Las elecciones regionales en Baviera, el “Land” más próspero de Alemania, y en Hesse, donde se encuentra la capital banquera de Frankfurt, dieron una rotunda victoria al bloque conservador y ratificaron el avance de la ultraderecha. El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, por contra, se hundió en récords históricos a la baja, mientras uno de sus socios de coalición, Los Verdes, salvaba el honor y el tercer aliado de su tripartito en Berlín, el Partido Liberal (FDP), quedaba fuera de la cámara bávara.
Especialmente duro para la socialdemocracia de Scholz fue el resultado en Baviera: obtuvo apenas un 8,5% de los votos, según las proyecciones de la televisión pública alemana ZDF, lo que le catapulta a la última posición entre los partidos con escaños en la cámara regional de Múnich. La fuerza dominante seguirá siendo la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) del primer ministro, Markus Söder, que pese a un leve retroceso rozó el 37%. Sus socios de coalición en Múnich, el populismo derechista representado por los llamados Electores Libres subieron al 14% y a ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se disparó al 15%. Es decir, que entre la derecha moderada y las formaciones más radicales supera el 65% del total.
Hesse reforzó asimismo a los conservadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU), primera fuerza de la oposición a escala nacional. Seguirán al frente del gobierno regional con un 34,5%, seguidos de la AfD, con un 16% de los votos. A los Verdes, socios del conservador Boris Rhein en la legislatura saliente, se les reservó el tercer puesto, con un 15,5%. Es una notable caída de cuatro puntos, pero quedaron medio punto por encima de los socialdemócratas. La apuesta del partido de Scholz por designar como candidata a la ministra del Interior, Nancy Faeser, no solo no les dio la catapulta que esperaban sino que incluso les hizo perder cuatro puntos respecto a las anteriores regionales.
Alza para el populismo derechista
El resultado de los Electores Libres en Baviera es sobre todo un éxito personal para Hubert Aiwanger, su líder. En los comicios de 2018 se convirtió en socio de coalición de la CSU, que es el partido dominante en ese próspero “Land” desde 1950, aunque ya sin mayoría absoluta. El primer ministro Söder consideró entonces su entrada en el gobierno como un mal menor. En definitiva, porque no rompía el cordón sanitario mantenido por el conjunto del espectro parlamentario sobre la AfD, el único partido de ese espectro con escaños en el Bundestag (Parlamento federal). Los Electores Libres es una formación de rango regional, con presencia creciente en otros estados federados-. Alcanzar un puesto como socio de coalición en el segundo “Land” más poblado del país -tras Renania del Norte-Westfalia, en el oeste- fue un hito entonces, al que ha seguido su consolidación.
Aiwanger, ministro de Economía en el “Land” que aporta a Alemania 18 de su producto interior bruto (PiB), superó aparentemente sin problemas el escándalo surgido en plena campaña por un panfleto antisemita aparentemente escrito en su juventud, cuya autoría ha asumido a posteriori su hermano.
Se supone que el éxito en Baviera de los Electores Libre les servirá para ir más allá de su rango regional y luchar por alcanzar el Bundestag, en las generales previstas para 2025. Sus consignas anti-inmigración difieren poco de las que difunde la AfD, con la diferencia de que al partido de Aiwanger no se le descarta como socio de gobierno, puest que ya lo es en Baviera. El bloque conservador, integrado por la CSU y la CDU ahora dirigida por Friedrich Merz, ha dado en los últimos tiempos un giro hacia la derecha que le sitúa a distancias abismales respecto a lo que fue bajo el liderazgo de Angela Merkel en sus 16 años en el poder.
Doble sacudida para la coalición del canciller
El mazazo de Baviera y de Hesse al tripartito de Scholz no ha sido una sorpresa, puesto que todos los sondeos lo pronosticaban. Pero ocurre en un momento álgido para la coalición de Berlín. Los socialdemócratas del canciller, sus socios Verdes y los liberales son exponente continuado de mala sintonía y de bloqueos mutuos. Son varios los proyectos que los ecologistas han visto bloqueados en el trámite parlamentario por los liberales, especialmente aquellos con lo que pretendían impulsar las energías renovables y buscar salidas a la crisis energética precipitada por la guerra en Ucrania, pero que no salieron adelante.
Los Verdes han salvado en cierto modo la cara, ya que conservaron el segundo puesto en Baviera y mantienen sus opciones a repetir como socios de coalición en Hesse. Los socialdemócratas de Scholz, en cambio, se han hundido en récords a la baja en ambos comicios regionales. El Partido Liberal (FDP) del ministro de Finanzas, Christian Lindner, halcón de la contención fiscal y el recorte del gasto público, ha quedado fuera de la cámara en Baviera y tambaleándose en la línea del 5%, mínimo para obtener escaños, en Hesse.