El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol Soley insta a Carles Puigdemont a ser «exigente» en la negociación de la investidura de Pedro Sánchez, «para procurar que no nos engañen«.

El expresident afirma que esta negociación no puede limitarse al traspaso de competencias, sino que debe realizarse «con sentido de permanencia y de duración. Que al cabo de cinco, 10 o 20 años no se pueda decir que no sirve. Por lo tanto sí, con sentido histórico«, señala en una entrevista concedida al digital ElNacional.cat.

Y señala que la prioridad de los partidos catalanes debe ser preservar en todo momento «la identidad de Cataluña», que a su juicio es «la columna vertebral de la nación. No se puede perder», sentencia.

«Eso lo resolveremos porque les traspasaremos Rodalies (los trenes de Cercanías)…», comenta Pujol parodiando la actitud de los partidos nacionales, «¡pero qué cara! Ya hace mucho tiempo que se tenía que haber traspasado. Con eso no resolveremos los problemas. El traspaso se tiene que hacer, como tantas otras cosas, pero el problema es más esencial».

Jordi Pujol, que se encuentra imputado por corrupción en la Audiencia Nacional, considera que la negociación abierta tras las elecciones del 23-J constituye una oportunidad para Cataluña, ya que España vive «una situación de crisis. España también tiene que hacer una reflexión» que, asegura, «no será fácil».

De este modo sitúa cuál debe ser la prioridad de los dos principales partidos independentistas, Junts y ERC, ante la negociación: «Es evidente que la economía es muy importante, es evidente que las infraestructuras son muy importantes, es evidente que el modelo social es muy importante… Pero hay una cosa única que es la identidad de Cataluña. Y esta identidad es la columna vertebral de la nación; no se puede perder.»

Como patriarca de la antigua Convergència, Pujol jugó un papel fundamental en el llamado Pacto del Majestic, que permitió a José María Aznar gobernar en minoría durante su primera legislatura (1997-2000), mediante un acuerdo con los nacionalistas catalanes.

Aunque en aquel momento sólo se puso sobre la mesa el traspaso de inversiones y competencias (además de la defenestración del entonces líder del PP catalán, Aleix Vidal-Quadras), Pujol cree que no fue un mal precedente:  «Con algunas cosas del Pacto del Majestic no nos engañaron y España actuó de acuerdo con aquellos criterios. Pero no todos», afirma en la entrevista.