La oficialidad del catalán en Europa depende de la presión que consiga hacer el Gobierno y de la voluntad final de los países miembros de la UE, pero la Generalitat no quiere que se diga que no hizo todo lo que pudo para contribuir a ello. Es por esto que en las últimas semanas ha iniciado una ofensiva a varios niveles para lograr convencer al resto de gabinetes europeos que ha llegado el momento de aceptar esta larga reivindicación catalana. En el Palau de la Generalitat hay la sensación que, igual no es un hora o nunca, pero sí que se trata de una oportunidad de oro.
Esta ofensiva tiene como mínimo tres patas: la primera, las reuniones que celebrarán los próximos días el ‘president’ Aragonès y la ‘consellera’ de Acción Exterior, Meritxell Serret, con embajadores -la ‘consellera’ se desplazará a Madrid- y con cónsules radicados en Barcelona. La segunda, los contactos que ha mantenido la delegación de la Generalitat en Bruselas con el resto de delegaciones permanentes ante la UE. Finalmente, el Govern ha hecho llegar a los ministerios de Asuntos Exteriores de los países europeos un informe argumentando por qué el catalán debería ser una más de las lenguas oficiales de este club de estados.
Este informe, al que ha tenido acceso El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica, apela a varias circunstancias. El primero es el peso demográfico de la lengua: tiene casi 10 millones de hablantes, lo que le sitúa en la misma franja de lenguas europeas plenamente oficiales como son el griego, el búlgaro, el croata o el danés. En consecuencia, tampoco se puede desdeñar su impacto social como por ejemplo que se impartan clases en más de «150 universidades del mundo» y que cuatro de las cinco webs más visitadas del planeta tenga una versión en esta lengua -Google, Youtube, Facebook i Twitter-.
En sus explicaciones, la Generalitat también da importancia a otra cuestión que preocupa a los Estados: el impacto en las arcas públicas y en la burocracia. Según cálculos del Govern, los servicios de traducción europeos ya gestionan 24 lenguas -en todas sus instituciones- lo que le generan un coste anual de 1.000 millones de euros, un 1% del presupuesto comunitario. Incluir una lengua más, sostienen desde la Generalitat, tendría un impacto menor.
Finalmente, el Govern quiere dejar claro que la oficialidad del catalán no es algo «coyuntural». Lo que preocupa a la Generalitat es que los estados europeos piensen que es tan solo un elemento más de la investidura de Pedro Sánchez y que, por lo tanto, no quieran entrar en este jardín al verlo como un tema de política interna. Aquí es donde la argumentación catalana también hace alguna apelación sentimental, como cuando dice que oficializar de esta lengua serviría «para corregir una grave anomalía histórica».
El próximo ‘match ball’
En todo este proceso también destaca cómo la Generalitat ha rebajado la crítica frontal que exhibió contra el Gobierno cuando el 19 de septiembre pasado se aplazó el que parecía ser el primer ‘match ball’ para la oficialización. Si entonces se culpó con vehemencia a Pedro Sánchez -«Ha hecho el trabajo tarde y mal», dijo la portavoz Patrícia Plaja- ahora se reconocen algunos de los pasos dados. Sobre todo el hecho de que ya se pueda utilizar el catalán en el Congreso.
Precisamente, el ‘president’ Pere Aragonès ha hablado de la cuestión este jueves desde Bolonia en su segundo día de viaje oficial en esta ciudad. Des del rectorado de la universidad boloñesa, ha defendido que la Generalitat está «abocando todos sus esfuerzos a estas cuestión» para que «próximamente» pueda ser una realidad. También ha reconocido que el propio Gobierno ha hecho «avances significativos». La próxima cita importante será en el Consejo Europeo del 24 de octubre. Puede no ser la definitiva, pero el objetivo es mantener el tema en la agenda comunitaria hasta lograr el paso definitivo.
Campaña comunicativa
No todas los movimientos del Govern son de cara a las cancillerías europeas. La Generalitat también lleva realizando acciones comunicativas para un enfoque más global como cuando el ‘president’ publicó simultáneamente en 15 medios europeos un artículo sobre la cuestión. Fuentes de la Generalitat explican que en breve se presentará una campaña comunicativa sobre el tema dirigida a la opinión pública.
Que la oficialidad del catalán es una posibilidad real lo indica, asimismo, que ya hay varios actores políticos que se mueven tanto por conseguirlo como para recoger los frutos de una eventual victoria. No solo lo hace la Generalitat, sino que también se ha manifestado a favor el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Este miércoles fue el líder del PSC y jefe de la oposición en Catalunya, Salvador Illa, quien llevó el tema a Bruselas.