El delantero catalán demostró en la Youth League que su potencia y olfato de gol siguen intactos
Pese a que su regreso será progresivo, Ángel ha necesitado muy pocos días para ya ‘volar’
Ángel Alarcón está desafiando a todo tipo de lógica en su regreso. Tras cinco meses lesionado, el delantero del Barça ha necesitado muy pocos días para volver a exhibir su poderío. Lo normal es ir ganando la chispa de forma progresiva, pero el atacante ha regresado por sus fueros. Lo demostró en la Youth League en Porto con su golazo, galopada de 50 metros incluida.
Cuando vivía un excelente momento de forma, habiendo disputado ya cinco partidos a las órdenes de Xavi, Ángel se lesionó muscularmente. De nuevo, el delantero tuvo que pasar por el quirófano -ya lo había hecho antes a causa de una lesión de rodilla-, un duro golpe que ha superado a base de constancia y trabajo. Los frutos han tardado en llegar pero, cinco meses después, Alarcón vuelve a disfrutar del fútbol y lo hace, además, igualando el nivel que venía mostrando antes de lesionarse.
En lo que va de curso, Ángel acumula solo dos partidos: 20 minutos el pasado fin de semana ante el filial del Celta con el Barça ‘B’ y un cuarto de hora este miércoles en la Youth League en Porto. Ese ratito le bastó al delantero para impresionar a todos. No tanto por su golazo, sino por el cómo. En el club se muestran asombrados por la cabalgada de más de 50 metros que completó Alarcón. Y, tras ella, aún tuvo la frescura para definir con maestría con el exterior.
Ángel ‘trastoca’ los planes con su brutal arranque
¿Y ahora, qué? En la teoría, la idea del Barça era tomarlo con calma. Pero, en la práctica, va a ser más difícil. Ángel está exhibiendo un estado de forma envidiable, coincidiendo además con la plaga de lesiones en la parcela ofensiva del primer equipo. La hoja de ruta no cambia. Alarcón seguirá yendo de menos a más para acabar alcanzando el cien por cien de su potencia. Su calidad supone un ‘refuerzo’ de primer nivel para el elenco de Rafa Márquez y, paralelamente, Xavi Hernández no le quita ojo de encima.