El Monbus Obradoiro cayó derrotado en su visita al Valencia Basket tras completar un partido muy serio hasta el descanso no exento de pasar por problemas como en el triple o las pérdidas, pero en el reinicio y pese a haber mandado en el marcador durante muchos minutos los de Moncho Fernández no redujeron sus errores y un conjunto naranja tampoco demasiado acertado tomó la delantera para llevarse un triunfo en La Fonteta que se decidiría en los últimos instantes.
Con el exobradoirista Robertson en el quinteto inicial valenciano el partido comenzó con una primera canasta naranja a la que dieron réplica los gallegos con un parcial de 0-7 gracias a la buena sintonía entre el director de juego Washington con el gigante Pustovyi, que enchufó cinco puntos en un abrir y cerrar de ojos incluído un dos más uno. El Obradoiro había iniciado muy bien el duelo en lo ofensivo con cuatro canastas en cinco intentonas, pero el Valencia respondía robando por dos veces para recortar diferencias a la carrera y evitar que la renta visitante creciera en un choque donde las defensas debían mejorar (9-14 en el minuto 6). En la segunda mitad del cuarto prosiguió incansable un golpe a golpe donde el triple no tenía relevancia, pero en esta fase los valencianos hicieron circular muy bien la bola con varias puertas atrás y ante el mareo de los gallegos el míster visitante Moncho Fernández decidió agotar su primer tiempo muerto pues ya no había renta (17-18). De vuelta un robo y mate de Davies puso a Valencia arriba por segunda vez, dando paso a un minuto y medio final de alternancias hasta el 21-20 que se reflejaba al finalizar el primer cuarto.
El segundo comenzó con otro robo de Davies a Pustovyi bajo aro propio demostrando que los valencianos son el equipo que más roba en Liga. Los compostelanos siguieron atacando con mucho criterio pero quedaba claro que debían minimizar las pérdidas y, sobre todo, defender mejor su pintura porque al igual que le sucedía a su rival, el triple seguía sin aparecer en pista. Precisamente un tres más uno no convertido de Scrubb empató de nuevo el resultado (25-25), una igualada que dio paso a un par de minutos largos sin puntos que rompió Washington con un minuto pleno de acierto obligando a Álex Mumbrú a pedir tiempo muerto pues el parcial era de 0-7. De nuevo en juego un veloz Washington evitó un mate cantado, pero el desacierto en el triple evitó que la renta fuera mayor y el Valencia entonces enchufó uno que le dio mucho aire tras varios minutos sin puntos (28-33 en el minuto 7). De ahí al descanso el equipo no tuvo nada de claridad en ataque y el Valencia con otro triple más respiró tan hondo que recuperó lo perdido. Al paso por los vestuarios 35-36.
En el reinicio el altísimo porcentaje de ambos en canasta de dos puntos se mantuvo pero también su pobre bagaje desde la línea más alejada, pues pese a intentarlo ninguno era capaz de hacer triples y especialmente los compostelanos (39-43 en el minjuto 4). Entonces el local Jones hizo uno liberado y Blazevic buscó la respuesta sin suerte. El Obradoiro no se desesperaba, en líneas generales y pese a la igualdad estaba siendo mejor, comandando el marcador durante casi todo el encuentro, pero pequeños detalles como el triple le impedían jugar más desahogado y eso era un peligro ante un rival con tantos recursos que al poco conseguía ponerse otra vez arriba e incluso tomar su mayor ventaja de la tarde tras un triple de Puerto (51-46 en el minuto 8 y tiempo muerto de Moncho Fernández). De nuevo en juego Howard marró otro triple sin defensa y Blazevic vio la cuarta personal en el rebote ofensivo. El Obradoiro se metía en problemas y el Valencia hurgó en la herida cerrando su pintura, pero por fin Suárez y Washington sobre la bocina de final de cuarto anotaron de tres y todavía quedaba mucho por decir. Al final 58-54.
Con los porcentajes de dos puntos reducidos de manera drástica desde el descanso (Por entonces 18/32 por 15/25) el último acto comenzó trabado e impreciso y con más fallos desde el triple (5/12 local por 5/20 visitante), por eso uno de Reuvers trajo consigo el tiempo muerto de Moncho Fernández (61-56). Pero entonces Jovic sacaba un tres más uno y los de Álex Mumbrú volvían a igualar la máxima de +7, llevando el duelo a una fase de mucho contacto donde anotar costó lo suyo.
Las faltas y los libres entraban en juego muy pronto, pero también los nervios y un Davies que generó no poco caos bajo aro gallego. Ahora contra las cuerdas y con todo revolucionado Scrubb y Zurbriggen por dos veces anotaban de tres (76-73 a falta de tres minutos), pero quizás al Obradoiro ya no le alcanzaba porque su pintura era un coladero. Tanto daba, el choque entraba en la espiral emocional y los compostelanos se jugaron el resultado a base de tripas y corazón, pero no les salió y dos robos de Pradilla en el último minuto y medio lo dejaron sin opciones y desesperado. A la conclusión 85-79.