Los informes de salud escolar que se realizan antes del inicio de cada ciclo formativo en la Comunitat Valenciana incluirán una valoración de la salud mental de los estudiantes para detectar posibles problemas. Además, se crearán equipos de psicólogos, que dependerán de los servicios de salud mental de cada departamento de salud, para prestar una orientación rápida a los docentes que soliciten una consulta.

Estas dos son las primeras medidas que se han acordado en la primera reunión de la comisión interdepartamental de coordinación de la salud mental de la Generalitat, a la que han asistido la vicepresidenta segunda y consellera de Servicios Sociales, Susana Camarero; el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, y el titular de Educación, José Antonio Rovira, y que coordinará el responsable de la Oficina de Salud Mental, el psiquiatra Bartolomé Pérez Gálvez.

Al respecto, Camarero ha explicado que en esta comisión las tres consellerias trabajarán de forma coordinada para abordar los problemas de salud mental desde tres ámbitos: prevención, atención y sensibilización social. «Tenemos que hacer más y mejor gestión, y desde una acción coordinada», ha reclamado, precisamente en el Día Mundial de la Salud Mental.

La Comunitat: la segunda de España con más trastornos depresivos

La Comunitat es, precisamente, la segunda de España con más problemas de trastornos depresivos y la primera por lo que respecta a los trastornos de adicciones que padecen los jóvenes, no solo por consumo de sustancias sino también por abuso de internet o redes sociales.

Bartolomé Pérez ha recalcado que en la actualidad «está absolutamente abandonada la detección y la prevención» y, por ello, los esfuerzos fundamentales se centrarán en «esta intervención inicial».

Marta Barrachina, junto a responsables de Adfem, en el Día Mundial de la Salud Mental. MEDITERRÁNEO


Barrachina pide más medios y Carrasco trabaja en un plan municipal

En Castellón, la presidenta de la Diputación, Marta Barrachina, ha acompañado a miembros de Afdem en una mesa informativa. «Reivindicaremos cuantas ayudas sean necesarias para incrementar la inversión en salud mental para ofrecer una atención digna y humanizada», ha dicho Barrachina.

Por su parte, la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, ha participado en el acto central de Afdem en el Día Mundial de la Salud Mental, al igual que la delegada del Consell en Castellón, Susana Fabregat; y ha reiterado su compromiso por impulsar «un plan para combatir el aumento de enfermedades desde edades tempranas». «Estamos trabajando para crear programas municipales, con mayor incidencia en centros educativos, con un espacio de asesoramiento al ciudadano», ha apuntado Carrasco, quien también ha reivindicado «más financiación para que los castellonenses reciban la atención que merecen».

Aerte y Fampa Castelló Penyagolosa

Han incidido también en la importancia de prestar más atención a la salud mental la Fampa Castelló Penyagolosa, recordando que el 7% de los alumnos de la Comunitat sufre acoso escolar; y el presidente de AERTE, José María Toro, que pide a la Conselleria «desbloquear el acceso al sistema de atención a salud mental tras el decreto aprobado en 2022 que recortó el tope de las ayudas».

Profesionales del Hospital Provincial de Castellón, donde está la unidad de salud mental de referencia. MEDITERRÁNEO


Más problemas en niños, con equipos insuficientes y falta de disciplina

El Colegio de Trabajadores Sociales de Castellón advierte del aumento de los problemas mentales en menores y de la falta de medios para atender el auge de casos. Dicen que los equipos de trabajadores sociales son «insuficientes». «Para las cuatro unidades de salud mental de adultos existentes en Castelló ciudad, solo existe la contratación de un profesional del trabajo social. La situación es indignante», dice Sandra Adell, trabajadora social y terapeuta familiar en la USMI del Hospital Provincial. Los expertos advierten que los rápidos cambios sociales de las últimas décadas han traído consigo «modelos de familia disfuncionales, con repartos de roles poco definidos y una falta de habilidades parentales para la disciplina, con una pandemia que ha pasado factura».