Los buenos momentos nunca llegan demasiado pronto ni demasiado tarde, lo importante es saber aprovecharlos. De eso sabe mucho la Mari de Chambao (Málaga, 1975), o Chambao a secas, porque en lo esencial, la música, son prácticamente lo mismo. En 2002 el grupo inventó el concepto de flamenco chill que tan buen fruto le ha dado. En 2005, cuando le diagnosticaron cáncer de mama, se sobrepuso cogiendo ella sola las riendas de Chambao. La dificultad vino acompañada del florecimiento y el que, hasta ahora, ha sido álbum más icónico de su carrera, Pokito a poko (2005).
Ahora, ocho años después de su último trabajo de estudio, Nuevo ciclo (2016), la artista malagueña regresa con el que promete superar lo hecho hasta el momento. El disco se llama En la cresta del ahora y es toda una declaración de intenciones. En el presente es donde Chambao quiere permanecer y por eso evita hablar de cualquier cosa que no le incumba, y así de claro lo deja en esta entrevista con El Independiente.
Pregunta.- ¿Cómo te sientes después de este regreso tras 8 años sin sacar un disco?
Respuesta.- Muy bien, estoy muy feliz de recibir tanto cariño y tanto interés. Personalmente me siento muy bien, estoy muy a gusto con la composición, con la creatividad, con toda la parte de producción del disco, con el trabajo junto a Juan Medina. Porque hemos tenido todo el espacio, el tiempo y la energía para grabar este disco y eso es maravilloso, es como una bendición.
P.- He leído que hay que el hecho volver a usar las siglas de Chambao viene después de una crisis de identidad. Dicen que de las crisis volvemos más fuertes, ¿en que has vuelto tú más fuerte?
R.- He vuelto más fuerte en el sentido de no darle más vueltas a las cosas que ya están superadas. No me apetece hablar de algo que ya está superado. Me apetece hablarte del proceso en el que estoy hoy día. De todos modos, lo que digo en una entrevista no significa que lo tenga que decir en otra. Además, eso me aburre una barbaridad. Yo he estado ocho años, quitando los dos de pandemia, trabajando, he estado haciendo giras, haciendo colaboraciones. Y, como realmente no estaba sacando disco, pues empecé a pedir que pusieran el nombre de La Mari de Chambao, por lo que realmente no es una crisis de identidad como tal. Sí que he tenido mis dudas de si seguir llamándome Chambao o seguir llamándome la Mari de Chambao, porque estaba haciendo cosas puntuales que no tenían nada que ver con un disco de Chambao. Pero luego me di cuenta de que todo lo que yo toco es Chambao, da igual si lo hago para dentro del disco o no, porque aquí nací yo. Nací dentro de un grupo que éramos cuatro personas en 2001. En 2005 me quedé sola y desde entonces, Chambao lleva siendo todo el tiempo la Mari. No es que haya vuelto o no haya vuelto. Lo que ha vuelto es un disco de estudio.
P.- Simplemente era para poner en contexto tu situación.
R.- Realmente no es que me haya ido, es que no había sacado un disco y llevo todo este tiempo, desde 2005 que me diagnosticaron cáncer, llevando sola el nombre, el proyecto, la música, la producción. Entonces bueno, llega un momento en el que no te apetece hablar más de eso. Entiendo que las entrevistas tienen que partir de algún sitio, pero me gustaría que, en este caso, partieran de cómo ha sido el proceso de composición, producción y de toda la marimorena de En la cresta del ahora y de las ganas teníamos de sacar algo nuevo. En vez de empezar desde ahí, tenemos que volver a si me llamo la Mari, si me llamo Chambao, que qué me pasó y eso cansa un montón. Es muy aburrido tener que estar constantemente justificándome y ya no solamente por este disco, sino por otras entrevistas que he estado haciendo de otras cosas. Yo no veo que a la Niña Pastori se le pregunte que por qué Niña Pastori y no María. Crisis todos tenemos, lo que pasa es que yo lo cuento, porque la verdad es que me sirven. Me sirven de mucho las crisis, no solamente de identidad, crisis de todo, bienvenidas sean las crisis.
P.- Ya sabes cómo es esta industria, que muchas veces cuando llevas tiempo sin sacar un disco, parece que desapareces.
R.- Eso no te lo compro, la industria la hacemos nosotros y nosotros somos muy originales y podemos partir desde muchos lados las entrevistas, en lugar de empezar repitiendo lo que dijo el otro. Yo de lo que te vengo hablar es de que estoy super contenta, que hace ocho años que no saco un disco de estudio y que aquí hay doce nuevas canciones. La industria musical somos nosotros, el pueblo, y podemos hablar de lo que nos apetezca, pero no de lo que diga otra entrevista.
P.- Hablemos del álbum. Para empezar cuéntame de dónde viene el título, ¿qué significado que tiene para ti?
