Las aguas dentro del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) están lejos de calmarse. Algunas de las unidades de los cuerpos de seguridad que lo integran, Policía Nacional y Guardia Civil, no están nada contentas con el general al mando, Manuel Navarrete. Unos por el aumento de mandos de la Benemérita, y otros porque temen quedarse sin competencias al pedir que los Comité de Defensa de la República (CDR) no sean considerados terroristas.
El uniformado de la Benemérita fue el encargado de enviar hace unas semanas una carta a la directora de Europol, Catherine De Bolle. En la misiva pedía que se eliminase del informe Situación y tendencias del terrorismo en la Unión Europea a los CDR de la lista de organizaciones terroristas. En el CITCO hay quienes han visto en este movimiento «servilismo político»por parte del general al considerarse un peaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para ser envestido de nuevo con los votos de los independentistas catalanes.
Navarrete llegó al CITCO en 2020 de la mano del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que se había decantado porque fuese un agente de la Guardia Civil quien coordinase el Centro, en detrimento de un Comisario de Policía como venía haciendo desde su creación. Venía precisamente de Europol. Sus logros en el continente le valieron la confianza del nuevo equipo de Gobierno para liderar un organismo crítico para la seguridad del Estado, tanto en la persecución del terrorismo como del crimen organizado.
Al llegar, en materia de lucha contra bandas terroristas, encontró dos grandes campos: el yihadismo y las nuevas organizaciones en Cataluña. Con ETA disuelta pocos años antes, pero sin actividad armada desde 2011, los grupos que surgieron al cobijo del procés centraban la preocupación de los agentes de Información que llevan asuntos nacionales.
Navarrete decidió encargar la investigación de los CDR a la Unidad Central Especializada 1 (UCE-1), un grupo de élite de la Guardia Civil con amplia experiencia en materia de información en el terrorismo vasco. Fue este grupo, entre otros agentes de inteligencia o de la UCE-3, quien llevó la investigación de la Operación Judas. En ella, coordianda por la Audiencia Nacional, se detuvo a nueve personas consideradas peligrosas por pretender llevar a cabo acciones violentas para conseguir mla independiencia de Cataluña.
Ahora, con la petición de eliminar a los CDR de la lista de grupos terroristas de la Europol, los agentes temen quedarse sin competencias activas por parte del órgano de coordinación. Su salida del organismo está descartada, ya que en este área se recibe, analiza y comparte información de gran relevancia y el papel de los agentes de Información es fundamental.
En este caso llama la atención que son guardias civiles quienes muestran su enfado con un general de su mismo Cuerpo. Pero también hay agentes de la Policía Nacional molestos con la forma de dirigir el CITCO de Manuel Navarrete.
Enfado en los policías
Como ya contó este periódico, el general ha copado de uniformes verder los puestos de mando, produciendo que que agentes del Instituto Armado den órdenes a sus compañeros de la Policía Nacional de mayor escalafón. «Hay tenientes mandando a comisarios», señalan las fuentes consultadas.
El aumento de mandos de la Guardia Civil se da en todas las áreas del CITCO, desde la lucha antiterrorista a la persecución de bandas organizadas. Las fricciones en aquellos organismos donde los dos cuerpos comparten competencias no es nuevo en el Ministerio del Interior, pero en esta ocasión «hay problemas de acceso a la información» entre ambos. Los policías critican que haya apartados a los que no se les da entrada porque no se les comunica.
La llegada de Fernando Grande-Marlaska al Ministerio del Interior provocó un cambio de manos en varios puestos clave. El primero fue el nombramiento del comisario José Antonio Rodríguez como director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad. Este cargo pasaba así a manos de un policía, cuando el responsable había sido tradicionalmente un agente de la Guardia Civil.
Así, el CITCO entró dentro de ese nuevo reparto de responsabilidades para intentar equilibrar el reparto. Hasta la llegada de Marlaska y desde su formación en 2014, fue dirigido por el comisario José Luis Olivera. En el primer Gobierno de Pedro Sánchez, la dirección del Centro pasó a manos de la Guardia Civil. Desde entonces lo han capitaneado tres uniformados, siendo Navarrete el último.