Los tipos de interés siguen preocupando a los inversores. Los bancos centrales de todo el mundo han endurecido su política monetaria de forma no vista en mucho tiempo para luchar contra la inflación, y ya se han tocado tasas no vistas desde 2008. El nerviosismo es palpable, y hay quien ya se pregunta si la Fed o el BCE no se habrán pasado de frenada, y es que las consecuencias de unos tipos tan elevados están por llegar. Las bolsas también han sufrido esta incertidumbre, aunque Barclays cree que los tipos no serán lo que determine el futuro de los mercados.

Entonces, ¿qué lo hará? Pues según comentan los expertos del banco británico en su último informe de estrategia en renta variable, será el desempeño de las propias cotizadas. «Más que la dirección o el nivel de las tipos, creemos que son las ganancias las que determinarán la trayectoria del mercado de valores en general«, aseguran.

En las últimas semanas gran parte de la atención se la han llevado los bonos, ante el temor a que la economía estadounidense pudiese pasar del aterrizaje suave a la estanflación. La rentabilidad se ha disparado ante la búsqueda de refugio, pero en Barclays opinan que las acciones, que nunca han dejado de estar en el radar de los inversores, pronto recuperarán protagonismo en los mercados.

«La historia demuestra que los rendimientos tienden a bajar cuando la Reserva Federal deja de subir los tipos, y si los bajos índices PMI son realmente un indicador fiable del crecimiento, la renta variable podría recuperar terreno frente a la renta fija«, aseguran estos analistas. Y es que «los fundamentos –en términos de ganancias aún resistentes– continúan brindando un suelo a los flujos de acciones».

Unos flujos que no se han detenido en ningún momento, pese a la avalancha que ha habido hacia los bonos, el dólar y las materias primas. De hecho, comentan que los flujos de acciones han sido, en realidad, «ligeramente positivos en septiembre». «En general, la exposición a la renta variable parece en términos generales neutral», explican estos expertos, que señalan que lo ocurrido «sugiere que los inversores están bien protegidos, por lo que no entraron en pánico«.

Y no lo hicieron, comentan desde Barclays, por el posicionamiento defensivo que reina en las carteras. «La asignación defensiva ayuda a los inversores», explican estos expertos, aunque también «refleja menores expectativas de crecimiento», aunque «son los tipos reales más altos los que afectan a las acciones».

En cualquier caso, afirman, «el rendimiento superior del valor aún no se ha visto igualado por los flujos». «La tecnología sigue estando bien cotizada a nivel mundial, el sector financiero se ha vendido y las materias primas están viendo el regreso de las entradas», indican sobre la marcha de los mercados. En Europa, por su parte, los sectores defensivo y de materias primas «están experimentando una mejor demanda que los bancos y el sector industrial«.

«Aunque tanto el valor como el defensivo están obteniendo mejores resultados en sincronía, lo cual es inusual, los inversores todavía parecen subexpuestos al primero, y la tecnología y el lujo siguen estando muy bien poseídos», dicen. Pero en general, la «inclinación defensiva» ha ayudado a que los fondos de la UE tengan un mejor desempeño, «compensando su subexposición al valor».

También comentan los estrategas del banco británico que los ‘hedge funds’ siguen teniendo una inclinación cíclica, habiendo añadido posiciones largas en energía y bancos. «La relación largo/corto es ahora la más alta para energía, pero también sigue siendo alta para lujo», concluyen.