1. Uso de drones
  2. Precauciones en Castilla-La Mancha
  3. Una cosecha de la mitad
Las almazaras y los campos de olivos intensifican sus medidas de seguridad para prevenir de posibles robos

La carestía de la oliva debido a la sequía y, como consecuencia, el aumento del precio del aceite, han provocado una oleada de robos en las almazaras, según fuentes del sector. La situación ha alertado a agricultores y productores de aceite, que se han coordinado para reforzar las medidas de seguridad de los molinos y campos, y han pedido ayuda a las autoridades.

Málaga es una de las zonas más afectadas por el robo de miles de litros de aceite desde hace apenas unas semanas. Allí, la cosecha está bastante avanzada, especialmente de la oliva de mesa, y la campaña de la aceituna se ha visto reforzada por dispositivos de seguridad a cargo de la Guardia Civil, que ha puesto sus equipos ROCA en marcha para tratar de ampliar y mejorar la seguridad en campos y almazaras.

Baldomero Bellido, presidente de ASAJA Málaga, cuenta que han mantenido una reunión con Guardia Civil y con Policía Nacional para tratar de mejorar la seguridad, dada la situación que se está viviendo en la región, y prevenir futuros o posibles robos. “Se van a establecer -dice- dispositivos de refuerzo de control por parte de la Policía y una presencia mayor que hasta ahora”.

Además habrá helicópteros de la policía sobrevolando los terrenos “para controlar los accesos a los campos con olivos, los caminos y las propias parcelas con el fin de tratar de evitar que se produzcan robos en las cosechas”.

Bellido ha remarcado que la campaña de la oliva de mesa se encuentra ya está bastante avanzada en la región pero que la carestía sigue manteniéndose. Ya el año pasado la cosecha descendió por debajo de los 40 millones de kilos en Málaga, mientras que en un año normal se recogían en la provincia entre 45 y 60 millones; y las previsiones para este no son halagüeñas: esperan, de forma estimada, unos 29.600 millones de kilos. Y la tendencia nacional es similar.

Los agricultores piden a la policía que “conozcan los puntos donde se reciben las olivas, tanto de mesa como de molino, que estén pendientes y los controlen” para evitar que se produzcan robos, originados por la coyuntura general que se está viviendo de escasez y alza de precios.

Uso de drones

La Guardia Civil les ha trasladado que “podemos proteger nuestros cultivos a través del uso de drones que controlen los campos a cualquier hora del día”.

No obstante, Bellido considera que “esta medida puede adoptarla algún agricultor, pero no todos, ya que se necesitan conocimientos y permisos especiales para poder operar y dirigir los drones”.

Se trata de medidas (la vigilancia con drones) que también se han introducido en algunas zonas de Extremadura y Sevilla.

Precauciones en Castilla-La Mancha

En Castilla-La Mancha, la cosecha todavía no ha comenzado. Lo hará a finales de octubre o comienzos de noviembre. Sin embargo, viendo el resto de provincias, donde ya tienen sus cosechas avanzadas, y los riesgos que han vivido estas últimas semanas, están en alerta y también van a reforzar sus dispositivos de seguridad.

El presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG), Juan José Laso, explica que se han “puesto en contacto con la Guardia Civil para evitar robos debido al alto precio de las aceitunas”. Pretenden reforzar las medidas habituales con “un control de los puntos de recogida de los olivares y con un contacto directo con los agricultores”.

Una cosecha de la mitad

El refuerzo en la vigilancia y seguridad se mantendrá hasta que finalice la recogida, en el mes de enero, también porque “estamos con una cosecha que va a ser casi un 50% menos que la del año pasado. Por lo tanto, los productores tenemos miedo a que nos roben en los olivares o en los puntos de recogida”.

Por el momento, no han tomado medidas en los campos porque los olivos está todavía verdes, pero planean hacerlo cuando comience la recogida.

Laso cuenta que “en nuestras almazaras tenemos vigilados los montones de aceitunas”. Además, “están valladas y tienen sistemas de seguridad contratados a través de empresas que vigilan las olivas y protegen las instalaciones frente a posibles robos”.

Los agricultores de estas zonas se conocen; son como una familia. Por eso, “en el campo se sabe todo”, explica Laso. Por eso, además de los dispositivos de seguridad mencionados, “si algún agricultor ve a alguien extraño, que no pertenece a ese campo o no debería estar ahí llama a APAG o a la Guardia Civil para denunciarlo”.

Destaca que “cualquier robo, por pequeño que sea, es un perjuicio económico importante para los agricultores porque ahora mismo la oliva es escasa y vale un dinero”.

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Cámaras, vallas, helicópteros. drones y refuerzo de los dispositivos de seguridad para proteger las olivas y el aceite