Carlos Clerc cuenta las horas para vivir el que será un partido especial. El lateral, en un buen estado de forma tras haber asentado sus tablas en la banda izquierda del Martínez Valero, se mide al Levante con la intención de olvidar el tropiezo contra el Burgos y de coger confianza de cara a su objetivo de subir a Primera División. El ‘23’ guarda grandes recuerdos de su etapa en Orriols, pero aún tiene el sabor amargo de sus últimos tres meses como levantinista, donde una compleja lesión de rodilla, y las dudas en el club sobre su dolencia al estar finalizando contrato, marcaron un periodo en el que Carlos lo pasó verdaderamente mal. Su deseo fue siempre el de pelear por lograr la permanencia, y de no conseguirlo, renovar con el Levante para devolverlo a la élite. Su compromiso con el Levante, a lo largo de sus tres años como granota, fue incuestionable pese a su desenlace. De hecho, firma un ascenso del Elche y del cuadro granota sin pensárselo dos veces.
¿Cómo está?
Me siento bien, aunque con sensaciones agridulces. En lo personal, jugando todos los minutos salvo en los partidos en los que estuve sancionado, pero, a nivel colectivo, con la espina de no haber conseguido más puntos de los que tenemos. Sobre todo, en los partidos en casa. Esta semana tenemos la intención de reivindicarnos después de lo que pasó en Burgos. Sin embargo, estoy feliz por la confianza que me está dando tanto el club como Beccacece, y con respecto a cómo me siento en el campo, estoy contento con el rendimiento que estoy dando.
Da la sensación de que al Elche le está costando arrancar.
Veníamos de cuatro partidos sin perder, pero lo del Burgos no ha dejado tocados. Buscamos un Elche más sólido, más competitivo para la categoría. Ese es el punto que queremos mejorar: mostrar el mismo equipo que vemos en casa, que es atrevido, que llega, que crea muchas oportunidades a los rivales, con el de fuera. A domicilio nos está costando mucho más. Tenemos que tener una regularidad que en Segunda División es muy importante.
¿Cómo se afronta una semana de trabajo tras perder 4-0?
Cuando pierdes, las semanas son menos alegres, de más trabajo y de estar más enfocados. Hemos analizado a nuestro rival, que personalmente les conozco muy bien, para saber dónde atacarles y así llevarnos los tres puntos. Queremos reivindicarnos ante el Levante.
¿El Levante es el rival idóneo para hacerlo?
Cualquier partido nos hubiese venido bien. En casa mostramos una imagen que va más allá de que venga, pero conseguir una victoria ante un rival que está haciendo las cosas bien, y que está en la parte alta de la clasificación, te puede dar más moral, más credibilidad y más ilusión para afrontar las próximas semanas. Es un partido bonito, que a todo el mundo le apetece jugar.
¿Qué tal es Sebastián Becaccece como entrenador?
Muy bien. Es un loco del fútbol. Le encanta lo que hace y nos lo intenta transmitir. Se mata para que ese mensaje llegue y que seamos un equipo competitivo. A pesar de que no hemos conseguido los resultados que esperábamos, hemos mostrado muy buenas cosas en todos los partidos. Somos un rival que, cuando muestra sus virtudes, llega muchas veces a puerta y tiene muchos remates. Nos insiste mucho en eso. Él va a muerte con su idea.
¿Cuál será vuestro planteamiento ante el Levante?
El Elche que vamos a ver será el que hemos visto en los partidos de casa. Un Elche muy vertical, que va a ir a por el partido, que intentará ahogar al Levante, a no dejarle salir y a hacerle ocasiones. Es una de nuestras mayores fortalezas. Estamos confiados de convertir algún gol más. Al final, estamos teniendo mala suerte de cara a portería, pero estamos seguros de que, tarde o temprano, se terminará la mala puntería. Espero que sea en este.
¿Cómo afronta el partido en lo emocional?
