Estuvo en la cantera del Zaragoza hasta junio de 2015. Es especial jugar por fin en La Romareda, ¿no?

Para mí y para cualquiera del Mirandés lo es, por el estadio, la historia del Zaragoza y el escenario que representa. En mi caso, que estuve cuatro años, desde alevín B hasta el infantil A, lógicamente será emocionante jugar por primera vez en La Romareda y ojalá lo pueda hacer en muchas más ocasiones. 

Usted es de Caspe, seguro que el domingo hay un buen número de vecinos en el estadio.

Sí, seguro. Mis padres y toda mi familia estarán, pero también muchos amigos, ya que la mayoría están estudiando en Zaragoza y hay bastantes que son socios. Amigos del pueblo y conocidos me han llamado para pedirme muchas entradas para este partido y he tenido que solicitar unas cuantas (sonríe). La gente en Caspe es mayoritariamente del Zaragoza y como me enfrento a ese equipo por primera vez sé que hay mucho interés en el pueblo. No sé con quién van a estar en el partido, aunque espero que me animen a mí.

No, aún no, me lo planteo todavía como un encuentro más, por los tres puntos que son tan importantes para nosotros. Cuando se vaya acercando el día seguro que voy viendo más connotaciones especiales, dormir en Zaragoza, que se pasen mis amigos por el hotel, el ambiente de La Romareda, cosas que solo me van a pasar este fin de semana.

«Tuve muy claro que me quería marchar a La Masia. Fue un año duro, pero era bastante fuerte de mente, sabía lo que quería y no lo pasé tan mal como lo pasaron mis padres al verme que no jugaba o lo que lo hacía menos. Yo estaba tranquilo, sabía que quería ir al Barcelona y supe llevar con madurez esa situación»

Se fue al Barcelona en junio de 2015, pero su salida la decidió casi 10 meses antes y ese último año jugó poco en infantiles hasta que llegó el acuerdo entre clubs. ¿Fueron duros esos meses?

Yo lo tuve muy claro que me quería marchar a La Masia. Recuerdo que llegaba del colegio y un día mis padres me esperaban y me dieron esa noticia de que el Barcelona me quería ya para infantil A, pero se complicó todo por el tema de la ficha para poder salir. Fue un año duro, pero era bastante fuerte de mente, sabía lo que quería y no lo pasé tan mal como lo pasaron mis padres al verme que no jugaba o lo que lo hacía menos. Yo estaba tranquilo, sabía que quería ir al Barcelona y supe llevar con madurez esa situación.

En el acuerdo para su salida al Barcelona había premios por objetivos, de hasta dos millones si llegaba a jugar 60 partidos en el primer equipo, pero se quedó en cuatro.

Yo la verdad es que ni presté atención a esos objetivos, eso fue un tema entre mis agentes, los clubs y mis padres. Tenía solo 14 años y ni miraba eso. Se firmó ese acuerdo para que pudiera jugar algo aquella temporada 14-15 antes de irme al equipo de cadetes del Barça. Mi objetivo no era el económico, sino solo futbolístico, llegar lo más lejos posible en ese club y si al Zaragoza le hubiera caído esa cantidad pues mejor que mejor, le habría venido bien seguro.

¿Álvaro Sanz es zaragocista de corazón? ¿Ha sido socio?

Socio no he sido, si hubiera estado allí más años o no me hubiera dedicado al fútbol pues seguramente lo sería como lo son muchos de mis amigos de Caspe. Yo desde los 15 años he vivido en Barcelona y apenas he podido ir al pueblo, pero siempre he tenido ese sentimiento de cariño profundo, aunque quizá no lo he exteriorizado tanto, por querer que gane siempre y de estar pendiente del equipo. Ese sentimiento también existe, igual o más, con el Barcelona, porque he jugado más años allí, pero el Zaragoza siempre ha estado ahí.

«Jugué mucho con Francho, tres años. Me parece un jugadorazo, es brutal la proyección que ha tenido y lo que ha logrado ya, con todos los minutos que lleva y al nivel que lo ha hecho. La verdad es que estoy muy orgulloso de él»

¿Con qué compañeros que están ahora en el primer equipo coincidió en la Ciudad Deportiva?

Jugué con Guillermo Acín, que está en el Aragón, pero sobre todo con Francho, que llegó en el alevín A y estuvimos tres años juntos. No he hablado con él esta semana y sé que está lesionado, lo que es una pena. La amistad y el aprecio con él y con su familia eran muy grandes y todavía nuestros padres están en contacto. Los dos jugábamos juntos en el medio en aquella época y viéndolo ahora me parece un jugadorazo, que es muy importante para el Zaragoza y sobre todo recalco el valor de haber llegado desde abajo, lo que es el sueño de muchos niños, también el mío en su día, y me parece brutal la proyección que ha tenido y lo que ha logrado ya, con todos los minutos que lleva y al nivel que lo ha hecho. La verdad es que estoy muy orgulloso de él.

La apuesta por la cantera en el Zaragoza ha sido muy importantes en estos años. ¿Lo ha contemplado con envidia o con alegría?

Envidia en absoluto, al contrario. A mí me gusta que de la cantera lleguen los máximos jugadores posibles, esa apuesta revaloriza y resalta el trabajo que se hace en la Ciudad Deportiva, igual que lo hace en otros clubs. Me alegra mucho de que el Zaragoza esté destacando en esa faceta. 

