El ocho veces campeón del mundo anuncia, con el visto bueno de Honda, la marca de toda su vida, que no cumplirá, en el 2024, el contrato que aún le quedaba
Todo parece indicar que el piloto de Cervera (Lleida) formará pareja, de nuevo, con su hermano Àlex, en el equipo ‘satélite’ de Ducati, dirigido por la viuda de Gresini
“Todos tenemos el corazón partido, me juego una mano a que él también, bueno, él es el primero que está destrozado, muy afectado, a nadie le gusta tomar una decisión así. Pero estas cosas pasan en la vida. Hay momentos que nuestros caminos se cruzan y Marc Márquez ha decidido que Honda no puede ofrecerle, el año que viene, una moto competitiva, ya no ganadora, una moto que lo ponga a prueba y ha decidido cambiar de equipo y de marca para saber, para comprobar, para experimentar, para averiguar, con una moto de verdad, con una auténtica moto de carreras, si aún puede pelear, de nuevo, por el título mundial de MotoGP”.
Este es el resumen de lo ocurrido en los últimos cuatro meses. Esta es la auténtica realidad de lo sucedido. Después de 11 años de matrimonio, un dominio total en la categoría, romper, en el 2013, todos los récords de precocidad de la máxima categoría, conquistar 6 títulos mundiales, 59 victoria (de momento), 110 podios y 64 ‘poles positions’, Honda y MM93 han hecho un comunicado conjunto en el que demuestran, como los buenos y fructíferos matrimonios, haber disfrutado del camino y se separan deseándose la mejor de las suertes que, en realidad, es un futuro incierto, muy incierto, para los dos protagonistas del divorcio.
Divorcio doloroso
Honda, que seguirá unida ciento por ciento a Repsol en el año de su 30 cumpleaños (2024) y en la temporada en la que entran en competición los biocombustibles Repsol, se queda sin su mejor campeón y, no solo eso, sin el único piloto que sabe pilotar esa endiablada y ya poco competitiva Honda RC213V y deberá buscarle sustituto ¡ya! Y Márquez, no nos engañemos y él es el que mejor lo sabe, se mete en la boca del lobo porque su más que seguro fichaje, por solo un año, el que le quedaba con el equipo oficial Repsol Honda, por el equipo Gresini Racing Ducati está rodeado de duda e incertidumbre.
En su día, Ducati Corse, el equipo oficial de la firma de Borgo Panigale, ni siquiera se planteó fichar a Márquez, lo despreció y, ahora, de la mano de una escudería cliente, el ‘team’ de Nadia Padovani, viuda de Gresini y uno de los equipos más modestos y pobres del ‘paddock’ de MotoGP, es decir, el cuarto equipo de Ducati por detrás del oficial, del Prima Pramac de Jorge Martín y el que es propiedad de Valentino Rossi, debe aceptarlo en la estructura de la fábrica de Bordo Panigale.
La cosa se complica para los dos, por descontado. Honda, que, en teoría, fruto de la movida generada por Márquez está provocando una revolución en el seno de su departamento de competición (HRC) que, de momento, no ha servido, pese a las gestiones desesperadas y la desolación que ha sufrido Alberto Puig, Team Manager de su equipo oficial, no ha podido convencer a Márquez de que se quedara. Y MM93 cree que, de momento, con lo que tiene y le ofrece Honda, en estos momentos, no cree que tendrá una moto ganadora en el 2024 y por eso trata de buscarse la vida en otro equipo, con una moto ganadora, aunque el año que viene tendrá que correr, como mucho, con la ‘Desmosedici’ de este año, no con la futura 2024.
Cuando, el pasado 10 de septiembre, desde Misano, El Periódico anunciaba que Márquez preparaba un “se queda” para explicar que cumpliría el año de contrato que le resta con la firma alada (2024), todo parecía indicar que así sería. Es más, el entorno del ocho veces campeón del mundo recibió la noticia con un escueto ‘of the record’: “La información es coherente, totalmente coherente”. Y es que, en aquel momento, Márquez creía que Honda iba a poder cumplir sus compromisos centrados, principalmente, en el fichaje de varios ingenieros europeos, empezando por el gurú de Ducati, Gigi Dall’Igna, que, por segunda vez en los dos últimos años, ha vuelto a descartar finalmente a la marca japonesa.
Alberto Puig ha vivido desesperado estos últimos meses intentando, si éxito, convencer a Honda de que hiciese los cambios técnicos necesario en su ‘staff’ para retener a Márquez
A partir de ahí y tras comprobar que el primer ‘proto’ 2024 de Honda era en realidad una ligera modificación, de nuevo, de la actual y escasamente competitiva RC213V, Márquez empezó seriamente a darle vueltas al adiós. Hubo un punto que le hizo dudar si anunciarlo tras el test de Italia y fue que Alberto Puig le pidió que, de existir la posibilidad de dejar Honda, debía, primero, decírselo a la cara a los jefazos de Honda, que le habían respetado su contrato millonario durante los tres últimos años, incluso cuando se paso más de medio contrato sin correr.
Márquez vio lógico decírselo primero a los jefes japoneses pero, ni siquiera después de la reunión que mantuvo con la cúspide de Honda, el pasado sábado, en Motegi, provocó una respuesta inmediata del piloto catalán, ya que hasta anoche, pocas horas antes de que se cumpliese el ultimátum ofrecido por Japón (mañana), el piloto de Cervera (Lleida) no ha abierto la boca y hoy ha aparecido el comunicado conjunto.
Dudas sobre el cambio
El dolor, insisto, es profundo en Honda, aunque muchos cree que los jefes japoneses nunca se sentaron ante Márquez y le pidieron “dinos lo que necesitas”, no haciendo caso en ningún momento a Alberto Puig, su mano derecha en los circuitos, que fue quien se pasó meses diciéndoles que perderían a Marc si no hacían una auténtica revolución en su departamento de carreras. No la hicieron y lo han perdido.
“Otra cosa es que el salto de Márquez a Ducati, perdón, al Gresini Racing Team, que no es Ducati, por parte de Marc, sea un acierto”, comenta a El Periódico de Catalunya, del Grupo Prensa Ibérica, una de las fuentes más válidas del equipo Repsol Honda. “No nos engañemos, se va al cuarto equipo de Ducati, muy por detrás del oficial, de Pramac y de VR46. Da la sensación de que a Ducati le encanta tener a Marc pero, tal vez, más para neutralizarlo que para darle la posibilidad de ganar su séptimo título”.
Y, además, todo parece indicar que Marc no podrá llevarse a su nuevo equipo a su segunda familia, su ‘mi familia del circuito’, que son su ingeniero y amigo Santi Hernández, Carlos Griñán, jefe de mecánicos, Jordi Castellá, su mecánico de confianza, Xavi Ortiz, experto en neumáticos…entre otras razones porque ellos también tienen contrato en vigor con el ‘team’ Repsol Honda, Gresini ya tiene cerrada la renovación del equipo técnico que ahora está con Fabio Di Giannantonio y, por descontado, los sueldos que paga Honda no tienen nada que ver con los que paga Gresini.