El Partido Popular pidió la semana pasada el voto secreto en la Asamblea de Madrid para pronunciarse sobre las dos mociones en favor de la igualdad de los españoles y en contra de una eventual amnistía. El grupo parlamentario de Isabel Díaz Ayuso pretendía hurgar en la conciencia de los socialsitas que pudieran cuestionar las negociaciones de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont. Pero el PSOE de Juan Lobato ha cerrado filas con Ferraz y la Moncloa, y la portavoz socialista que ha defendido la postura inicial del participado, Llanos Castellanos, ha anticipado el voto conjunto de todos sus diputados: «Va a ser un no como una casa». Y así ha sido.
Las dos mociones contienen contenidos diversos pero en los debates, uno seguido inmediatamente por el otro y a pesar de cambiar los intervinientes en todos los partidos, no ha habido grandes diferencias. PP y Vox, con sus desaveniencias, se han mostrado a favor de ambas (81 votos) y PSOE y Más Madrid, en contra en la de la amnistía (54) y se han abstenido en la de igualdad (27 y 27), en ambos casos con duros discursos contra los dos partidos de la derecha. Una situación que se ha repetido en los ayuntamientos y parlamentos autonómicos donde ya se han votado estas mismas iniciativas presentadas por el PP.
Con Ayuso sentada en su escaño (solo durante la intervención de PP y Vox), y en una sesión bronca desde primera hora de la mañana donde casi todos los grupos han pedido la palabra ofendidos por alusiones, el encargado de defender la moción sobre la amnistía, la primera en ser discutida, ha sido Alfonso Serrano. Su discurso no contenía sorpresas, el rechazo de los populares a cualquier cesión a ls independentistas es claro y ha intentado mostrar a un PSOE «incoherente» y lleno de «contradicciones».
Rotundo y vehemente, pero menos combativo que otras veces, Serrano ha echado mano de la hemeroteca y la historia y ha llevado al debate autonómico las diferencias que PP y PSOE han mantenido desde el inicio de la democracia. «Nos hemos puesto a parir de forma muy dura», ha dicho mirando a la bancada socialista, recordando las veces que el PP ha criticado a los expresidentes Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE a José María Aznar y Mariano Rajoy, pero ha defendido que en los «momentos críticos» ambos han tenido siempre claro que debían ir de la mano, «juntos» contra el plan Ibarretxe, el pacto antiterrorismo o la aplicación del 155, entre otros de los que ha mencionado. «No es el primer chantaje a la democracia, pero lo grave es que esta puede ser la primera vez que alguien lo acepte», ha sentenciado Serrano. Poco antes, auguraba que aceptar la amnistía de los independentistas y rechazar las mociones en la Asamblea serán «un error histórico que ni las buenas formas del señor Lobato podrán superar».
Castellanos ha hecho también referencia a las contradicciones del PP, pero en otro sentido. Ha recordado que el diario de sesiones del Congreso recuerdo que Alianza Popular, «sus padres» ha dicho a la bancada popular, no votó a favor de una Constitución y un sistema autonómico que ahora defienden sin matices. «España no se rompe, a veces se tensiona, avanza», ha espetado al grupo presidido por Ayuso. Jesús Celada, diputado socialista que ha defendido la segunda moción sobre la amnistía, ha querido meter el dedo en el ojo a los populares, señalando que si no tienen los votos para llegar a la Moncloa y se ven en la necesidad de presentar estas iniciativas es «porque han perdido la capacidad absoluta de negociar», poniendo de relieve la «incapacidad» del PP de logra el apoyo del PNV en el Congreso.
Pugna entre PP y Vox
Pero más allá de la posición del PSOE, que tampoco se anticipa sorprendente por posibles fugas, otra de las pugnas que se han visto en el debate es la pelea que han mantenido PP y Vox en la defensa de sus posiciones. José Antonio Fuster Lamelas, diputado de la extrema derecha que ha subido a la tribuna, ha adelantado su voto a favor de las mociones populares, pero ha reconocido que lo hacía casi con la nariz tapada: «Votaremos sí por patriotismo, pero malditas las ganas por votar esto con un partido que ha tenido responsabilidad en el desastre de España».
La pelea entre los dos partidos de la derecha ha quedado así clara, y no le ha faltado respuesta por parte del PP. En su réplica, la primera referencia de Serrano no ha sido a los partidos de la izquierda sino a Vox, a quien ha agradecido con sorna su apoyo en la votación a pesar de que «de los seis minutos de intervención ha dedicado seis y medio a meterse con el PP y uno a defender a España».
En Más Madrid el responsable de defender la postura del partido ha sido Emilio Delgado, una elección que no es casual, pues es uno de los parlamentarios de este lado del ala progresista más ocurrente y mordaz en sus intervenciones. Este jueves desde la tribuna, más allá de defender la necesidad de hacer política para que España avance, ha pedido a Vox que «deje de dar la turra, que es la misma desde que España iba a hacer footing en chandal» y ha señalado que si Puigdemont estaba en su momento «dispuesto a incendiar Cataluña por el rédito político» que le daba, el PP está «dispuesto a incendiar España contra Cataluña por los mismos motivos».