La ralentización económica empieza a pasar factura al mercado inmobiliario alicantino y no se trata de una cantidad menor. El descenso del número de operaciones registrado en el primer semestre del año se ha traducido en una reducción de más de 200 millones de euros en el volumen de dinero que mueve esta actividad en la provincia. Es decir, una caída del 4,7%, según los últimos datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

En total, entre enero y junio se vendieron en la provincia hasta 27.983 viviendas, lo que sigue siendo una cantidad muy elevada -que supera con creces a la habitual antes de la pandemia-, pero que supone 1.611 operaciones menos que en el mismo periodo del año pasado. Un dato que indica que el mercado ya habría tocado techo y habría entrado ahora en una fase de contracción o de normalización, dependiendo de cómo se quiera ver la situación.

En cualquier caso, ese descenso de las compraventas también conlleva una caída del volumen de dinero que se mueve como consecuencia de la actividad inmobiliaria, que, tampoco hay que olvidarlo, representa uno de los grandes motores de la economía alicantina. Así, el importe total de las transacciones formalizadas ante notario en estos primeros seis meses del año se quedó en 4.189 millones de euros, hasta 207 millones menos que durante el ejercicio anterior. Una cantidad que, por ejemplo, supera el volumen que alcanzaron las exportaciones de juguete de la provincia de todo el año pasado, que se situaron en 156 millones de euros.

Edificios en construcción en Alicante. HÉCTOR FUENTES


Extranjeros

Hasta ahora, la provincia había logrado esquivar la caída que experimentaba la compraventa de viviendas en todo el país gracias al importante peso de los clientes internacionales en la zona, que acaparan casi la mitad del mercado en la Costa Blanca. Unos compradores que, por lo general, no suelen recurrir a la financiación bancaria, lo que mantenía a este segmento a salvo de las consecuencias de las subidas de tipos de interés.

Sin embargo, los datos del segundo trimestre ya reflejan que también los extranjeros empiezan a pensarlo dos veces antes de realizar la importante inversión que supone la compra de una vivienda. Así, entre abril y junio la cifra de compradores internacionales pasó de 8.263 a 7.898, un descenso del 4,4%. Pero la caída es bastante mayor si se tienen en cuenta únicamente los extranjeros no residentes, es decir, básicamente los europeos que buscan una segunda residencia, que redujeron sus adquisiciones un 8,2%, de 5.888 en el segundo trimestre de 2022, a 5.400 este año.

Y es que, aunque las subidas de tipos no les afecten en la misma medida que a los compradores locales, alemanes, holandeses o británicos también sufren en sus bolsillos las consecuencias de la inflación y de la paralización de la economía.

Urbanizaciones en la costa de Benitatxell. David Revenga


Municipios

Si se analiza la situación por los distintos municipios de la provincia, la caída del mercado inmobiliario fue generalizada en prácticamente todas las poblaciones de la zona durante el segundo trimestre del año, con la excepción de Alcoy, donde repuntó un 8%, hasta sumar 304 transacciones. Por el contrario, en Torrevieja, la ciudad donde más viviendas se venden de toda la demarcación, el número de operaciones descendió un 7,8%, hasta las 2.113.

Más acusada aún fue la caída en la ciudad de Alicante, el segundo mayor mercado inmobiliario de la provincia, donde se registró una contracción de casi un 16% en la cifra de compraventas, con un total de 1.752. Una situación muy similar a la de Orihuela, que también contabilizó un 15,8% menos transacciones, hasta las 1.249.

Por su parte, en Elche el mercado cayó un 7,6%, con 974 viviendas vendidas entre abril y junio. Benidorm aguantó algo mejor el tirón, con un retroceso de solo un 1,1%, hasta las 599 ventas, mientras que, en el lado opuesto, en Dénia se vendieron hasta un 28% menos casas, con 480 operaciones.

Tras el pequeño respiro de agosto, el euríbor volvió a subir en septiembre, lo que supondrá un esfuerzo adicional para quienes deban revisar su hipoteca en las próximas semanas. Así, el indicador cerró el mes en el 4,149% frente al 4,073% anterior, lo que supone su nivel más elevado desde noviembre del año 2008.

De esta forma, para una hipoteca media en la provincia de 105.000 euros, a 25 años, la cuota media ya se situará en 622 euros mensuales, lo que supone una subida de casi 250 euros sobre lo que se pagaba en diciembre de 2021, cuando el euribor inició su escalada. En otras palabras, que la hipoteca se lleva ya casi 3.000 euros anuales más de los presupuestos de las familias alicantinas.

Además, todo apunta a que las subidas continuarán, ya que el repunte del precio de los carburantes de las últimas semanas hace prever que el BCE deberá apostar por nuevos incrementos de los tipos de interés con el objetivo de controlar la inflación. Por lo tanto, también es previsible que continúe la caída en la contratación de nuevas hipotecas y, con ella, la del número de compraventas de viviendas. Hasta la fecha ya ha subido el precio oficial del dinero en diez ocasiones.