En las últimas semanas, los mercados han experimentado movimientos más bruscos de lo habitual, especialmente en los mercados de renta fija, generando titulares que aumentan las especulaciones sobre futuras cotizaciones.
A esto se ha sumado la incertidumbre generada por el estallido de un nuevo conflicto bélico en Oriente Medio entre Israel y Palestina. La reacción inicial de los inversores ha seguido un patrón típico en tiempos de guerra: una mayor aversión al riesgo y un aumento significativo en los precios de las materias primas.
Esto ha generado una mayor volatilidad que probablemente persistirá durante unos días o, como máximo, unas dos semanas, hasta que el mercado refleje plenamente el nuevo escenario. Este último dependerá de la intensidad prevista del conflicto, es decir, de la percepción de los inversores sobre su duración y su alcance geográfico, explica Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre Inversión.
«A la espera de que esto se produzca, sí podemos afirmar ya que este conflicto va a ser inflacionista, porque, las guerras, más allá de la tragedia humana que provocan, siempre meten presión sobre los precios«, explica este experto.
En cualquier caso, Matellán añade que «lo más recomendable es que los gestores adoptemos una posición de ‘esperar y ver’«, ya que los inversores sólidos deben reaccionar de manera reposada, sin dejarse llevar por los titulares de corto plazo.
En su opinión, el conflicto en Oriente Medio refuerza la posición de los bancos centrales, que abogan por mantener tipos de interés más altos durante más tiempo. Sin embargo, esto se refiere principalmente a una revisión al alza de las expectativas del mercado, en lugar de tasas mucho más altas de lo que estamos viendo actualmente.
Las tasas de interés ya se encuentran en niveles que ofrecen oportunidades atractivas para los gestores de renta fija. Además, la reducción de liquidez realizada por los bancos centrales como parte de su estrategia para combatir la inflación ha contribuido a la caída de las bolsas. En este contexto, las implicaciones económicas y financieras del conflicto en Israel merecen un examen más profundo y se suman a la actual reducción de liquidez, considera Matellán.
Y aunque la situación actual exige «prudencia en los mercados«, este experto considera que «no exige reajustes significativos de carteras ni cuesta grandes sustos«.
«Al contrario«, concluye, «supone acercar la situación de los mercados a otra más coherente con la situación económica, que exige más prudencia de la que los inversores parecían tener hace tan sólo un par de meses«.