Del total de los que buscan un nuevo inmueble, el 49,5% pagaría más si fuera sostenible. De hecho, los compradores de vivienda están dispuestos a pagar un 10% más si cumple esta condición, según el informe ‘La sostenibilidad en la demanda de vivienda en España’ elaborado conjuntamente entre Fotocasa y Solvia.

En el caso de los que contestan que la decisión de pagar más por una vivienda sostenible (o no hacerlo) dependerá mucho del sobrecoste que pudiese acarrear (el 38,9% de la demanda), la balanza se inclina hacia el alquiler: un 43,4% de inquilinos y un 36,3% de compradores afirman que la decisión la marcaría el precio final. Es decir, 7,1 puntos menos en este último grupo.

De todos ellos, el 28,7% se lo plantearía sí, como mucho, vale un 5% más, el 37,2% lo pagaría si costase un 10% adicional como límite máximo, y el 21,3% lo asumiría si no se encareciese más del 15%. Solo el 13% restante cedería en aquellos casos en los que tuviesen que abonar un 20% más por esta condición.

Si hacemos la distinción entre los que van a comprar y los que quieren alquilar, se percibe mayor predisposición a abonar el sobrecoste en el primer grupo: el 53,5% asumiría una mayor inversión para que su inmueble fuese sostenible de alguna manera, mientras que, en el caso de los inquilinos, este porcentaje es del 42,7%, casi 11 puntos menos.

La justificación que dan los futuros compradores y arrendatarios que no dudarían en pagar más es que se trata de una buena inversión a futuro, gracias a la cual lograrán reducir sus facturas, con un 63,4% de adeptos (el 65,6% en el caso de los que compran y el 58,8% en el de los que alquilan), y que quieren comportarse de manera sostenible y responsable, con un 42,7% (41,6% de los que se mudan en propiedad y 45% de aquellos que se cambian en alquiler). Al 32,5% también le motiva el hecho de que vaya a disfrutar de materiales de mayor calidad (33,8% compra y 29,5% alquiler).

«El compromiso con el desarrollo sostenible se hace más relevante entre los ciudadanos. La concienciación sobre la sostenibilidad es cada vez mayor impulsada, en primer lugar, por el ahorro en las facturas de los suministros, y en segundo, por el impacto medioambiental más positivo que supone. Aunque también por una mejora en los materiales que se traduce en una mayor calidad de vida. Un reflejo de esta situación es el aumento en 9 puntos porcentuales, con respecto al año anterior, del volumen de quienes están dispuestos a pagar un 15% más con tal de que su vivienda sea sostenible», comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.