Hace ahora un par de décadas, a principios de los dosmil, el cine coreano estaba en boca de muchos cinéfilos inquietos. Directores como Park Chan-wook (‘Old boy’), Bong Joon-ho (‘Memories of murder’, mucho más adelante ‘Parásitos’) o Kim Jee-woon (‘2 hermanas’) sacudían retinas con sus viscerales e imaginativas películas de género. Cuando hace dos años el mundo alucinaba con ‘El juego del calamar’, algunos se apresuraron, con toda lógica, a señalar que casi todo lo bueno de aquella serie venía de esa generación ejemplar de cineastas.

Son autores que siguen en forma, pero que han de ceder cierto espacio a brillantes herederos. O literalmente sus aprendices: el primer trabajo de Jason Yu tras acabar sus estudios universitarios fue asistir a Bong Joon-ho en ‘Okja’, aquella encantadora fábula ecológico-distópica sobre una niña y su supercerdo. Así aprendió todo lo que necesitaba sobre el cine. «En Corea, el trabajo de asistente de dirección es siempre temporal», nos explica Yu en los jardines del Melià Sitges. «No acompañas al director durante su carrera. Observas su trabajo mientras hace una película, desde la preproducción hasta la posproducción e incluso la promoción. Seguí a Bong en cada paso. Y aunque en el momento no era muy consciente de estar aprendiendo nada, cuando empecé a hacer mi propia película… ¡me di cuenta de que le estaba copiando en todo!«. 

Aquí no hay quien duerma

Esa primera película es ‘Sleep’ (Oficial Fantàstic Competición), sorpresa de la Semana de la Crítica de Cannes y gran éxito reciente de la taquilla coreana. En este cruce de comedia negra, terror y drama, una pareja de recién casados (Lee Sun-kyun, de ‘Parásitos’, y Jung Yu-mi, de tantas películas de Hong Sang-soo) ve resquebrajarse su equilibrio cuando el marido empieza a hablar en sueños y a lanzarse a actos sonámbulos cada vez más terroríficos, capaces de hacer temer por el bebé que ella está esperando. Su angustiosa pero positiva búsqueda de una terapia médica no servirá de mucho: aquí hay algo que escapa a la lógica. 

En el principio, Yu solo quería hacer una película «divertida y que pudiera ser comercial», pero en el proyecto se acabaron colando elementos personales. «Cuando escribí el guion, estaba a punto de casarme con mi novia de toda la vida, que ahora es mi esposa. Por entonces pensaba mucho en el matrimonio: ¿por qué unos funcionan y otros no? ¿Debe uno incluso casarse? Esas preguntas se filtraron en la historia, pero no quería hacer otra película cínica sobre el tema, sino que me apetecía tratarlo de forma romántica. Mis casados son como mejores amigos; se apoyan el uno al otro, se aman realmente… Y entonces les lanzo un obstáculo externo que no es culpa de nadie«, dice un Yu al borde del ‘spoiler’. 

Durante la preparación se dejó llevar por sus instintos sin buscar referencias conscientes. Sin embargo, haciendo entrevistas en festivales se ha dado cuenta de todas sus influencias: de ‘La semilla del diablo’, de Roman Polanski, a la menos evidente ‘Bug’, una pesadilla de pareja de William Friedkin «que también se desarrolla en un escenario limitado y está estructurada en tres capítulos». 

Corea en nuestra cartelera

‘Sleep’ no es la única película coreana que ha despertado expectación en Sitges: también destacan títulos como ‘Concrete utopia’, de Um Tae-hwa, drama de catástrofes que ha sido elegido para representar a Corea del Sur en la carrera por el Oscar a mejor película internacional‘Smugglers’, ‘thriller’ épico del más bien veterano Ryoo Seung-wan, o ‘The childe’, nueva película como director de Park Hoon-jung, el que fuera guionista de ‘Encontré al diablo’, quizá la obra maestra de Kim Jee-woon, de quien podrá verse, por cierto, el ejercicio de metacine ‘Tela de araña’

Según Ángel Sala, director del festival, la vuelta al primer plano del cine coreano en Sitges responde en parte a un cambio en las políticas de venta y distribución: «Esta cinematografía había caído en el casi monopolio de las plataformas y eso hacía difícil coordinar sus fechas de estreno con las de los festivales», nos explica. «Esto ha cambiado un poco y se ha vuelto a creer en el distribuidor independiente, el que compra la película y la defiende para cada territorio. Eso hace más fácil negociar ciertos títulos para los festivales. Muchas de las películas que hemos programado tienen un distribuidor nacional independiente». Es el caso de ‘Sleep’, de próximo estreno en España a través de La Aventura, la misma distribuidora barcelonesa que acertó de pleno haciéndose con una pequeño filme coreano llamada… ‘Parásitos’.