Cepillos de dientes, cuchillas de afeitar, objetos personales…, cualquier utensilio es válido para que la policía pueda extraer muestras de ADN con el fin de identificar a las víctimas del incendio de la discoteca de Atalayas que, por el estado de los cuerpos, es imposible hacerlo a través de las huellas dactilares. Familiares de los desaparecidos se acercaron ayer hasta la Jefatura Superior de Policía de Murcia para aportar tanto estos objetos como sus propias muestras biológicas para que se puedan cotejar y la identificación resulte más sencilla. Al menos cinco cuerpos pudieron ser identificados por las huellas de los dedos, pero el resto deberán pasar ahora por un largo y complejo proceso, donde intervendrá el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid, al encontrarse completamente calcinados, según confirmó ayer el delegado del Gobierno, Francisco Jiménez. Estas tareas podrían prolongarse más de una semana, para el desconsuelo de los familiares que ayer aguardaban noticias.

Miriam Montealegre fue una de las primeras en pasar por la Comisaría del centro de Murcia. Es la tía de Eric Hernández, el joven de 30 años que celebró su cumpleaños en uno de los reservados de la primera planta de la discoteca Fonda. Su hijo Walter acudió a la fiesta: «Me llamó para preguntar si estaba Sergio (hermano de Eric) en la casa. Le pregunté que qué pasaba, y me dijo que la Fonda se incendió», explicó entre sollozos. «Quedaron atrapados». Aunque no hay confirmación oficial, entre los posibles fallecidos también estarían la novia de Eric, Orfilia Landón, y otros dos amigos: Tania y John. También habría fallecido una de las camareras del local.

Hasta las puertas del local incendiado se acercaron Leidy y Jacqueline intentando saber algo de sus amigos. Muy cercanos a la familia de Eric, la primera explica que no acudió a su fiesta al estar de baja, pero que es una discoteca que frecuenta mucho todo el grupo de amigos.

Entre los fallecidos habrían personas de nacionalidad colombiana, nicaragüense, ecuatoriana y española con doble nacionalidad española y ecuatoriana. La discoteca era frecuentada por la comunidad latina, donde se reúnen mucho para celebrar cumpleaños y fiestas especiales. Varios familiares, sobre todo aquellos que residían fuera de Murcia, pudieron alojarse en el hotel Conde de Floridablanca.

Dolor en Caravaca

En Caravaca de la Cruz se vivieron escenas de dolor y consternación según se iba confirmando la noticia del fallecimiento de cuatro jóvenes en el incendio. Jorge y Rosa dejan a tres hijos huérfanos. También fallecieron Kevin y Leidy Paola, una pareja de novios, está última fue quien envió un desgarrador mensaje a su madre, antes de fallecer. Los cuatro jóvenes viajaron en el mismo vehículo para disfrutar de una noche de fiesta, en alguno de los casos era la primera vez que iban a esa zona de ocio. Una noche que terminó en tragedia.

Niños huérfanos y una familia rota, las otras víctimas del incendio. Archivo


Jairo Correa, el padre de Leidy Paola, de 27 años, una de las fallecidas, tiene una tienda de telefonía en la Gran Vía, una persona muy conocida en el municipio. Los trabajadores de los establecimientos próximos mostraban su dolor por el fatal desenlace, como era el caso de Loli, que trabaja en una tienda de informática próxima, «los conozco desde hace mucho tiempo, ellos están muchos años en Caravaca y lo primero que hice cuanto conocí la noticia fue escribirle», explicaba entre lágrimas.

Otra de las fallecidas, Rosa de 32 años de edad, participaba en un plan de Empleo que precisamente se clausuraba ayer: «Era una persona muy divertida, con muchas ganas de vivir, no nos podemos creer lo que ha sucedido», comentaban sus compañeras.