Una de cal, y una de arena; algo de proteccionismo pero también de apertura comercial. Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE discuten en estos momentos, a puerta cerrada, un borrador de declaración final para la cumbre de Granada que hace una llamada clara a la necesidad de “proteger a nuestros ciudadanos y nuestras economías”, al tiempo que defiende el “la promoción de los acuerdos de asociación, comercio e inversión”. La cita de la reunión de Granada está organizada por la presidencia española rotatoria del Consejo.
El mayor peso del texto se pone en las cuestiones económicas, a las que dedica cinco párrafos, mientras que los otros dos grandes asuntos de este Consejo informal, migración y ampliación, se despachan en uno. La declaración final podría cambiar o incluso no aprobarse, si no hay acuerdo.
“Nosotros, los líderes de la UE, nos hemos reunido en Granada para marcar el comienzo del proceso que definirá la dirección política y las prioridades de la Unión para los próximos años”, comienza el documento. La pandemia y la crisis por la agresión rusa, continua, “han subrayado la necesidad de ampliar nuestra soberanía y tomar decisiones importantes para proteger a nuestros ciudadanos y nuestras economías”.
Todos están de acuerdo en que hay que mantener a la UE como una zona competitiva “en un mundo cambiante”. Las diferencias, según cuentan fuentes diplomáticas, está en cómo hacerlo. Países como Francia defienden medidas más proteccionistas. Por ejemplo, en el acuerdo inconcluso con Brasil y Argentina, entre otros países del Mercosur, exige París sanciones para aquellos productores agropecuarios que no cumplan con los mismos requisitos medioambientales que los europeos. España defiende que la “autonomía estratégica” que la UE debe defender debe ser “muy, muy abierta” al mundo, según explican fuentes de Moncloa. Aunque al mismo tiempo, el Gobierno de Pedro Sánchez defiende que se deben fortalecer las barreras de entrada a gobiernos “no afines” en las empresas estratégicas clave.
Discusiones en Granada
A su llegada al Palacio de Congresos de Granada, Ursula von der Leyen ya ha fijado el tono del debate. La presidenta de la Comisión ha recordado que lo que se va a discutir hoy, entre otras cosas, es la evolución de la Agenda Estratégica que la UE fijó en Versalles (Francia) en 2019. “Hemos avanzado montañas desde entonces. Por ejemplo en energía, o en microchips, que es ahora una de las palabras clave”, ha dicho la alemana.
En la declaración final en discusión se insta a reforzar la “competitividad a largo plazo” para “garantizar que la UE tiene las herramientas necesarias para garantizar un crecimiento sostenido e inclusivo (…) en esta década crucial”.
Uno de los riesgos de las tendencias proteccionistas de algunos Estados de la UE es que tenga un impacto también en el mercado común europeo. En ese sentido, el texto promete reforzar “los esfuerzos para construir un Mercado Único más cohesivo, basado en la innovación e interconectado (…) siempre preservando su apertura”.
Resiliencia 2030
En la presentación de las prioridades de España para este semestre de presidencia del Consejo de la UE, Pedro Sánchez puso el foco en la reindustrialización de Europa, tras décadas de globalización y deslocalización. En ese sentido, la reunión de Granada debate sobre la base de que es necesario “fortalecer” la posición de “potencia industrial, tecnológica y comercial” de la Unión Europea, pero poniendo el foco en los sectores en los que ya se es líder o hay posibilidades de serlo en un futuro.
La UE tiene un enorme déficit comercial con China (de 400.000 millones de euros), pero mantiene un superávit con Estados Unidos (de 155.000 millones). En el pasado discurso del Estado de la Unión, Ursula von der Leyen anunció por sorpresa la apertura de una investigación contra China por subvencionar en exceso a sus coches eléctricos en particular y, más en general, alertó contra las prácticas proteccionistas del gigante asiático en las tecnologías verdes, algo que, dice, ha provocado el cierre de miles de empresas europeas.
España enarbola para esta cumbre un documento estratégico que ha estado elaborando la recién creada Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia del Gobierno español. El resultado ha sido el texto Resiliencia 2030: 80 páginas elaboradas en colaboración con más de 250 expertos y 80 ministerios de los 27 estados miembros, la Comisión Europea y el Consejo de la UE.
En ese documento se fija la música y la letra de lo que España propone para evitar riesgos futuros en la Unión. Lo llaman “autonomía estratégica abierta”. Una de las incógnitas del encuentro de Granada es ver cuánto del lenguaje de ese texto se va a trasladar a la declaración final.
Por el momento, en el borrador, se aborda la necesidad de que la UE siga tejiendo alianzas comerciales. “Es ahora más importante que nunca que cooperemos para fortalecer y diversificar nuestras cadenas de valor, fomentando los acuerdos de asociación, comercio e inversión para conseguir llegar a nuestras metas de cero emisiones, y fortalecer la salud de nuestra preparación ante futuras emergencias”, dicen las conclusiones. “Este trabajo requiere de un comercio internacional revigorizado, en el que la Organización Mundial del Comercio juega un rol fundamental”.