«En el Barcelona te juegas el puesto con los mejores futbolistas del mundo en ese puesto, solo hay que ver el nivel de los centrocampistas en los últimos tiempos. Es muy difícil mantenerse cuando das el salto al primer equipo»

Fue capitán del juvenil y del filial del Barcelona, pisó el primer equipo y no se consolidó. ¿Qué le faltó?

Pues lo primero que allí te juegas el puesto con los mejores futbolistas del mundo en ese puesto, solo hay que ver el nivel de los centrocampistas del Barcelona en los últimos tiempos. Es muy difícil mantenerse cuando das el salto al primer equipo, porque la competencia es tremenda. Al final, en enero se dio esa oportunidad con el Mirandés y no me lo pensé, quería dar pasos en mi carrera y veía necesario dar ese hacia el fútbol profesional. Si un día el Barcelona me vuelve a llamar, iría de cabeza, pero ahora mi presente es el Mirandés, sumar minutos y experiencias y es una oportunidad única.

Firmó entonces por tres años y con Etxeberria ya jugó bastante, hasta en 15 partidos en la segunda vuelta, pero ahora con Alessio Lisci es fijo en el once.

Cuando llegué a final de enero me costó un poco, no conocía la categoría, hubo un peaje de adaptación al ritmo de competición comparado con Primera RFEF, pero fui a más y acabé bien la temporada. Este año, con el equipo que se ha formado, con Alessio, todo va mejor para mí y de momento estoy contento. He jugado casi todo, pero tengo la cabeza fría, porque la temporada es muy larga y bajar el nivel implica perder el sitio.

El Mirandés forma equipos muy jóvenes estos años, con muchas cesiones y cambios de una temporada a otra, y ese peaje cuesta.

La apuesta es esa en el club y somos muchos jugadores que llegamos con nula o casi nula experiencia en Segunda, pero el Mirandés es un equipo que sabe trabajar con esa base, con jugadores con mucha proyección y este lugar es ideal para crecer. Por eso al equipo le cuesta al principio, sobre todo por ese proceso de adaptación, pero después siempre logra un buen nivel con el paso de la temporada y jugando muy bien al fútbol, de otra manera que muchos equipos de la categoría.

El único objetivo del Mirandés es la permanencia, ¿no?

Sí, es así. Con el presupuesto, el tamaño de la ciudad, con los socios que hay…estar en Segunda es una auténtica pasada, una locura. La meta está ahí, pero tampoco nos quitan la ilusión de ir a más y soñar con un playoff. El objetivo es ganar cada partido y ya se verá.

«Es que decir que es el mejor comienzo de su historia ya hace que sobren otras cosas. El Zaragoza ha empezado de forma espectacular, pero han tenido ese tropiezo en Ferrol, porque al final es inevitable que lleguen días peores, aunque yo los veo haciendo una muy buena temporada y peleando por el ascenso»

¿Al Zaragoza cómo lo ve? Empezó con la mejor racha de su historia, ahora es líder, pero ha tenido ahora un bajón.

Es que decir que es el mejor comienzo de su historia ya hace que sobren otras cosas. Para mí es un equipazo en un club que por historia no ha debido estar tantos años en Segunda como lleva. Han empezado de forma espectacular, pero han tenido ese tropiezo en Ferrol, porque al final es inevitable que lleguen días peores y los partidos son tan igualados que te puede ganar cualquiera, pero yo los veo haciendo una muy buena temporada y peleando por el ascenso directo.

¿Lo coloca como favorito a estar entre los dos mejores?

Sí, sin ninguna duda lo coloco ahí, con la plantilla y el fondo de armario tan brutal que tienen, que das igual que cambien a cinco porque los que salen tienen el mismo nivel que los que estaban. Eso es lo que ha hecho muy bien este año, en los refuerzos que han hecho en verano.

«Se lo he dicho a mis compañeros esta semana, en el Zaragoza no tienen a nadie que destaque por encima del resto y resuelva él solo partidos, pero prima el bloque y el nivel medio es muy elevado. Además, en casa, con esa afición que tira lo que no está escrito….»

¿Con quién se queda del rival?

Se lo he dicho a mis compañeros esta semana, he visto bastantes partidos, casi todos, del Zaragoza y lo que tengo claro es que no tienen a nadie que destaque por encima del resto y resuelva él solo partidos, pero prima el bloque y el nivel medio es muy elevado. Además, en casa, con esa afición que tira lo que no está escrito, son muy difíciles de ganar.

Si el Zaragoza en un futuro le llama a su puerta, ¿estaría abierta?

Por supuesto. Es que yo tengo abiertas todas las puertas, primero quiero cumplir contrato con el Mirandés (hasta 2025) y el futuro no está escrito. Soy joven y me quedan aún muchos años y si algún día me llama el Zaragoza pues está claro, más sentimiento que yo que soy de allí van a tener pocos o nadie. Ni esa ni otras puertas están cerradas.

¿Qué techo se marca como jugador?

El mismo que cualquier joven, llegar a Primera y consolidarme ahí, hacer una carrera larga en la élite, hasta que dé el motor. Ese es el sueño y ojalá como he cumplido otros se cumpla esta también.