Una nueva brecha entre Europa, por un lado, y Oriente Próximo y Rusia, por otro, parece abrirse a raíz de esta nueva escalada bélica en Oriente Próximo. Mientras los líderes de los países europeos han expresado sin fisuras su solidaridad con Israel ante los ataques lanzados por la milicia Hamás, reiterando el derecho del país hebreo a defenderse, Moscú y las autoridades de los países árabes han realizado llamamientos a la «contención«, evitando deliberadamente condenar los bombardeos y las incursiones armadas en territorio israelí.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha expresado su solidaridad con Israel y ha apoyado su «derecho a defenderse». «Condeno sin paliativos el ataque llevado a cabo por Hamás contra Israel, se trata de terrorismo en su forma más despreciable e Israel tiene el derecho de defenderse de ataques tan odiosos«, ha manifestado la responsable en su cuenta de Twitter.

El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, ha manifestado su sobrecogimiento por la «violencia indiscriminada» de la que han hecho gala Hamás y sus milicianos, y ha declarado su solidaridad con las víctimas en un mnensaje difundido en la red social X. El Gobierno español «condena enérgicamente los gravísimos ataques terroristas» desde Gaza contra Israel. «España está firmemente con la paz, la estabilidad y la seguridad en la región», ha apostillado el jefe de la diplomacia española.

Idéntica reacción

Idéntica reacción se ha producido de la parte del Ejecutivo italiano presidido por la ultraconservadora «El Gobierno italiano sigue de cerca el brutal ataque que está teniendo lugar en Israel. Condena en los términos más enérgicos el terror y la violencia contra civiles inocentes en curso», indicó la presidencia del Ejecutivo en un comunicado. «El terror nunca prevalecerá; apoyamos el derecho de Israel a defenderse», ha añadido.

Gran Bretaña y Alemania también han emitido sendos comunicados en sentido parecido. «Israel tiene toda nuestra solidaridad y el derecho, garantizado por la legislación internacional, de defenderse», ha escrito en la red social X la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock. «El Reino Unido condena de forma inequívoca los horrorosos ataques de Hamás contra civiles israelís», ha difundido por su parte, también en X, el ministro de Exteriores británico, James Cleverly. Francia, por su parte, ha manifestado su «plena solidaridad con Israel y con las víctimas de estos ataques», al tiempo que ha reafirmado su «rechazo absoluto del terrorismo» y su apoyo a «la seguridad de Israel».

En el mundo árabe, ha sido de momento Egipto, que tiene una frontera terrestre con la franja de Gaza, el único país en emitor una reacción. Mediador clave entre Palestina e Israel, ha advertido de «las graves consecuencias» de la nueva escalada, y ha instado a que las dos partes ejerzan «máxima moderación», y a los actores internacionales a que «intervengan de forma inmediata».

En su primera reacción, Rusia, enfrentada en un pulso con Occidente sin igual desde el final de la guerra fría del siglo XX, ha querido enfatizar que desconocía las intenciones de Hamás de atacar a Israel, y se ha querido postular como posible mediadora para lograr un alto el fuego. «Ha sido una escalada inesperada. Si lo hubiésemos sabido lo habríamos impedido», declaró a la agencia rusa Interfax el viceministro de Exteriores, Mijail Bogánov. Presumiendo de mantener los canales abiertos con todas las partes en coflicto -israelís, palestinos, árabes- Moscú adelanta que va a intentar «saber lo que pasa».

Desde el inicio de la guerra de Ucrania, Moscú ha intensificado los contactos con Hamás, y muchos observadores ponen en duda que verdaderamente el Kremlin desconociera la inminencia de la ofensiva palestina. Sin ir más lejos, trascendió el pasado marzo que Saleh Al Arouri, número dos del movimiento de Resistencia islámico (Hamás), visitó la capital rusa casi en secreto.