Fue uno de los anuncios estrella del primer ministro, Rishi Sunak, en su discurso de este miércoles en el último día de la conferencia anual del Partido Conservador: la intención de ampliar de forma gradual de la edad mínima para comprar tabaco, año a año, de tal manera que los niños y niñas nacidos a partir de 2009 no puedan adquirir cigarrillos en ningún momento de su vida. Una medida que ha sido aplaudida por las principales organizaciones de lucha contra el cáncer, pero que ha sido criticada por el sector más liberal de los ‘tories’ y que ha sido recibida con escepticismo por un sector de la población que, aunque celebra que se tomen medidas para acabar con el tabaco, considera que restringir su compra no acabará con el problema.
Sunak quiere seguir los pasos de Nueva Zelanda, el primer país en implementar una ley de este tipo, y poner en marcha la nueva norma a partir de 2027. “En nuestro país, el tabaquismo causa una de cada cuatro muertes por cáncer. Mata a 64.000 personas al año y provoca casi un ingreso hospitalario cada minuto”, ha asegurado este miércoles el primer ministro, quien tiene como objetivo aliviar la enorme presión que las enfermedades derivadas del tabaco tienen sobre el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés). “Tenemos la oportunidad de reducir las muertes por cáncer en una cuarta parte, aliviar significativamente esas presiones y proteger a nuestros hijos. Deberíamos aprovecharla”, ha añadido Sunak. La organización Action and Smoking for Health calcula que el tabaquismo supone un gasto adicional de 2.400 millones de libras anuales (2.759 millones de euros) para el NHS.
Para poner la ley en práctica, sin embargo, el primer ministro necesitará antes la aprobación del Parlamento. Algo que por ahora no está garantizado debido a la libertad de voto que el propio Sunak ha anunciado que dará a los miembros de su partido. El sector más liberal de la formación, encabezado por la exprimera ministra Liz Truss, ha calificado la medida de “antiliberal y anticonservadora” y ha criticado que se impongan restricciones a la venta de tabaco a personas de 39 años, eventualmente, y que sí se permita a las de 40. “¿Realmente vamos a pedir el carné de identidad a personas de 60 años dentro de 40 años?”, preguntaba al ‘Daily Telegraph’ el diputado conservador Philip Davies.
Según una encuesta publicada por YouGov a finales de septiembre, casi tres de cada cuatro británicos apoyan esta medida, aunque algunos de ellos tienen reservas sobre su efectividad. Anisha, una estudiante de 25 años, señala que si las personas quieren conseguir tabaco lo harán por otras vías. “Pasa lo mismo con las drogas, la gente siempre encuentra la forma de conseguirlas. Creo que poner leyes de este tipo realmente no contribuye a mejorar la situación”. Algo que también destaca Hassan, otro estudiante. “La prohibición hará que aumente la venta en el mercado negro: se venderá como si fuera cualquier otra droga”.
Prevención del cáncer
Sarah, madre de un pequeño de dos años, también se muestra escéptica pero reconoce que es bueno que los políticos se tomen en serio la lucha contra el tabaco. “Creo que es bueno que se trate de desincentivar. Con suerte tendremos una generación que no fume, que no contraiga cáncer de pulmón y que no muera de forma prematura”. Un argumento que también defienden los responsables de los servicios de salud británicos y las principales organizaciones de lucha contra el cáncer.
«Elevar la edad de venta de los productos del tabaco es un paso fundamental en el camino hacia la creación de la primera generación sin tabaco de la historia”, ha explicado la directora de la organización Cancer Research UK, Michelle Mitchell, al diario ‘The Guardian’. “Si se aprueba, el primer ministro merecerá un gran reconocimiento por anteponer la salud de los ciudadanos británicos a los intereses del lobby del tabaco”. Según un estudio de la consultora Frontier Economics, cerca de 184.000 casos de cáncer se podrían haber evitado en 2023 reduciendo factores de riesgo como el tabaco.