El precio del gas sigue disparado en Europa. Este martes, los futuros de gas natural TTF holandés suben un 11,369% en medio de interrupciones parciales de la producción y nuevos riesgos de huelgas, lo que ha reavivado los temores sobre el suministro.

En este sentido, el gasoducto submarino «Baltic Connector», situado entre Estonia y Finlandia a través del Mar Báltico, ha quedado temporalmente fuera de servicio debido a una sospecha de fuga.

«Basándonos en las observaciones, se sospechaba que el oleoducto marino entre Finlandia y Estonia tenía una fuga», ha dicho Gasgrid Finland, operador del sistema de gas finlandés, en un comunicado. «Las válvulas del oleoducto marino ahora están cerradas y así se detiene la fuga».

El operador finlandés no ha dado ninguna razón que explique la fuga y ha indicado que está investigando el incidente junto con Elering, operador estonio. Si la caída de presión detectada se debe a una fuga que ha causado daños en la tubería, los trabajos de reparación podrían tardar «al menos varios meses» dependiendo de la naturaleza del daño, según Gasgrid Finland.

No obstante, el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, ha avanzado que los daños causados tanto al gasoducto «Baltic Connector» como al cable de comunicación que conecta su país con Estonia son «el resultado de actividad externa«.

A ello también hay que añadirle el estallido de la guerra en Israel, que ha provocado que Chevron cierre temporalmente el suministro de gas natural desde el campo de Tamar.

«El mercado parece demasiado nervioso, con el recuerdo del shock del año pasado todavía fresco. Sin embargo, Europa está bien preparada para el invierno con el almacenamiento lleno hasta el borde y la competencia por el gas natural licuado atenuada dadas las alternativas amplias y de menor coste», ha comentado Norbert Rücker, director de economía e investigación de próxima generación de Julius Baer.

Asimismo, el precio del gas natural ha vuelto a subir ante los nuevos riesgos de huelga en las instalaciones de exportación en Australia, que potencialmente limitan el suministro de gas natural licuado a los compradores globales.

«Este nerviosismo parece injustificado dada la sólida situación de la oferta. Europa está bien preparada para el invierno. El almacenamiento está lleno hasta el tope y si bien los trabajos de mantenimiento inesperadamente pronunciados de Noruega y los menores flujos relacionados evitaron la situación de desbordamiento del almacenamiento el mes pasado, tal escenario todavía no se puede descartar en las próximas semanas antes de que un repunte en la demanda de calefacción comience a reducir los niveles de almacenamiento«, ha anadido el estratega de Julius Baer.

Además, ha resaltado que «el exceso de suministros se está almacenando en enormes sitios de almacenamiento en el oeste de Ucrania, lo que proporciona una protección adicional para la seguridad. La demanda europea de gas natural sigue algo deprimida cíclica y estructuralmente, con el crecimiento de las energías renovables compensando el consumo de combustible en las centrales eléctricas y con la demanda de productos químicos básicos y de la industria pesada parcialmente cubierta por el aumento de las importaciones».