Paul Pogba se encuentra en una disyuntiva que puede suponer el final de su carrera profesional. Tras confirmarse el positivo en el contraanálisis realizado tras habérsele detectado altos niveles de testosterona en una prueba anterior, el internacional francés de la Juventus, de 30 años, se enfrenta a una inhabilitación de entre 2 y 4 años que puede suponer el punto final a su trayectoria profesional.

De momento, el centrocampista galo ya está sufriendo las consecuencias de este positivo. Por ejemplo, las económicas. Porque en pocos meses Pogba ha pasado del jugador mejor pagado de la Juve, percibiendo 8 millones netos por temporada, a ingresar 42.477 euros anuales, que es el sueldo mínimo fijado para los futbolistas profesionales en Italia, según La Gazzetta dello Sport.

La Juve lo suspendió nada más conocerse el primer positivo, lo que supone que Pogba no puede entrenar ni tener contacto alguno con el resto de integrantes de la plantilla de la Vecchia Signora. Y no se descarta, tal como se informó en su momento, la rescisión del contrato que une a ambas partes, potestad que recaería unilateralemente en el club en el caso de una suspensión superior a seis meses. 

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Una decisión que, según La Gazzetta dello Sport, podría demorarse hasta más allá del final de esta temporada: en caso de romper el contrato antes del mes de junio, el club debería abonar una penalización por los beneficios obtenidos desde la llegada de Pogba a Turín.