Después de un comienzo un poco duro, Benigna y Peñalara consiguieron dejar sus diferencias a un lado para comenzar una bonita amistad.

Sus supermercados son grandes rivales en la Plaza de los Frutos, y la verbena celebrada en el barrio fue la gota que colmó el vaso. Ahora, la amistad se abre paso entre ellos, y van juntos a clases de baile.

Entre ellos hay química, parece que pueden dejar de lado el trabajo para ser grandes amigos. Es entonces cuando Benigna le propone ir a tomar algo y Peñalara acepta, pero su actitud jocosa le delata, soltando un cruel comentario que no le cae bien a Benigna.

«Siempre y cuando nos den una mesa grande y bien situada… como mi puesto en la verbena», dice Mauricio, en tono burlón. A Benigna se le ensombrece el rostro y decide dar marcha atrás con todo: con la propuesta, y con su amistad con Peñalara.

Él se disculpa con que era una broma pero Benigna no quiere más juegos, le ha dado justo donde más le duele. «No sé para qué te tomaré en serio», le dice duramente la mujer, a lo que añade que no quiere volver a compartir su tiempo con él.

¿Se acabó la tregua entre Benigna y Peñalara?