Enfrentarse a un ex equipo siempre es especial. Ves a compañeros, trabajadores y gente a la que tienes aprecio y con la que has compartido muy buenos momentos. Es un día bonito, lo tienes marcado cuando el calendario sale a principio de temporada.
¿Cómo recuerda su etapa en el Levante?
La recuerdo como una etapa de muchísimo crecimiento. Yo me hago un nombre en Primera gracias al Levante. Las dos primeras temporadas fueron fantásticas, a nivel personal y a nivel colectivo. En el último curso todos sufrimos momentos muy duros que me sirvieron de muchísimo aprendizaje. Recuerdo cosas buenas y malas, pero siempre desde la perspectiva de que fue una etapa de mucho crecimiento.
El nivel de aquella plantilla era muy alto, al igual que algunas individualidades.
Cuando hablo con antiguos compañeros lo comentamos. Recordamos los compañeros que teníamos en esa plantilla. La conclusión que sacamos es la de que teníamos un grandísimo equipo y auténticos jugadorazos. Echas la vista atrás y ves un equipo de una calidad muy alta. A día de hoy valoro haber jugado tantísimos partidos de titular, participado y sido importante en esos años. Con el paso del tiempo te das cuenta de lo que has hecho en el pasado y, en el caso del Levante, lo valoro mucho.
¿Cuál es su mejor recuerdo como levantinista?
Si tuviera que quedarme con un recuerdo sería el de la Copa del Rey de mi segundo año, entrando en semifinales y quedándonos muy cerca de jugar una final. Lo que se generó, en un momento en el que la gente no podía acudir al estadio, y la ilusión que provocamos en el levantinismo fue algo especial. Estábamos lejos de la afición, pero la sensación fue la de que la teníamos más cerca que nunca. No nos pudimos clasificar para la final, pero, para mí, es el mejor recuerdo.
¿Tiene la espina clavada de haberse quedado a las puertas de jugar una final de la Copa del Rey?
La espina la tengo clavada, pero no es muy grande. Son cosas del fútbol. Creo que lo que hicimos fue histórico. Se podía haber dado de cualquier forma, pero dio mucha rabia. Era una situación que, a lo mejor, no se vuelve a presentar en la vida. Quién sabe. Valoro más lo positivo que lo negativo. Me quedo con los recuerdos bonitos, más allá de la frustración de no haber llegado a la final de Copa.
No obstante, sus últimos meses fueron desagradables debido a una lesión.
Esa sí que es la espina que llevo clavada de mi época en el Levante. Fueron meses en los que sufrí, donde lo pasé mal deportivamente y personalmente. Me afectó en mi vida personal. Sobre todo, truncaron y mermaron mucho mis posibilidades de seguir en el club y alargar mis años como levantinista. Siendo sinceros, era mi ilusión. Estaba muy a gusto en Valencia. Esa situación hizo que no se me ofreciera la posibilidad de seguir, pero son situaciones que pasan. Te sirven para aprender. Dentro del sufrimiento que te genera, intento tomarme las cosas de la mejor manera posible.
¿Cómo recuerda su etapa en Orriols desde que aparecieron aquellas las molestias en la rodilla ante el Betis?
Cronológicamente, en la previa del partido ante el Betis recibí un golpe sin importancia, pero en el calentamiento del encuentro, siento que es algo más. Intenté forzar, me pinché, pero me vi incapaz. Después llegó una semana en la que hubo tres partidos, el primero en el Wanda Metropolitano. Ante el Atlético de Madrid hago el esfuerzo de pincharme para ayudar al equipo, pero no entré en el once inicial. Igual, lo mejor hubiera sido no forzar en ese día. Viendo que no iba a salir de inicio, aunque tampoco lo sabía previamente, descansando esa semana se hubiera solucionado todo. Igual, por las ganas y por el tipo de futbolista que soy, que siempre quiere ayudar al equipo, no me gusta perderme entrenamientos ni partidos. Por eso continué, pero la cosa se agravó. Frené porque no averiguamos el problema. En marzó paré, pero en abril, cuando volví a los entrenamientos, en otra sesión de trabajo, me volvió a pasar la misma lesión. No estaría cerrada del todo. Cuando se me acaba el contrato me acabo de recuperar, y cuando firmo por el Elche, el readaptador me ayudó a que la lesión se solucionase definitivamente.
