Carmen Mollá viene con el efecto 2000, que es con el que llegó al mundo para presentar su candidatura después de haber sido «doctora» desde el primer día de su vida. «Soy fallera desde que nací». Y como lo de este año parece una epidemia -haber sido preseleccionada y no salir, sea en Plaza de Toros o en Fonteta-, ella también pasó por allí. «Fui fallera mayor infantil en 2010, con pase de preselección, pero me quedé en la Fonteta». Le toca volver. «Tenía diez años. Sí, recuerdo más lo que fue la Fonteta, el acto, el desfile… pero de las pruebas, la verdad, es que menos. Me acuerdo la excursión a Calvestra, una coreografía que hicimos…».
Y ha regresado a los doce años de aquello. «Quería ser fallera mayor en mi último año de carrera y con mi infantil, Rocío Paredes, y desde que nació estábamos con ser falleras mayores juntas». Tanto, como que su vida continúa paralela: ambas continuarán en pruebas y en Fontetas. Els Doctors se deja ver de vez en cuando en los puestos de honor-hubo un tiempo que aparecían cada tres años, como una tabla periódica-. «Es la falla de debajo de mi casa… y no me cambiaría en la vida».
Doble grado y pendiente de tomar decisiones
Acaba de terminar el doble grado Derecho y Administración de Empresas. Con el melón todavía por abrir. «No lo tengo claro. Es tan amplio a lo que me puedo dedicar que tengo mucho por decidir». Con el título bajo el brazo, independientemente de lo que pase en la Fonteta es «trabajar». Y no se lo piensa. Pero en esa indefinición todavía del «tengo que verlo. He hecho prácticas en un despacho de abogados, pero creo que me decanto más por la otra carrera, aunque nunca digas nunca». Pero no «Vamos a ver qué me lleva el camino. Nunca digas nunca». Razón por la que está que ni pintada para ocupar uno de los puestos de honor «porque estoy a punto de empezar en todo».
También puestos, tiene la carrera de ballet. «Empecé con dos años y la acabé con 18, la de la Royal Academy of Dance, que vienen de Londres a examinarte». Por el gusto de cumplir etapas. «Ha sido mi hobby. Ahora me gusta verlo, pero ya han pasado años desde que lo practivo. No iba a ser mi salida profesional». ¿Sería capaz de hacer puntas…? «Bueno, quizá podría ponerme con los zapatos de fallera».
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Cuando dice la falla de debajo de casa es porque es la de debajo de casa, no la del otro lado de la calle, aunque sean comisiones hermanas. Eso quiere decir que no, no es Mollá de Albacete-Marvá. Pero como hay mucho estudioso del falleramayorismo, y llamándose como se llama… «me han preguntado muchísimas veces si mi tía fue fallera mayor de València. Y no: no soy sobrina de Mari Carmen Mollá», ni prima de Laura Carballeda ni de María Mollá… que tampoco pasaría nada, sobre todo en materia de éxito fontetero.