En 2022 hubo 8.631 interrupciones voluntarios del embarazo en la Comunitat Valenciana, según el informe anual que realiza el Ministerio de Sanidad, y en casi la mitad de los casos (4.517) las mujeres aseguraron que se habían quedado embarazadas a pesar de haber empleado métodos anticonceptivos. Entre los distintos métodos anticonceptivos destaca el preservativo (2.787 casos) así como métodos hormonales (1.580 mujeres). Sin embargo, no son los únicos ya que 74 mujeres aseguraron haberse quedado embarazadas con métodos mecánicos (diafragma, capuchones cervicales, esponjas anticonceptivas…) y 76 con «otros métodos». Fuera de esta estadística figurarían quienes han usado métodos anticonceptivos «naturales» (la conocida como ‘marcha atrás’, el método ogino…) en 261 casos, 181 donde «no consta» y 3.672 mujeres que han reocnocido no haber usado nada para prevenir un embarazo.
Los anticonceptivos no son cien por cien efectivos, pero nunca se conocen completamente las razones por las que fallan y se suele achacar al mal uso de los mismos. Así lo aseguran desde la Sociedad Española de Contracepción, tras recalcar que el método más utilizado para evitar los embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual (ITS) sigue siendo el preservatorio. Esto es así «por la falta de conocimiento sobre las alternativas posibles entre la población más joven». Por ello, aseguran que mejorar en educación sexual sigue siendo una tarea pendiente. Además, cada vez más jóvenes rechazan los tratamientos hormonales.
El informe del Ministerio de Sanidad asegura que la gran mayoría de las interrupciones voluntarias del embarazo se producen a petición de la mujer ya que solo en 75 ocasiones se llevó a cabo el aborto por «grave riesgo para al vida de la embarazada», 2n 285 se hizo por «anomalías en el feto» y en 14 porque «la emfermedad del feto era extremadamente grave o incurable».
Ahora bien, a pesar de que 6.000 de las 8.000 mujeres que decidieron interrumpir su embarazo de forma voluntaria fueron informadas en centros públicos, en 7.776 de los casos la intervención se llevó a cabo en centros extrahospitalarios de titularidad privada, es decir, en clínicas privadas acreditadas por al Administración. Y eso a pesar de que la mayoría de los profesionales no se declaran objetores de conciencia. De esta forma, las interrupciones voluntarias del embarazo, despenalizadas en España desde los años ochenta y cuya legislación se revisó en 2010, son excepcionales en la sanidad pública valenciana. Es más, a la Conselleria de Sanidad solo le constaban (al menos en 2022) que un 15 % de los facultativos de Ginecología habían dejado por escrito su negativa a hacer abortos, lo que significa 73 de 457 profesionales.
La Conselleria de sanidad espera que estos datos cambien. Por ello, a principios de este año actualizó el protocolo para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) para promover que las mujeres puedan practicar un aborto en la red pública de hospitales y no en centros concertados o clínicas privadas como suele suceder en la mayoría de los casos.
De cada mil mujeres de entre 15 y 44 años, decidieron interrumpir el embarazo 8,7. Esta cifra se mantiene en los últimos años. Así, de las 8.631 mujeres que interrumpieron su emabarazo de forma voluntaria solo 34 tenían menos de 15 años y 919 tenían entre 15 y 19 años. El pico más alto se produceen en mujeres de entre 20 y 24 años (1.916). Entre los 25 y los 29 años hubo 1.732 mujeres, y entre los 30 y los 34 años, 1.732. Entre los 35 y los 39 años, hubo 1.471 mujeres. Y la cifra comienza a descender hasta las 731 mujeres de 40 a 44 años y llas 52 de más de 44 años