VL.Deltell / Ángel García
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Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
V.López Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
V.López Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
V.López Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
V.López Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
V.López Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
V.López Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.
Desfile de humor en Crevillent
Ángel García /V.L. Deltell
Colores, risas, algarabía y muchas ganas de celebrar que Crevillent está en fiestas. El centro del municipio alfombrero se vistió de humor durante varias horas en la tradicional yinkana. Aquí los festeros cambiaron el protocolo y marcar orden porque el propósito fundamental era divertir al visitante, aunque los propios participantes, que se contaban por cientos, fueron los primeros en pasárselo bien en esta cita ya asentada en la programación de los Moros y Cristianos.