John Banville se ha enterado este jueves en Córdoba, pasado el mediodía, de que el ganador del premio Nobel de literatura, para el que su nombre sonaba como uno de los favoritos, ha recaído en la figura del dramaturgo noruego Jon Fosse y no en la suya, una noticia que se ha tomado con humor cuando ha sido preguntado en el encuentro con los periodistas celebrado en el contexto de Cosmopoética, antes de la sesión de Cosmodiálogos que tendrá lugar esta tarde a las 20 horas en la Sala Orive.
«Le doy la enhorabuena al ganador aunque no lo conozco, ¿alguien lo conoce?», ha dicho en tono jocoso. A continuación, ha explicado que cada año sale una lista de posibles candidatos al premio que hace que «veinte o treinta escritores pasemos por el purgatorio durante días hasta que al final eligen a uno y nos envían al infierno al resto». «En este momento», confesó simpático, «aún estoy en llamas».
El escritor ha explicado sincero que los premios, pese a que «todos son premios de consolación,» son siempre una buena noticia para un escritor. «Nuestra vida es horrible, nos pasamos la vida solos encerrados en una habitación y con la familia quejándose porque no le hacemos caso y cuando por fin el libro sale todo el mundo se ríe de nosotros», ha comentado con el mismo tono de broma. Para él, la vida de un escritor, «no es una existencia muy agradable».
Luego ha recordado que en 2019, alguien le hizo creer que él había sido el ganador del Nobel y que supo que era mentira después de que su hija lo llamara para decirle que no era él. Entonces dijo, «bueno, pues ok». Y es que para Banville, «un autor es muy pobre o malo si su único enfoque es ganar un premio».
El enfoque del irlandés difiere del de Antonio Muñoz Molina, el novelista español que en el encuentro con la prensa de Cosmopoética celebrado el miércoles aseguró que los premios Nobel están bien si se les da a escritores que son buenos, pero a los que no se les conoce demasiado, para que su proyección aumente. «¿Qué sentido tiene dárselo a alguien que ya lo tiene todo?».