La grabación lo muestra de pie, junto a un micrófono y enfrente del juez. Un camarero de Manzanares (Ciudad Real) declara bajo juramento. Ha sido amigo y ha hecho negocios con Antonio Caba, que está en prisión acusado de matar y hacer desaparecer a dos empresarios en 2019 y 2022.
La Guardia Civil recuperó los dos cadáveres de Juan Miguel Isla y Jesús González Borrajo sumergidos en dos pozos cercanos los pasados meses de marzo y junio. En su declaración ante el juez, a la que ha tenido acceso CASO ABIERTO, canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, el hombre admite que su amigo, acusado de ambos crímenes, «me ha manipulado. Yo estaba ciego y le he defendido», explica. Añade que «me ha engañao y me ha metío en un embolao…»
Esta casa va a ser para ti
El camarero confiesa que, tres días después de la desaparición de Juan Miguel Isla, el 25 de julio de 2022, él aceptó participar en un fraude para hacerse con una de las fincas de la víctima. «Ese contrato es falso. Todo eso lo ha hecho Antonio Caba y me metió ahí… Me dijo, esta casilla va a ser para ti», en alusión a la casa que había dentro de la finca de la víctima.
Según su testimonio, Caba -que de acuerdo con la investigación de la Guardia Civil había asesinado y tirado a un pozo al empresario tres dias antes- copió la firma de la victima de otro contrato para cerrar la supuesta venta cuando el hombre ya estaba muerto. El camarero explicó que él y Caba acudieron a un bar de Daimiel y «yo firmé, todo es inventado». Desde entonces, y con el legítimo dueño desaparecido, él se quedó con la casa y Caba con el resto de la finca.
«El gilipollas se ha ido»
Juan Miguel Isla había desaparecido tres días antes de que se apropiaran de su finca. Desde entonces, Caba y su amigo, que no sabía lo que había ocurrido, hablaban del caso. «Me decía: ahora el gilipollas, que se ha ido por ahí». En otras grabaciones que constan en el sumario, adelantadas por CASO ABIERTO, Caba habla con otra persona que incluso apunta que la victima podría haberse ido con prostitutas.
Desde aquel mes de julio hasta enero de 2023, Caba y su amigo siguieron haciendo vida normal. También dentro de la finca y de la casa. El camarero recordó ante el juez algunos episodios ocurridos allí, en el lugar donde su amigo habría matado al empresario entonces oficialmente desaparecido. Caba acudía con cierta frecuencia y «estaba obsesionado» por limpiar las cortinas, «otro día, en septiembre u octubre, él llegó allí y cogió dos o tres botes de aguarrás o algo de eso y lo echó por las paredes», supuestamente para acabar con «las pulgas y los mosquitillos».
Caba repitió esos episodios de limpieza del lugar del crimen en otras ocasiones, según la declaración de su antiguo amigo: «Me llamaba y me decía: ¿estás en el campo? y, estando yo allí con mi pareja, llegaba él y cogía estos productos de limpieza y echaba como un loco al suelo».
Ana Rosa y Facebook
El pasado mes de enero, CASO ABIERTO adelantó que la Guardia Civil vinculaba la desaparición de Juan Miguel Isla con la de otro empresario, Jesús González Borrajo, ocurrida en 2019, y que se investigaba a la misma persona por los dos casos. El camarero recuerda en su declaración como testigo ante el juez que habló con Antonio Caba de ese asunto, especialmente de lo que decían «en Ana Rosa», en alusión al programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco. Poco después, la Guardia Civil recuperó el coche del segundo desaparecido, que había sido abandonado en Albacete. El testigo recuerda que fue él quien avisó a Caba, después de enterarse «por Facebook».
Las investigaciones avanzaron. La Guardia Civil colocó un micrófono en el coche del sospechoso y escuchó sus pensamientos en voz alta. Poco después, detuvo por el crimen a Antonio Caba y a un jubilado, Gaspar Rivera. En marzo, recuperaron el cadáver de Juan Miguel Isla dentro de un pozo. En junio recuperaron el cuerpo del otro desaparecido. Ante el juez, el camarero explica que nunca imaginó que su amigo pudiera ser un asesino: «no he desconfiao, yo es que he estado ciego con este hombre. Me ha manipulao… ciego, ciego. Lo he tenido en un altar, si es que lo he defendido».
«Don Antonio»
Recordó, en ese sentido, que Caba «pasaba al cuartel de la Guardia Civil y le decían don Antonio», debido a que tenía amistades «que son altos cargos de la Guardia Civil» en la zona de Manzanares. Y que ellos tampoco «notaron nada del perfil que tenía este hombre».
Sobre el verdadero carácter de su antiguo amigo, aportó una anécdota ocurrida en el lugar del crimen: «hicimos en enero un arroz con bogavante, que compró los bogavantes un amigo mío, y él (Caba) fue allí a comer… Qué sangre fría hay que tener para comer allí. Y estuvo allí sentado comiendo después de haber hecho lo que hizo allí. Si es que no se le notaba que era así este hombre…Inimaginable».
Antonio Caba está en prisión por los dos asesinatos y no ha declarado ni ante la Guardia Civil, que lo detuvo, ni ante el juez. En la cárcel está también Gaspar Rivera, el jubilado que confesó haberle ayudado a deshacerse del cadáver de Juan Miguel Isla. Todavía faltan por conocerse los resultados de la autopsia, para saber cómo murió Isla y que establecerán si el empresario fue arrojado vivo o muerto al pozo. También, los análisis del arma, una pistola Astra 9 de cañón largo, que podría haber sido la utilizada para matarlo.