Estos hombres tratan de salvar la vida de un adolescente, atrapado bajo los escombros en el centro de la Franja de Gaza. Los bombardeos israelíes golpean a civiles y el trasiego de ambulancias es incesante a unos hospitales que se encuentran desbordados. La ONU pide que se permita la entrada de suministros médicos vitales y la salida inmediata de los más vulnerables.

Las morgues también están al límite. Por ello se están empezando a guardar los cuerpos de las víctimas en estos camiones de helados, según muestran las imágenes difundidas en redes por un fotoperiodista palestino.

La violencia por ambas partes no cesa, los cohetes de Hamás han alcanzado esta casa en Sderot, ciudad en la que, según medios israelíes, el Gobierno ha empezado a evacuar a la población ante la inminente ofensiva terrestre contra el grupo terrorista. Una operación que Israel asegura que no va a comenzar hasta que hayan evacuado a toda la población civil palestina.

«Los gazatíes no se irán, no emigrarán hagan lo que hagan los criminales», asegura el líder de Hamás.

El Ejército de Israel apunta a la posible responsabilidad del grupo terrorista en el bombardeo al convoy que viajaba hacia el sur. «¿Quién querría parar a esos civiles? La misma organización que corta las carreteras», dice este portavoz militar, asegurando que la zona atacada no era un objetivo de sus tropas.