R.- Pues el que se lee claramente, estar en la cresta del ahora. O sea, estar en el momento presente, en el punto álgido, de darte cuenta que la vida es lo que estás viviendo ahora mismo.
P.- Esa canción que da título al disco tiene frases como «no dejarse definir», «quitar el piloto automático». Ahí te revuelves contra este ritmo que vivimos muchas veces en el que cuesta mucho pararse a pensar en esas cosas.
R.- Bueno es querer no sentirme más la oveja, salirme del rebaño y querer mostrarle al mundo que la multitarea lleva al estrés y que mi vida no es más rica ni más interesante porque haga treinta cosas al día. Es mejor hacer una, darme cuenta de lo que estoy haciendo, y acabarla. Para mí, ahora mismo, ahí esta mi bienestar.
P.- ¿Cómo ha sido la gestación de estas canciones?, se ve que hay un sensación de florecimiento, de paz, pero también tienen mucha fuerza e incluso un punto de rebelión, de ansia de libertad.
Vienen de un proceso de removerme y de preguntarme a mí misma dónde estoy cómoda. De atravesar las incomodidades para quitarme rellenos que hasta ahora me han valido y me han hecho como un soporte para seguir palante con un estilo de vida que ya no me apetece tener. Atravesar mil incomodidades de cosas que no me gustan de mí desde la calma, por eso busca crear una cierta rebelión de ir hacia adentro y de sentir y de vivir plenamente. Ahí es donde es, ahí es donde soy.
P.- ¿Y qué música has estado escuchando este tiempo mientras componías?, ¿qué te ha inspirado durante todo este tiempo?
R.- La verdad es que cuando me pongo a componer no escucho música, prefiero buscar las melodías dentro de mí. Yo no busco fórmulas y siempre he entendido que para hacer música es importante que sea a través de una conexión súper íntima de dónde están mis emociones, qué siento por esto, qué siento por lo otro y dejarlo fluir y aflorar. No busco casar con nada porque se vaya a escuchar más o menos. Yo creo que esta fórmula no la tiene nadie. Porque sigo pensando románticamente que la música está fuera de todo eso y que llega a las personas que tengan que llegar. Si una de mis canciones llega a tres personas y otra llega a tres mil, pues así tiene que ser. No me gusta influenciarme, aunque que me gustan muchos tipos de música, desde el flamenco a la clásica.
P.- Más allá de no haberte apoyado en otras músicas para componer. ¿Qué has estado escuchando últimamente?, aunque sea solo por ocio.
R.- No sé, mucha música que no tiene letra. Música a la que no le presto atención ni al nombre. No sé, voy poniendo música pero tampoco le hago mucho caso, no miro ni de quién es y menos cuando voy a componer.
P.- Te quería preguntar también por las colaboraciones que has incluido en el disco, ¿qué te ha aportado cada artista que ha participado en este disco?
R.- Me aportan primero mucho colegueo, mucho amor, la amistad que nos profesamos y el amor por la música. Me aporta mucha alegría también saber que están ahí, que son compañeros y amigos de verdad. Desde Kase.O, Ana y María la Mónica, La Maui de Utrera, Rosario la Tremendita, Cristian de Moret. Kase.O aparte del compadreo, me aporta toda la maestría que tiene Javi. En la cresta del ahora es una canción de las que hablan del aquí y del ahora. Es como si la hubiera escrito él. Para el ha sido todo un reto, porque es un tanguillo y él no sabía muy bien esa métrica, por dónde meterla para rapear, pero lo ha resuelto súper bien. Javi es un maestro. Ana y María la Mónica, en Conversaciones con el Universo están homenajeando a su padre, Pedro Ávila y por eso tiene ese título, por el libro que escribió su padre. La Maui de Utrera hizo esta canción a medias conmigo, En este vaivén del mundo, la bonita la llamo yo, porque es preciosa y es muy tierna. Cristian de Moret estuvo grabando guitarra eléctrica para No hay veneno bueno, y para Libre. También metió la voz en en unos verdiales, que dedico a mis padres, porque son unos cantes tradicionales de los Montes de Málaga, y me apetecía muchísimo hacerles ese regalo. De hecho se llama El Molinillo y el Perchel porque es como se llamaba el barrio donde mis padres nacieron, y ahí Cristian también hace unas líneas cantando.
P.- Hay mucha variedad
R.- Es un disco experimental, creo que para mí es un disco que supera a A Pokito a poko, por ejemplo. Me apetecía muchísimo hacer este disco junto con Juan Medina.
P.- Se te ve muy orgullosa
R.- Sí, estoy orgullosa. Por un lado, porque a nivel personal me satisface haber atravesado momentos muy íntimos míos y seguir aprendiendo, en cuanto a mi, de patrones, creencias y malos hábitos que me sobraban. Y en cuanto a la parte profesional, pues todo lo que estoy aprendiendo con mis compañeros.