El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se reunirá este viernes con las delegaciones de Junts per Catalunya (Junts) y Euskal Herria Bildu (EH Bildu) en el marco de la ronda de contactos que está manteniendo con los grupos parlamentarios para intentar lograr su investidura. Estos encuentros se producen después de que Sánchez haya recibido el aval de los sindicatos UGT y CC OO a su política de distensión en Cataluña con una amnistía para los líderes del procés, y de que haya conversado con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y con el líder de ERC, Oriol Junqueras.
Para ser más precisos, Sánchez ha confirmado que concluirá este viernes su primera ronda de contactos con vistas a su investidura recibiendo a Junts, cuyo voto es clave para su continuidad en La Moncloa, y reuniéndose por primera vez con una representación de Bildu, en este caso sus portavoces en el Congreso, Mertxe Aizpurua, y en el Senado, Gorka Elejabarrieta.
Sánchez necesita el apoyo o la abstención de al menos 176 diputados para ser investido presidente del Gobierno en primera votación, o de más síes que noes en segunda votación. Tras el acuerdo alcanzado con Unidas Podemos para reeditar la coalición progresista, Sánchez cuenta con 155 votos a favor, por lo que necesita sumar al menos 21 más. Para ello, busca el respaldo de los partidos nacionalistas e independentistas, entre los que se encuentran Junts y EH Bildu, que suman 13 escaños en el Congreso.
Las exigencias de Junts y EH Bildu
Junts, el partido liderado por el expresidente catalán Carles Puigdemont, que reside en Bélgica tras huir de la justicia española, ha condicionado su apoyo a Sánchez a que reconozca el derecho a la autodeterminación de Cataluña y a que impulse una mesa de diálogo entre gobiernos sin vetos ni líneas rojas. Además, ha exigido que se retiren las acusaciones contra los dirigentes independentistas procesados por el Tribunal Supremo y que se ponga fin a la «represión» judicial y policial contra el movimiento soberanista.
EH Bildu, la coalición de partidos de izquierda abertzale e independentista vasca, ha planteado a Sánchez una agenda social y democrática que incluye medidas como la derogación de las reformas laboral y de pensiones, la subida del salario mínimo interprofesional, la defensa del sector público y la reversión de los recortes. Asimismo, ha reclamado el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo vasco, el fin de la dispersión de los presos de ETA, el desmantelamiento del régimen foral navarro y la oficialidad del euskera en la Unión Europea.
Sánchez ha manifestado su disposición a dialogar con todas las fuerzas políticas dentro del marco constitucional y estatutario, y ha defendido su propuesta de amnistía como una medida de «generosidad» y «política» para superar el «problema» catalán. Sin embargo, ha encontrado una fuerte oposición por parte del PP y Vox, que han acusado al presidente en funciones de «traicionar» a España y a los españoles al pactar con los «enemigos» de la nación. Ambos partidos han anunciado que recurrirán la posible amnistía al Tribunal Constitucional y han convocado movilizaciones en las calles para protestar contra el Gobierno «ilegítimo» y «anticonstitucional» de Sánchez.
En este sentido, ha afirmado que no descarta reunirse con el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, quien se encuentra huido de la justicia española en Bélgica. «No tengo ningún problema en hablar con él, siempre que sea dentro de la ley y el respeto a la Constitución», ha dicho Sánchez. Además, en este punto, ha diferenciado entre ERC y Junts, subrayando que con los primeros llevan trabajando cinco años.
Sánchez retoma la ronda de contactos tras la pausa por la Cumbre de Granada
El pasado 3 de octubre, cuando el rey Felipe VI le designó como candidato a la Presidencia, Sánchez anunció que protagonizaría una primera toma de contacto con todos los portavoces de los partidos representados en la Cámara Baja, salvo Vox, tercer grupo por número de diputados. Y al día siguiente comenzó citándose con su vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz.
La Cumbre Europea celebrada en Granada le obligó a pausar la ronda durante dos días pero esta semana continuó sus encuentros el lunes con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que siguieron el martes los portavoces del PNV, Aitor Esteban, y de BNG, Néstor Rego, y el miércoles los de ERC (Gabriel Rufián), CC (Cristina Valido) y UPN (Alberto Catalán).
La fecha del pleno de investidura la anunciará la presidenta del Congreso, Francina Armengol, cuando el candidato tenga asegurados los votos suficientes. La Constitución establece un plazo de dos meses para elegir a un presidente del Gobierno desde la primera votación de investidura. Si el 27 de noviembre no se ha logrado, se convocarán automáticamente nuevas elecciones, que se celebrarían el 14 de enero de 2024.