El 25% de la población padece hígado graso no alcohólico, según los datos que maneja la Fundación Española del Aparato Digestivo. De hecho, esta patología hepática es la más habitual. Y lo que es más preocupante, entre un 30-80% de la población infantil con exceso de peso presenta esta patología

El hígado graso no alcohólico es una enfermedad que se produce debido a la acumulación de grasa en el hígado, provocada por:

  • Hábitos alimenticios poco saludables
  • Un estilo de vida sedentario. 

Lo peor de esta enfermedad es que no produce ningún síntoma a quien la padece, lo que hace que su diagnóstico pueda retrasarse.

Además, si no se aborda adecuadamente, puede evolucionar a problemas más graves, como:

  • Inflamación del hígado o esteatosis
  • O la fibrosis hepática. 

Esta es una representación de un hombre que sufre de hígado graso en comparación con un hígado sano. Imagen: https://www.myupchar.com/en


Mejor microbiota intestinal, menor daño hepático

Estas complicaciones derivadas del hígado graso no alcohólico pueden tener un impacto significativo en la salud, por lo que es esencial buscar tratamientos efectivos. El problema es que, hasta el momento, no se ha encontrado un tratamiento que cure la enfermedad.

Por eso, el objetivo principal de los expertos en digestivo es controlar los factores de riesgo (obesidad, diabetes tipo 2, hiperlipemia o síndrome metabólico, entre otros) a través de hábitos de vida saludables, entre ellos la dieta.

Como explica el doctor Francisco Tinahones, director de la Unidad Clínica de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria y director científico de IBIMA:

  • «La enfermedad del hígado graso no alcohólico es una de las enfermedades hepáticas más prevalentes y está relacionada directamente con el estilo de vida·
  • Es una enfermedad asintomática en sus primeros estadios, y la falta de marcadores no invasivos hace que cuando se diagnostica, se encuentra en una situación avanzada, por lo que son necesarios nuevos biomarcadores para su detección precoz, y la microbiota intestinal podría ayudar”.

Dieta mediterránea es esencial para reducir bacterias intestinales no deseadas.


En esta línea, varios equipos del estudio PREDIMED-Plus sobre dieta Mediterránea y del Centro de Investigación Biomédica en Red CIBER han llevado a cabo un trabajo pionero para comprender mejor la relación entre la dieta mediterránea, el microbioma intestinal y el hígado graso no alcohólico

Los resultados revelaron:

  1. Cambios significativos en el microbioma intestinal en aquellos participantes que experimentaron mejoras más marcadas en los marcadores del hígado graso no alcohólico.
  2. En concreto, los participantes en el estudio sobre los que tenía una menor sospecha de afectación hepática mostraron mayor cantidad de ciertas bacterias beneficiosas, en comparación con aquellos con mayor grado de daño hepático.

Para llegar a esta conclusión, se evaluó a 297 participantes agrupados en tres grupos en función de cómo cambiaron los marcadores bioquímicos relacionados con el hígado graso no alcohólico durante un año de intervención con dieta mediterránea.

Cuidar la microbiota intestinal nos protege del hígado graso no alcohólico unsplash


Dieta mediterránea para reducir bacterias intestinales no deseadas

Además, de la relación entre la mejora de la microbiota intestinal y la menor afectación hepática, este estudio ha permitido observar otros cambios interesantes. Por ejemplo:

  • Aquellos participantes que experimentaron una mejora significativa de índices bioquímicos relacionados con la salud metabólica del hígado y una mejor respuesta a la dieta Mediterránea, también mostraron una reducción de bacterias relacionadas con procesos inflamatorios y un aumento de bacterias involucradas en la producción de ácidos grasos de cadena corta, los cuales tienen múltiples beneficios, entre ellos, mantener la salud intestinal y reducir el riesgo de enfermedades.

Como declara la doctora Isabel Moreno Indias:

“Cada vez hay más evidencias que sitúan a la microbiota intestinal como un factor clave para la salud metabólica y más en relación con la dieta, por lo que estos estudios son muy necesarios”.

Y a su vez, las doctoras Ana María Gómez Pérez y Patricia Ruiz Limón, primeras firmantes del artículo, apuntan sobre “la importancia de aumentar la adherencia a la dieta mediterránea como un elemento clave en la lucha contra las enfermedades relacionadas con la obesidad”. 

Este tipo de descubrimientos vuelven a resaltar la gran relevancia que tiene adoptar un estilo de vida saludable, y en particular, del potencial beneficioso que tiene para nuestra salud el seguir una dieta mediterránea equilibrada.

En este caso, nos ayudará a prevenir el Hígado Graso No Alcohólico y un gran abanico de enfermedades y problemas de salud asociados.