¿Se sintió respaldado por el club?
La sensación, al principio, era de que se trataba de una lesión normal, pero, conforme se complicó, la sensación que tengo es de abandono. Me siento un poco de lado. En el club daban por hecho que la lesión y el final de contrato tienen que ver. Se generó un escenario desagradable y feo que al final padezco. Siento que soy la víctima. Tampoco creí que era el momento ni se me dio la opción de expresarme. La situación del equipo era bastante mala y no me apetecía generar más problemas. Al final de temporada conté lo que me pasó, pero sí, no me sentí respaldado en ningún momento. Es algo que no entenderé nunca. No sé encontrarle una explicación. A veces intento pensar en los motivos que podían tener, pero soy incapaz. Cualquiera que me conozca, y sabiendo el jugador y la persona que soy… Ninguna cabeza entendería que esa situación la pudiese provocar a posta. Es lo que me queda. Es una espina que me quedará siempre, no sé qué hice mal para merecer eso. Al fin y al cabo, fui muy transparente y muy claro. El que lo pasó mal fui yo. Esa es la espina que me queda más allá de la lesión y no encontrar qué me pasaba. Eso sucede día a día en el fútbol. Pero el hecho de que se generase esa situación tan en mi contra, siendo un futbolista muy querido por la gente, por la directiva, por los compañeros… No entiendo cómo se produjo ese ambiente. Al club nunca le di problemas.
¿Cómo definiría la situación que tuvo que vivir?
En una conversación con Quico Catalán, en la que le transmití cómo me sentía y la sensación de lo que estaba notando, que era que el club me estaba dando la espalda, en vez de tranquilizarme me lo confirmó. Me dijo que ese era su pensamiento, que al estar acabando contrato, estaba más pendiente de irme que de pelear por la permanencia. Me quedé muy sorprendido. Por eso no entendí por qué se generó ese ambiente ni a qué se debía.
¿Qué le dolió más? ¿Que se dudara de su lesión o de su compromiso?
Las dos cosas. Un jugador nunca quiere estar solo en el gimnasio lesionado. Sea la situación buena o mala, no estar con los compañeros, ni poder ayudar, es la peor sensación del mundo. Finalices contrato o no, el futbolista quiere jugar: bien para renovar o para despertar intereses de otros clubes. Lo que menos le beneficia al jugador es estar en la camilla lesionado. Por eso, no entiendo por qué se dudaba de mi lesión. Es algo que quedará siempre ahí, pero no le quiero dar vueltas. A lo mejor, algún día me explican o encuentro el motivo.
En caso de permanencia, hubiera renovado automáticamente. ¿Le comunicaron que no iba a seguir?
No. Por mi contrato se da por hecho que acabo mi relación con el Levante. Y más por cómo terminaron las cosas. No hizo falta que me lo comunicaran. Si hubiera finalizado todo mejor, no me hubiera importado, en caso de que me hubiesen presentado una oferta, quedarme en el Levante para pelear por ascender. Me hubiera motivado. Me compré una casa en València, vivía muy bien en la ciudad, mantengo amigos allí, sigo yendo a menudo a verlos… Habían muchos condicionantes. Con mi familia compartía día a día y estábamos dispuestos a seguir haciendo vida en València. También habían muchos condicionantes en el Levante, pero parece que se me fue poco a poco desplazando, hasta el punto de que no había manera de arreglar la situación.
¿Le dolió no luchar por conseguir la permanencia?
