La FAO, el organismo de la ONU que se encarga de las cosechas agrarias y de los alimentos, advierte en su informe de precios del mes de septiembre sobre cómo están aumentando, a nivel mundial, los precios del azúcar. De hecho, en el último año, este ingrediente básico en la industria alimentaria, se ha encarecido un 48,3% en los mercados internacionales, llegando a los 162,7 puntos, algo que no ocurría desde noviembre de 2010. En España, desde septiembre de 2022 su precio ha subido un 40,5%. Así las cosas, ¿podría pasar a ser el azúcar un nuevo factor de inflación, como está siendo desde hace ya unos meses el aceite de oliva?
1. ¿Qué ha provocado la subida de precios?
Las causas del aumento global de precios del azúcar, apunta el Índice de Precios de los Alimentos de la FAO (siglas en inglés de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), se encuentran, por una parte, en las malas cosechas que ha habido en países productores como Tailandia y la India por culpa del fenómeno meteorológico de El Niño, y, por otra, en el aumento de costes de producción que ha generado el alza de precios del petróleo. El Niño, que este año se dio por oficialmente iniciado en junio pasado, es un ciclo meteorológico que se repite en el planeta con una frecuencia variable de entre dos y siete años. Con su llegada aumentan las temporadas de lluvias en América del Norte y del Sur y, en contrapartida, provoca que el sur de Asia y Australia, normalmente lluviosos, se vuelvan anormalmente secos y sufran periodos de sequía.
El aumento de precios, señalan los expertos de la FAO, podría haberse disparado aún más si Brasil, el mayor productor de caña de azúcar del mundo, no hubiera amortiguado el efecto. El país sudamericano, que se encuentra ahora en plena cosecha (con una previsión de aumento del 6,9% respecto al año pasado), ha tenido una meteorología favorable, a diferencia de lo ocurrido en el sudeste asiático. Eso, sumado al debilitamiento de su moneda, el real, frente al dólar de los Estados Unidos, ha hecho contener el aumento intermensual de los precios mundiales del azúcar.
2. ¿Cómo han evolucionado los precios en los últimos años?
El índice de precios del azúcar se situó en septiembre en un promedio de 162,7 puntos, esto es 14,5 puntos (un 9,8%) más que el mes anterior y 53 más que en septiembre de 2022 (un 48,3% más). Son cifras, subraya el documento, que no se alcanzaban desde hace 13 años, cuando también las condiciones climáticas fueron poco propicias en los países cultivadores y, además, se produjo cierto repunte en la demanda del producto en países no productores y que, por tanto, tuvieron que importar. Ya entonces, se consideró que 2010 había sido el año con precios del azúcar más volátil de las tres décadas anteriores.
También el mercado español está notando ya la escalada internacional de precios. Aquí, el azúcar ha subido en el último año un 40,5% según el último dato del IPC, que, no obstante, sitúa el aumento entre agosto y septiembre en un 0,4%, de lo que se concluye que las subidas que se están viendo en el ámbito internacional todavía no habrían tenido traslado a España. En la actualidad, el kilo de azúcar blanco tiene un precio de venta al público en los supermercados más populares de 1,45 euros, cuando hace dos años el promedio era de 0,97.
3. ¿Qué productos salen más perjudicados?
A diferencia del aceite de oliva, que tiene un alto consumo doméstico en España y, por tanto, afecta directamente al pequeño comprador, el azúcar es un ingrediente muy utilizado en la industria agroalimentaria tanto en conservas, productos lácteos, bollería y galletas o bebidas. El azúcar interviene tanto en la elaboración, la transformación y la preparación de estos alimentos como en su conservación y envasado. La subida de precios afecta, pues, tanto a las bebidas azucaradas como a la repostería, pasando por las salsas de tomate, los yogures, los cereales para el desayuno o, incluso, las papillas infantiles, por ejemplo.
4. ¿Qué alternativas tiene el consumidor?
Como edulcorante, existen en el mercado varias opciones que sustituyen al azúcar y que, además, son más saludables. Empezando por la estevia, que se obtiene de la planta del mismo nombre, al xilitol, que se extrae del maíz o de la madera de abedul y se encuentra en muchas frutas y vegetales. Están también, por supuesto, la miel, la melaza y el jarabe de arce, todos ellos de origen natural y también recomendados por médicos y nutricionistas.
Para la industria, una de las opciones al azúcar procedente de caña es el elaborado a partir de la remolacha, una industria con larga tradición en España, pero que tiene difícil competencia con el producto de importación.