Gaza e Israel entran en un estado de guerra total. Después del ataque sin precedentes sobre territorio israelí por tierra, mar y aire, el Ejército hebreo ha iniciado una campaña aérea sobre objetivos de Hamás y la Yihad Islámica en el enclave. La magnitud de la ofensiva con más de 5.000 cohetes lanzados por Hamás al final de la festividad judía del Sukot, que suma seis muertos y más de 300 heridos, prevé una violenta respuesta por parte de los israelís. «El Estado de Israel ganará esta guerra», ha dicho Yoav Gallant, ministro de Defensa. A continuación, algunas claves sobre la escalada y el origen de uno de los mayores errores de seguridad de Israel en los últimos años.
Por tierra, mar y aire
El ataque ha tomado por sorpresa a la ciudadanía israelí, sumida en el letargo propio del shabat judío y la ilusión por el final de la festividad del Sukot. Durante la madrugada del sábado, Hamás ha lanzado miles de cohetes hacia territorio israelí, sembrando el terror en ciudades como Tel Aviv o Jerusalén incluso. Según sus líderes, han sido más de 5.000 los proyectiles lanzados. Además, varios grupos de militantes palestinos se han infiltrado en ciudades fronterizas israelís donde se han registrado diversos tiroteos y algunos ciudadanos israelís han sido tomados como rehenes. Desde estas localidades, sus habitantes están pidiendo ayuda al Ejército que aún no ha alcanzado sus calles y les ha dejado solos en la defensa de sus casas ante los pistoleros palestinos, según informan varios medios israelís.
«Estamos en guerra»
Aunque les ha tomado desprevenidos, los líderes israelís no han dudado en declarar inmediatamente el estado de guerra total en el país. «Ciudadanos de Israel, estamos en guerra; esto no es una operación ni una escalada, sino una guerra», ha dicho el primer ministro Binyamín Netanyahu. «Estamos en guerra y la ganaremos; nuestro enemigo pagará un precio que nunca han conocido», ha añadido. Tras el lanzamiento de la operación ‘Inundación de Al Aqsa’ anunciada esta madrugada por el brazo armado del movimiento islamista, las Brigadas Ezzedin al Qassam, el Ejército israelí ha anunciado la campaña de contraataque ‘Espada de Hierro’ que están ejecutando decenas de aviones de combate israelíes sobre el enclave palestino.
Tensión previa
El ataque iniciado por Hamás se enmarca en un contexto de elevadas tensiones en los territorios palestinos. En los últimos días, han sido asesinados cuatro palestinos en Cisjordania, que se suman al recuento total de 200 muertos por fuego israelí en lo que va de año, los ataques crecientes e impunes de colonos israelís, especialmente en la localidad de Huwara, y las tensiones en el complejo de mezquitas de Al Aqsa. Las festividades judías terminan este fin de semana con el Sukkot, y, durante las últimas semanas, varios judíos han irrumpido en las inmediaciones del complejo sagrado musulmán, además de otras ofensas religiosas. También las continuadas protestas en la frontera con Gaza en el último mes han aumentado las tensiones entre ambos bandos.
Apoyo a Hamás
Otro de los motivos que puede haber animado a Hamás a lanzar esta ofensiva ahora es el apoyo de sus aliados, la milicia libanesa Hizbulá, e Irán. El grupo chiita, considerado terrorista por Israel y varios Estados en Occidente, ha elogiado la operación ‘Inundación de al-Aqsa’ y ha añadido que es un mensaje a los países árabes que están normalizando su relación con Israel, como está intentando hacer Arabia Saudí en las últimas semanas. Hizbulá ha pedido al gobierno israelí que aprenda las “lecciones importantes” enseñadas por la “resistencia palestina”. Más allá de estos apoyos, el mundo mira preocupado hacia la población de Gaza, que, tras 16 años castigada por el bloqueo, sufrirá las consecuencias en un enclave empobrecido y aislado del globo.