Los mercados mundiales tiemblan ante los nuevos tambores de guerra. El estallido de la violencia en Oriente Próximo en un factor más que, sumado al conflicto en Ucrania, añade un peldaño más de tensiones sobre los precios del petróleo. Aunque Israel y Palestina no son territorios con una importancia pronunciada en la producción de petróleo, la situación de inestabilidad en Oriente Próximo es un factor que puede influir en los precios del barril de Brent, de referencia para Europa, y causar volatilidad en las Bolsas, según los analistas. Activos que se considera refugio, como el dólar y el oro.
En los primeros compases del día los precios del crudo han sufrido un pequeño repunte y ya cotizan cerca de los 90 dólares, cuando en el cierre de mercado del viernes se quedaron en 85 dólares por barril. Pese a ello, expertos consultados por la agencia Reuters auguran que el impacto global en los mercados del ataque de Hamás a Israel por parte de milicias palestinas sea limitado. Los analistas sí que reconocen que se espera cierto aumento de la prima de riesgo, hasta que los operadores estén convencidos de que el conflicto no se extiende a otros países de la región y que el suministro de gas y petróleo funciona con normalidad en Oriente Medio.
Las Bolsas de Oriente Medio sí que han sentido la asonada y lo reflejaron este domingo. El TA-35, índice de referencia de Tel-Aviv, se desplomó hasta un 6,47%, la mayor caída en tres años. El Tadawul de Riad perdió un 1,57%, mientras que los mercados de Qatar y Kuwait experimentaron ciertos retrocesos. El EGX30 de El Cairo también sufrió una pérdida de 2,6% tras los disparos efectuados por un policía egipcio que mató a dos israelíes.
El papel de Irán
Irán sí que es uno de los principales productores de petróleo de la región de Oriente Medio y es partidario de Hamás. El Estado iraní respalda las acciones de los milicianos palestinos y también apoya a Hizbulá en Líbano. Las repercusiones del conflicto en los mercados podrían sentirse en mayor medida si el conflicto acaba afectado de alguna manera a Irán. «Las crisis geopolíticas en Oriente Medio suelen provocar que los precios del petróleo suban y los de las acciones bajen», recoge Reuters de la firma Yardeni Research. «Todo dependerá en gran medida de si la crisis se queda en una sacudida a corto plazo o se convierte en algo de más calado, como un conflicto a mayor escala entre Israel e Irán».
«Dejando de lado el drama humano, las consecuencias de este repunte de la violencia no deberían afectar a los mercados financieros», señala Guillermo Santos, de iCapital en declaraciones que recoge la agencia Bloomberg. Pero si las tensiones se extienden a otros gigantes de la región con mucho peso en los mercados petrolíferos, como Arabia Saudí, los precios del crudo podrían verse negativamente afectados y presionar al alza la inflación para las economías occidentales. Esto obligaría a los bancos centrales continuar aplicando una política monetaria restrictiva con tipos altos durante más tiempo.
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Arabia Saudí estaba tratando en los últimos meses establecer relaciones diplomáticas con Israel con el objetivo de incrementar sus intercambios comerciales y pacificar la región. Este es un paso que ya han dado otros países del Golfo Pérsico, como Emiratos o Baréin, con la firma de los Acuerdos de Abraham en 2020. Otras naciones árabes, como Sudán y Marruecos, también han dado pasos similares para reconocer al Estado de Israel. El avivamiento del conflicto palestino-israelí supone un enrarecimiento de las, ya difíciles de por sí, relaciones entre los países árabes e Israel en Oriente Medio.
«Es posible que Hamás haya realizado un ataque así de despiadado, cruel y abominable precisamente para provocar una respuesta tan contundente de Israel que haga inviable para ningún líder árabe se atreva a retratarse junto a un embajador o ministro israelí, o directamente recibir al primer ministro Benjamin Netanyahu», opina el analista de seguridad y defensa Jesús Manuel Pérez Triana.