício, Dani Gómez no tuvo una noche sencilla en el Ciutat. Su templanza con balón y tardanza para distribuir el juego, ya sea por buscar la mejor opción o por avanzar hacia portería, desquició a la grada granota. Siempre que poseía el esférico, sonaba música de viento de fondo. Los reproches del público, no obstante, le hicieron quererla más, proponer más y buscar con más ahínco la portería rival. 

Oriol Rey durante el Levante – Racing de Ferrol JM LÓPEZ


Ya sea por cabezonería o por insistencia, el premio del gol aterrizó en las botas del ‘9’, quien tras encarar desde la esquina del área a Jon García, la cruzó para colocar el primero en el luminoso. Sin embargo, su celebración, poniéndose la mano en la oreja, no gustó del todo a una afición que le recriminó el gesto con más pitos que aplausos, aunque, una vez fue sustituido, la gente reconoció su trabajo y coreó su nombre. Su tanto, pese a todo, fortalecerá a un delantero que, poco a poco, se está reivindicando.

Desde entonces, el Levante se preocupó de que nada sucediese pese a que el Racing de Ferrol dio un paso al frente. Heber, a quince minutos del final, envió un balón que Losada, con la tibia, mandó fuera por pocos centímetros. Fue momento de conservar los tres puntos, de acariciarlos y de valorarlos. Cada unidad, en una categoría de plata tan competitiva e igualada, es oro. Y el Levante, que ya le pisa los talones al ascenso directo, quiere acumular los máximos posibles desde la ilusión de volver a ser de Primera División.

Dani Gómez celebra su gol al Racing de Ferrol JM LÓPEZ