Estados Unidos recortó la ventaja existente en la sesión vespertina gracias a dos puntos y medio cosechados en los ‘fourballs’, con una exhibición del binomio Sam Burns-Collin Morikawa y de Patrick Cantlay, que deja el marcador con un todavía abultado 10,5-5,5 favorable a los europeos, que acarician el triunfo y la venganza de la pasada edición tras dos jornadas en las que han sido muy superiores a los norteamericanos. Este domingo deberán sellar su dominio.
Después de otra apabullante victoria en la modalidad de ‘golpes alternos’ (3-1), Europa cedió en la modalidad de ‘mejor bola’ con Jon Rahm como espectador, una decisión técnica del capitán Luke Donald para que el ‘León de Barrika’ llegara en plenas condiciones a la decisiva última jornada en la que se medirán los 12 jugadores de cada equipo en duelos individuales.
Mantener el feudo
«Como competidor quieres seguir adelante, pero un par de compañeros terminaron antes y están más descansados. Ayer el partido de Tyrrell (Hatton) con Viktor (Hovland) llegó hasta el 18 y el mío hasta el 18 con Nicolai (Hojgaard). Son 35, 36 hoyos seguidos, a alta intensidad», dijo Ran al terminar su partido.
Solo cuatro puntos, ya que el empate a 14 favorece a Estados Unidos, separan a Europa, liderada por el español Jon Rahm y por el noruego Viktor Hovland, de reconquistar la Ryder Cup -tras la dolorosa derrota de 2021 en suelo americano- y mantener el feudo europeo intacto por tercera década consecutiva, pues Estados Unidos no conoce la victoria desde 1993.
El binomio estadounidense formado por Burns y Morikawa arrasó al noruego Viktor Hovland y al debutante sueco Ludvig Aberg. La pareja europea firmó la victoria más abultada de la historia de los ‘foursomes’ (9 y 7) en el turno matutino ante el número 1, el escocés Scottie Scheffler, que acabó frustrado y empapado en lágrimas. Horas después, cayó por un contundente 4 y 3 (cuatro de ventaja a falta de tres hoyos).
Soñar con la remontada
Los estadounidenses vencieron en siete hoyos (1, 3, 5, 6, 9, 11, 12) por tres de los europeos (4, 13, 14), que poco pudieron hacer para frenar el vendaval de Burns y Morikawa. Salió vencedor también el equipo que capitanea Zach Jhonson del duelo ante el inglés Tommy Fleetwood y el debutante danés Nicolai Hojgaard, en un partido que, eso sí, quitó años de vida a los norteamericanos.
Porque cuando Max Homa vio que Fleetwood rubricaba el ‘eagle’ en el hoyo 16 y pateaba en el 17 para alargar el duelo al último, seguro pensó en los cuatro puntos de ventaja que llegó a cosechar junto a Brian Harman, pero que fue poco a poco reduciendo el binomio europeo, que llegó a soñar con la remontada.
Ligeramente desviada a la derecha, la bola de Fleetwood que lentamente hizo contener la respiración al Marco Simone de Roma, con amplia mayoría europea, se convirtió en la oportunidad perfecta para Homa de redondear su partido. No falló el estadounidense y cerró el partido con un 2 y 1 que dio el cuarto punto y medio al equipo rojo.
Rose y MacIntyre, firmes
Si pudieron sobreponerse a las dificultades el británico Justin Rose y el escocés Robert MacIntyre, que respondieron hasta en dos ocasiones a las acometidas de Justin Thomas y Jordan Spieth para luego sacar a relucir su mejor versión y ponerse tres arriba.
Después de volver a recuperarse e igualar el duelo en el Hoyo 9, MacIntyre y Rose aceleraron para agenciarse el 10, el 13 y el 14 y mantener la ventaja hasta el final, cerrando la primera victoria europea de la tarde con un 3 y 2 y dejando al inglés Matt Fitzpatrick y al norirlandés Rory McIlroy el deber mayúsculo de doblegar Patrick Cantlay y Wyndham Clark para minimizar daños.
Último hoyo clave
Pero el igualado hoyo que cerró al segunda jornada fue para los estadounidenses, que no estuvieron en ningún momento por delante en el marcador hasta el último hoyo, con un Cantlay que ejerció de líder absoluto ante los europeos con tres ‘birdies’ seguidos en los tres últimos hoyos.
Fue él quien empató el choque en el hoyo 11 y quien repitió gesto en el 17 para alargar el partido cuando McIlroy y Fitzpatrick lo tenían en su mano. No lo dejó escapar Cantlay, sin gorra durante todo el día, y dio alas a su equipo para la decisiva jornada de este domingo.
Estados Unidos buscará la gesta en los duelos individuales. Rahm y Hovland se antojan como los defensores de una ventaja que, aunque no definitiva, es más que esperanzadora. Europa acaricia la venganza y el título, Estados Unidos sueña con la heroica.