«Honda Racing Corporation y Marc Márquez han elegido mutuamente rescindir prematuramente su contrato de cuatro años al final de la temporada 2023 del Campeonato del Mundo de MotoGP». Este es el inicio de un comunicado de seis párrafos con el que la firma del ala dorada ha hecho oficial este miércoles a las dos de la tarde la ruptura que se venía fraguando desde hace meses entre Honda y Marc Márquez.

En esos seis párrafos se puntualiza que «que los mejor para ambas partes era buscar otras vías en el futuro para lograr mejor sus respectivas metas y objetivos» y que se seguirán brindando «todo su apoyo durante las pruebas restantes de la temporada del Campeonato» para terminar en los mejores términos una asociación exitosa.

Le echaron el ojo en Moto2

Será el punto final a una de las alianzas más exitosas de la historia de la categoría reina que se fraguó ya en 2011 en su primer año en Moto2 con los primeros rumores de su salto MotoGP en Repsol Honda y se certificó en julio de 2012 con el anuncio oficial incluso antes de proclamarse campeón de la categoría intermedia. En estas 11 temporadas han conquistado juntos seis Campeonatos del Mundo de pilotos y de marcas, cinco títulos de equipos -cinco Triple Coronas-, 59 victorias, 101 podios, el último conquistado este pasado domingo en Motegi, y 64 poles.

«Aunque hay gente que diga que disfruto, no estoy disfrutando. Hay noches sin dormir y hay noches pensando mucho y lo estoy sufriendo, pero intento apartarlo. Intento estar lo más centrado en pista porque pilotar una MotoGP no es fácil», decía este domingo Marc Márquez a DAZN en Motegi. Desde hace meses Marc se había desconectado y estaba esperando que en Honda dieran por fin el paso que les tocaba hacer a ellos, darse por vencidos porque ni con hechos como cambiar el Project Leader hace un par de semanas sería suficiente para retenerlo, mejor terminar de mutuo acuerdo. Y este fin de semana en Motegi escenificaron el final feliz de este cuento de hadas que ha sido su relación con un podio en casa.

El proceso de desconexión con Honda comenzó ya durante su convalecencia tras partirse el brazo derecho en aquella maldita caída en carrera del 19 de julio de 2020 en Jerez cuando la Honda lo escupió por orejas cuando ya había dejado de apretar en su remontada y estaba conservando. Fue la electrónica de la Honda causante de aquella caída y el inicio a un calvario de más de dos años.

Siendo protagonista del contrato más lucrativo del actual MotoGP -según Forbes 12,5 millones de euros al año-, Márquez ha tratado hasta el final de mantener la esperanza de revertir la situación, pero a su regreso a la competición se encontró conque la línea de desarrollo de la Honda era errónea, la moto también era ingobernable para él y ya no solo para sus compañeros.

El speach de 2022 no sirvió

Una vez recuperado de la última cirugía en la Clinica Mayo de Rochester en junio de 2022 y a pocas semanas de reaparecer de nuevo en el test de Misano Marc Márquez hizo un viaje relámpago al Red Bull Ring para sostener una determinante reunión con la cúpula de Honda, donde sentó las bases de lo que debía ser su futuro común: «Al jefe le he enseñado el brazo ¿Has visto esto? -enseñando la cicatriz-. No lo he hecho por placer, es para ganar. Yo quiero volver arriba con vosotros, pero si no es con vosotros me voy a buscar la vida». Que es lo que ha acabado haciendo un año después.

El definitivo desencuentro llegó a final de noviembre en el test postcarrera de Cheste donde probó la moto para 2023. El ‘speach’ no había servido para nada, la moto no estaba a la altura y lo más revolucionario que hizo HRC, además de unir las divisiones de dos y cuatro ruedas -sinergia que apenas se ha notado en hechos-, fue apartar al Project Leader Takeo Yokohama, recuperar a Shinichi Kokubu, el autor de la Honda más ganadora de la era 1000cc que ya estaba en la reserva, y pescar de Suzuki a Ken Kawauchi como director técnico, pero sin galones solo una carpeta para apuntar cosas.

Después de estamparse contra el suelo reiteradamente en el primer tercio de campaña, tocó fondo en su circuito fetiche Sachsenring con cinco caídas en dos días, una peineta monumental a cámara -y a Honda, de pura rabia-, y, a pesar de tener el OK médico, no corrió la carrera del domingo. Fue el punto de no retorno.


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Que todas las marcas querrían a Marc Márquez sobre sus motos es un hecho porque dos ‘management’ tan críticos en el pasado con él como KTM y Ducat han negociado para incorporarlo desdiciéndose de lo que habían manifestado públicamente, que no le necesitaban para nada y que solo puede desestabilizarlos. La vía KTM la vetó Dorna al no darle a Mattighofen las dos plazas que guarda desde el adiós de Suzuki. La vía Ducati, donde ya estaba su hermano Alex como avanzadilla, resultó más fácil desde que la familia Gresini renovó con Borgo Panigale para seguir teniendo sus motos hasta 2025, tras renovar en agosto.

Honda ha intentado retener a su descontento crack, pero han llegado hasta lo que es culturalmente admisible para ellos, pasos lentos y poco revolucionarios, esa estructura piramidal ha llegado tarde. El primer prototipo 2024 era una continuidad de la moto 2023, insuficiente; a Kokubu lo han apartado como project leader para buscar a otro peón de la casa, Sato-San, y ni tiempo, ni paciencia, es lo que tiene Marc para esperar que en dos meses el prototipo del test de Cheste sea los dos pasos adelante precisos. 

El comunicado de Gresini Racing

Ahora la pelota está en el tejado de Gresini Racing que antes tiene que «despedir» públicamente a su piloto Fabio Di Giannantonio. Tras el anuncio de Honda todos estaban pendiente de Faenza por si había algo que comunicar y desde el departamento correspondiente solo hubo una respuesta a los medios: «no tenemos previsto noticias por nuestra parte».

Quedan muchos flecos por resolver, el futuro de su ‘dream team’ técnico con el que lleva más de una década y si realmente Ducati le va a proporcionar a un ocho veces campeón mundial, seis veces de MotoGP, solo una GP23 en lugar de la GP24 pata negra, como afirman, y más si Marc aporta un sponsor que pueda pagar el alto ‘leasing’ por ella y que sin un gran sponsor los Gresini no podrían permitírselo. Ya en el pasado Fausto Gresini convirtió a su equipo de MotoGP, entonces cliente de Honda, en una de las estructuras privadas más fuertes gracias a patrocinadores potentes aportados por sus pilotos españoles, en aquel caso Movistar.

El 12 de octubre, en el Media Day del GP de Indonesia en Mandalika, Marc Márquez dará las correspondientes explicaciones, hasta donde pueda leer aún.