El PP concurrirá a las elecciones vascas del próximo año pensando en abrir una fuga de votos al PNV. Tras las elecciones generales de julio y constatado el portazo de los nacionalistas vascos a la investidura de Alberto Núñez Feijóo 24 horas después, el PP empezó a pensar en el relevo de Carlos Iturgaiz con ese objetivo. Los populares están convencidos de que el apoyo de la formación de Andoni Ortuzar a Pedro Sánchez al mismo nivel que EH Bildu, pasará factura en el electorado del centro derecha. Y tras valorar las distintas opciones, el elegido es Javier de Andrés, diputado nacional por Álava (recuperó un escaño que al PP se le resistió en las dos convocatorias anteriores) y ex delegado del Gobierno en esa comunidad con Mariano Rajoy.
La junta directiva regional del PP vasco convocará este miércoles un congreso extraordinario para el primer fin de semana de noviembre en el que saldrá elegido presidente del partido y, más adelante, candidato a la ‘lehendakaritza’. Confían en que haya consenso total en torno a su figura tras meses en los que había mucha incertidumbre. El liderazgo de Iturgaiz, que llegó en un momento en el que era necesaria la paz interna tras la traumática salida de Alfonso Alonso, lleva agotado mucho tiempo. En la cúpula nacional ponen en valor los resultados electorales el 23J en Álava de la mano de De Andrés, que llegó a superar al PNV en votos.
Algunas voces dicen abiertamente que se trata de un perfil “muy similar a [Íñigo] Urkullu”, actual lehendakari peneuvista. “Es como el Urkullu del PP” dicen, expresando sin ambages lo que el partido busca en las próximas autonómicas: morder un trozo del pastel del PNV en un momento de importante desgaste.
El enfrentamiento dialéctico que Feijóo tuvo con el portavoz jeltzale, Aitor Esteban, en la tribuna del Congreso durante su debate de investidura fue un buen resumen del estado de la situación: el PP cree que el PNV ha devaluado su peso en la política nacional al cerrar la puerta tan rápido al gallego y centrarse en apoyar a Sánchez. De hecho, el dirigente gallego elaboró la comentada réplica al PNV, pensando también en clave autonómica.
En Génova saben que los nacionalistas vascos, en realidad, no tenían otra opción. Su único objetivo es seguir gobernando el País Vasco y necesariamente deberán contar con el Partido Socialista de Euskadi. Además, los populares cuentan con que EH Bildu podría ser primera fuerza. De ahí, que el equipo de Feijóo señale esa cita con las urnas como un momento de altísima tensión si la legislatura echa a andar. Lo que ocurra allí, insisten, “puede ser determinante para la gobernabilidad en España”. Y en esa tesitura, el PP piensa que ‘arañar’ al PNV puede ser clave también.
Como publicó este diario, muchas miradas se dirigían a la actual secretaria general, Laura Garrido. Por varios motivos. Es mujer, conoce el partido muy bien, habla euskera a la perfección y proviene de una familia alavesa, los Knörr, que ha tenido una intensa vinculación con el nacionalismo vasco. Sin embargo, muchos dirigentes mostraban dudas por la falta de “un perfil propio” y “más carácter político”. Javier de Andrés, la apuesta de Feijóo y según fuentes del PP vasco, el favorito también en Álava y Guipúzcoa frente a Garrido, no habla euskera “pero tiene todo lo demás que necesita el PP”, afirman. En la cúpula conservadora recuerdan que el socialista Patxi López también fue lehendakari sin hablar euskera.
El debate interno en el partido se ha centrado en los últimos meses, precisamente, en el perfil por el que debían optar para volver a ganar relevancia en el País Vasco. En las últimas citas electorales las cosas mejoraron, aunque no lo suficiente. Y también hubo críticas a la gestión de los pactos tras las municipales.
“Recambio, pero no renovación”
Hay otro sector del PP vasco que considera que este era el momento para “abrir” el partido y tener una formación “más foralista y vasquista”, apostando por un PP más vinculado a la cultura y tradiciones vascas, sin que eso supusiera una renuncia a los valores clásicos de la formación. De Andrés, dicen, puede cumplir con ese perfil foralista, tiene experiencia como diputado, como delegado del Gobierno y sabe moverse en Vitoria, sede del Gobierno vasco.
Pero las reticencias de algunos dirigentes al plantearse competir con el PNV justo ahora con ese candidato se basan en la necesidad de pensar en alguien que pudiera vincularse rápidamente con la idiosincrasia vasca, que hable el idioma con naturalidad y tenga un cierto arraigo entre el empresariado o la cultura vascas, característica que sí cumplía Garrido.
Entienden que De Andrés representa un modelo “más conservador” y una edad (56) similar a la de Iturgaiz, de forma que se interpreta como “un recambio, pero no una renovación”. Los mismos que habían defendido que Garrido podía suponer un poco de aire fresco para el partido también reconocen que De Andrés tiene más “tablas” y experiencia de gestión, cuestiones básicas para medirse con Urkullu. Pero en las elecciones autonómicas gran parte de los debates son en euskera y eso puede dejarle en desventaja.
¿Un número dos que compense?
Si De Andrés toma las riendas, consideran otras fuentes, sería necesario suplir esa parte de imagen renovadora y vasquista en la secretaría general. En las quinielas hay varios nombres. Una es la propia Garrido, que ya ocupa el cargo, aunque en el PP vasco reconocen que le falta fuerza para imponer su criterio en la organización del partido.
La otra es Vanessa Vélez, concejal en el Ayuntamiento de San Sebastián desde las últimas elecciones de mayo. Vélez ha sido concejal en los municipios guipuzcoanos de Andoain y Lasarte, y en ambos ha combatido con dureza a los abertzales, a cuyas amenazas se ha enfrentado varias veces, pero había abandonado la política en la legislatura anterior. Algo que ocurría por segunda vez en su trayectoria política.
El tercero en cuestión es Mikel Lezama, hoy diputado del PP en la Diputación de Guipúzcoa. A diferencia de las anteriores, que tienen una amplia trayectoria y bagaje, el ‘hándicap’ de Lezama es precisamente la falta de experiencia. A su favor, habla euskera y tiene una imagen real de renovación. Por todo ello, muchas voces sostienen que su momento podría “tardar un poco más”. Por último, la que fuera candidata al Ayuntamiento de Bilbao, Esther Martínez, a quien Iturgaiz rescató para su regreso a la política.