Alberto Núñez Feijóo había logrado calmar las aguas dentro de su partido con sus intervenciones en el debate de investidura, pero las ha vuelto a revolver al confirmar lo que algunos medios de comunicación habían empezado a publicar la semana pasada: que hará cambios en la cúpula del PP una vez Pedro Sánchez revalide su cargo de presidente, una continuidad en la Moncloa que los conservadores dan por hecho.
Ese reconocimiento a que el partido y los grupos parlamentarios necesitan «ajustes» para afrontar la nueva etapa de oposición ha desatado los nervios entre los vicesecretarios del PP y también entre los diputados y senadores que más cercanos se sienten al político gallego. Los primeros, por si son apartados de sus responsabilidades y, los segundos, por si son aupados a las portavocías de los grupos o a cargos con visibilidad.
El miércoles, en una entrevista en Onda Cero, preguntaron a Feijóo si iba a mantener a Cuca Gamarra de portavoz en el Congreso y él respondió: «Es una muy buena pregunta, pero tendrá usted la respuesta adecuada cuando tengamos la decisión definitiva». El jefe de los populares evitaba confirmar así la continuidad de Gamarra en ese puesto. La diputada es también secretaria general del PP y en la nueva etapa política que se abre, como publicó este diario, no va a poder mantener dos cargos de tanta relevancia.
«Los cambios no se anuncian, se hacen», se queja un parlamentario que ve a algunos de sus compañeros «muy tocados» tras las palabras de Feijóo. Uno de los siete vicesecretarios admite el malestar y se queja de que el anuncio público de Feijóo de que va a renovar la cúpula y la dirección de los grupos ha «distraído» a él mismo y a sus compañeros. «Todos nos empezamos a escribir y a llamar después de la entrevista de [Carlos] Alsina», asegura. «Tendríamos que estar pensando en la amnistía que va a aprobar Sánchez y no en si seguiremos en nuestro cargo», se lamenta.
«Los cambios no se anuncian, se hacen», se queja un parlamentario que ve a algunos de sus compañeros «muy tocados»
Otro vicesecretario admite la «necesidad» de cambiar «la dinámica» del comité de dirección, aunque «Feijóo haya empezado la casa por el tejado», reconociendo que va a hacer modificaciones en la estructura, algo que puede tener que esperar hasta finales de noviembre (últimos días para investir al futuro presidente del Gobierno). De hecho, la pregunta de los «cambios» se ha convertido ya en una fija en todas las ruedas de prensa de los dirigentes del PP, desviando el foco de la amnistía y de otros temas que sí interesan a los conservadores. La última vez, este sábado al coordinador general, Elías Bendodo, en Marbella. «Ahora no toca hablar de los retoques», se intentó escabullir.
Varios altos cargos consultados para esta crónica coinciden en que Feijóo tiene que acabar con una etapa en la que ha repartido el poder interno del día a día entre tres personas diferentes que no han logrado entenderse a la perfección: Gamarra (que venía de la etapa de Pablo Casado); Bendodo, número tres (persona de total confianza de Juanma Moreno en Andalucía); y Miguel Tellado, vicesecretario de Organización (escudero de Feijóo en Galicia durante años). Esa tricefalia quedó en evidencia en las duras semanas de junio en las que el PP mostró estrategias muy dispares ante la necesidad de pactar con Vox en los gobiernos autonómicos (Extremadura y la Comunidad Valenciana, como ejemplos principales). «Lo importante es tener uno que conozca el partido y que tenga la autoridad que le da el jefe, y que lo haga sin imposiciones, con talante«, recomienda un veterano fontanero del PP.
El equipo del líder conservador recuerda que ya avisó en una reunión en agosto de que haría «ajustes» cuando se despejara el horizonte político
En el núcleo duro de Feijóo se quita importancia a los «nervios» y la «tensión», porque aseguran que es «obvio» que se hacen «cambios» después de unas generales. «Feijóo se lo dijo a los diputados y senadores antes que a Alsina a mediados de agosto», continúan. Se refieren al encuentro con los grupos parlamentarios en los que dio a conocer que Pedro Rollán, hasta entonces vicesecretario de coordinación autonómica y local, sería el presidente del Senado. «No es lo mismo preparar un partido para enfrentarse a unas elecciones [si hubiera repetición] que si lo tienes que preparar para hacer oposición», rematan desde el entorno de Feijóo.
Hacer «el trabajo sucio»
Las nuevas caras del partido que elija Feijóo serán analizadas en términos de moderación, dureza y buena o mala relación con Vox, el objetivo a batir en los próximos años. Feijóo tiene como prioridad principal ir restando influencia al partido de ultraderecha y lo debe hacer mientras algunos de sus barones están obligados a entenderse con Vox en las coaliciones autonómicas. La misión no es fácil.
Mientras algunos sectores del PP creen que Feijóo tiene que poner caras «amables» y «centradas» frente a la «agresividad de Sánchez, Óscar Puente y Vox», otros, en cambio, creen que el líder de los populares debe guardarse esa «moderación e institucionalidad» para él y colocar a dos personas de «perfil duro» como portavoces en el Congreso y el Senado para contrarrestar a Sánchez y que le hagan «el trabajo sucio».