El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado el estado de guerra en el país tras el ataque masivo con más de 2.200 cohetes sumado a una incursión por tierra lanzado por el movimiento islamista Hamás contra Israel.

«Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. Esto no es una operación ni una escalada, sino una guerra», ha manifestado Netanyahu en su primer comentario tras el comienzo de la operación ‘Inundación de Al Aqsa’ anunciada esta madrugada por el brazo armado del movimiento islamista, las Brigadas Ezzedin al Qassam.

«Nuestro país está en guerra y la vamos a ganar», ha añadido el primer ministro, que ha convocado una reunión de urgencia de su consejo de seguridad, ha avisado de que «nuestro enemigo pagará un precio que no ha conocido jamás».

La operación ‘Inundación de Al Aqsa’ anunciada por Hamás en torno a las 07.00 de esta mañana, que ha costado por el momento la vida a 22 personas y dejado a más de 500 heridos en Israel, ha sido inmediatamente respondida por el Ejército hebreo con un enorme despliegue aéreo, la operación ‘Espadas de Hierro’, en la que decenas de aviones de combate israelíes han alcanzado numerosos objetivos del movimiento islamista en el enclave.

Varios palestinos han muerto en esta operación, aunque se desconoce su número exacto.

Así pues, la primera decisión del primer ministro ha sido la de instruir a sus fuerzas para que «expulsen a los terroristas de las comunidades en las que se habían infiltrado» y ordenado después «un amplio llamamiento a las reservas para responder en una guerra que el enemigo nunca ha visto antes».