Sí. Así lo hice en el Elche pese a que no lo lográsemos al final, aunque terminamos dando la cara. Tal y como he dicho antes, al jugador le gusta estar en el campo. Si revisas mi historial, el único año en el que me he perdido partidos fue en mi último año en el Levante. En la mayoría de temporadas paso de los treinta partidos. En mi primera campaña en el club participé en 26 partidos, pero había una competencia fuerte con Toño. Y creo que, sin contar la 21/22, es el año en el que menos juego. Soy un jugador de estar en el campo y de no perderme entrenamientos. No haber podido ayudar al club en ese tramo final fue duro. Si tenía que irme del Levante, me hubiera gustado hacerlo con la cabeza bien alta. De haberlo dado todo por el club en el campo.
Sus descensos con Levante y Elche se desarrollaron de manera similar. ¿Cómo lo gestionó?
A cualquiera le puede tocar y a mí me tocó. Estamos en una Primera División en la que puede pasar de todo. Nunca hay un candidato claro para descender. Bailan mucho las posibilidades. Vivimos una temporada muy frustrante y decepcionante porque no ganas, pero, como en el Levante, me hizo crecer y madurar. Sin embargo, pese a que fue un año muy malo, los últimos partidos nos sirvieron para conseguir victorias, para provocar un buen ambiente y para reivindicar a los jugadores. Pese a lo convulsa que fue la temporada, disfrutamos de partidos y de ganar en el Martínez Valero. Fue lo positivo que pudimos extraer.
Además, circuló el dato de que fue el jugador con más partidos sin ganar (39). ¿Se mantuvo al margen de la estadística? ¿O no pasó desapercibida?
Intentas mantenerte al margen, pero genera malestar. Toca un poco las narices. Ahora se sacan estadísticas de todos los lados. Se suman de un sitio y de otro y siempre si a uno le interesa. Todo fue alimentado por algunas cuentas de Twitter. Te toca un poco la moral, pero una vez consigues una victoria, se acaba y ya está. En el Ciutat contra el Elche iba a entrar en el campo a falta de cinco minutos con 2-0 en el marcador. Poco después, Melero marcó el tercero. Con un pie en el césped, se lesionó Cáceres y el cambio se modificó. El que entró fue Coke. Si hubiese jugado ese final de partido, aun siendo cinco minutos y con todo decidido, la racha de partidos sin ganar se hubiera acabado. Creo que es una tontería. Son circunstancias que pasan.
Yendo al presente, ¿se siente valorado en el Elche?
Me siento muy valorado. Es de agradecer. No sé si tengo la suerte o si me lo termino ganando, pero me están devolviendo confianza que me depositaron cuando llegué. Han pasado varios entrenadores y con todos he sido titular. Eso dice que estoy trabajando bien y, por lo tanto, estoy contento. Es lo que me motiva a seguir dando el máximo día tras día. El Elche se merece que dé todo lo mejor de mí por la confianza que me están dando.
¿Qué espera del Elche esta temporada?
Tengo la confianza de ver a un Elche que va creciendo. Los inicios de temporada, para un equipo que viene de la máxima categoría, son muy complicados. Se nos exige subir, llegan jugadores que se tienen que adaptar al modelo del entrenador y hay una presión por ganar muy grande. Es difícil, pero tenemos el espejo, precisamente, del Levante. El año pasado empezó con altibajos y al final se quedó muy cerca de ascender. La Segunda División es muy larga. Si miras la clasificación del año pasado a estas alturas no tiene nada que ver con cómo acabó. Es muy importante centrarnos en lo nuestro, en lo que sabemos hacer, en el día a día, en nuestras virtudes y, sobre todo, en ser regulares. Eso es clave. Tengo la confianza de que encontremos la regularidad para coger una buena racha y engancharnos a la parte alta de la clasificación.
¿Firma un ascenso de Elche y Levante?
Lo firmo, sin duda. Tengo compañeros y amigos que se merecen estar en Primera División después del varapalo del año pasado. Si hay que hacer fuerza para que asciendan los dos, sin problema.