Los maestros cerveceros de Mallorca han conseguido hacerse un hueco en el mercado tras años de investigación y creación. Una década en la que marcas como Sullerica y Forastera han trabajado para encontrar el sabor perfecto, el que las define. Y cada vez son más los jóvenes que se animan a emprender y probar suerte con sus cervezas. Este es el caso de Andreu y Damià Ramos, los creadores de Moixa. Una cerveza, tostada de malta caramelizada y cuya etiqueta rinde homenaje a las rondalles mallorquinas. Unas bebidas que se pueden encontrar en las ferias de cerveza que se celebran cada año por toda la isla y resultan una oportunidad para descubrir nuevos sabores.

La leonesa Marta Badal Rivera y el berlinés Sven Godhes crearon Forastera en 2013. Una cerveza artesana, ecológica y libre de transgénicos que nació en El Molinar, y que actualmente se elabora en Alaró. Badal asegura que ofrecer un producto alternativo y artesano es muy complicado porque «la industria cervecera es muy potente». Según explica la fundadora de Forastera, las grandes marcas establecen contratos con bares y restaurantes para evitar que comercialicen otras cervezas. Incluso, les ofrecen el mobiliario para equipar sus establecimientos u obsequios. Algo con lo que los pequeños cerveceros no pueden competir.

A pesar de que la cultura cervecera aún no está arraigada en Mallorca, Badal asegura que cada vez cuenta con más adeptos. De hecho, la leonesa dice que durante los primeros años de Forastera, su tarea consistía en ir de bar en bar a explicar qué era la cerveza artesana y por qué debía existir. Y recuerda, emocionada, que el primer año lo hizo embarazada.

Sin embargo, ahora su cometido ha cambiado y reside en dar a conocer las diez variedades de cerveza que elaboran. Como si de un catálogo de vinos se tratara. Porque esta bebida creada a base de agua, malta, lúpulo y levadura también cuenta con una infinidad de posibilidades.

Han proliferado ferias dedicadas a la cerveza artesanal. M. Magdalena Mas


Tanto es así que el biólogo y fundador de Alpha Acid, Jaume Vives, asegura que detrás de esta bebida se esconde mucha ciencia. Puesto que la fermentación se trabaja a través de bacterias y microorganismos, como la levadura, que resultan clave en la producción de cerveza. El biólogo define la cerveza artesana como «una bebida viva, que no está pasteurizada ni filtrada», por lo que está en constante transformación. De hecho, Vives asegura que «no tiene el mismo sabor una cerveza el primer día que se embotella, que al cabo de dos semanas». Y es de esta constante transformación de donde, según Vives, surge la pasión de los maestros cerveceros.

Con Alpha Acid, Vives se dedica a recorrer las ferias de cerveza de Mallorca para dar a conocer; ADALT Brewing, de Palma; Sa CerVIseria, de Cala Ratjada, y Grahame, de Menorca, entre otras. Vives asegura que gracias a las ferias, cada vez hay más gente dispuesta a probar esta bebida artesana y de calidad. De hecho, Sa CerVIseria ha diseñado una botella para que los amantes de la cerveza la compren a granel y la disfruten en casa. El diente de león, el cilantro o el romero son algunas de las hierbas que se han utilizado de forma tradicional para condimentar la cerveza. Sin embargo, en los últimos años, según explica Badal, se ha descubierto que el lúpulo es la más adecuada. Asimismo, cada cervecero trabaja y tira de imaginación para crear una bebida que le represente. Y en el caso de Sullerica, uno de los ingredientes estrella es la flor de naranjo, que se distingue tanto en La Fosca como en la Original. Guillem Coll, el cervecero de Sullerica, abrió, por primera vez, las puertas de la pequeña fábrica en 2012. Lo hizo con financiación propia y mucha ilusión. A lo largo de esta década, su objetivo ha sido siempre el mismo: «buscar la máxima calidad». Coll asegura que el crecimiento de Sullerica ha sido orgánico y que no fue hasta 2017, cuando se consolidó la marca. En este sentido, asegura que “todos los negocios son difíciles de arrancar, pero el de la cerveza artesana más” porque la industrial les lleva mucha ventaja. También porque, según dice, la cultura cervecera aún no está enraizada en la isla.

‘Sullerica’, otra marca del mercado de las cervezas. M. Magdalena Mas


Con el objetivo de sacar el mayor rendimiento a la fábrica, Coll también produce cervezas para terceros. Este es el caso de Moixa, la cerveza de Andreu y Damià Ramos, dos hermanos que comercializan un solo tipo de cerveza y que en su segundo año de vida ya cuenta con dos premios. Se trata de una cerveza tostada con poco amargor y carameliza. Una elaboración que comenzó como un pasatiempo y que hoy ha dejado de ser un simple divertimento. Y es que marca ya se encuentra en algunos bares de la isla.

Andreu Ramos dice que detrás de Moixa hay un gran trabajo de marca. Ya que lo más peculiar de esta cerveza es que está ambientada en el universo de las rondaies mallorquinas. Tanto su etiqueta como el universo que le rodea. Y es que los dos hermanos están creando nuevas fábulas para contar, como dice Ramos, “con una buena cerveza”.