El terremoto por la publicación de la sexta entrega de Meriton Confidencial tuvo una de sus réplicas más importantes en el Ayuntamiento. Una sacudida tan fuerte que nos obligó a cambiar el ‘timing’ y adelantar el capítulo de la alianza internacional de las principales sociedades de Lim y la consultora KPMG. Una relación que se remonta a 2014 y que está en el origen de un posible conflicto de intereses con el concejal de grandes proyectos, Marí Olano, a la postre socio de la franquicia española de abogados y, todo sea dicho, en su derecho constitucional de dedicarse a la política siempre que no supere el 75 por ciento de su tiempo privado. En pleno debate político, y con el foco puesto cómo no en el convenio urbanístico, las explicaciones ayer del propio Olano mediante un comunicado es seguro que no van a salvar a la alcaldesa de que el resto de grupos políticos la interroguen en el Pleno de este viernes. Hacen bien.

Y Catalá, que ni mucho menos está cometiendo ningún delito, tiene que explicarlo. La situación es lo suficientemente límite como para hablar con luz y taquígrafos de un problema que ya no solo lo tiene ella. También, como víctima colateral, KPMG, una empresa de enorme prestigio y altos estándares éticos donde no saldrán a decir lo poco que les gusta el rol de su socio ni el desgaste que para su imagen está suponiendo el hecho de que se haya puesto ‘a jugar a los políticos’. Como la mujer del César, además de ser honestos hay que parecerlo y en este caso no puede haber dudas sobre a qué lado de la mesa se sienta un representante del Ayuntamiento de la tercera ciudad de España. Que no se le regale el convenio a Lim, algo para lo que se había puesto la directa, no es solo una cuestión legal, sino también ética. 

«Ya se sabía»

Las noticias siempre son malas noticias para alguien, lo que no exime de la obligación de darlas siempre que, como es el caso, sean ciertas. Más todavía si es por la sangría del Valencia CF. Meriton Confidencial continúa adelante, un trabajo coral que enaltecen más los pocos que lo critican (que si ya se sabía, que si no sé qué…). Ladran, luego cabalgamos.