El Valencia llega hasta donde puede y por eso Baraja se empeñó en que fuese Layhoon quien dijese cuánto es eso. Así que lo ocurrido contra una Real Sociedad reservona y con rotaciones (como Osasuna, que también ganó en Mestalla) entra dentro del guión. Tras la exhibición contra el Atlético y el valioso punto en Almería, el equipo del Pipo aguantó el tipo al principio y lo intentó con honradez hasta el final. Pero la realidad es que no le dio para más, desde la foto de Diakhaby en el gol a la expulsión tan tonta como rigurosa de Amallah. O pasando por los problemas físicos de Gayà y acabando por una plantilla dramáticamente raquítica. Los altibajos van a ser una constante y, como pedía el Pipo a sus jugadores cuando veía que la perdían, hay que tener «cabeza». Más aún en semanas de tres partidos. Para tumbar a cualquier rival, y qué decir si es uno de Champions, las cosas tienen que salir redondas y casi que cuadrar el círculo. Aunque el míster no lo usó como excusa, eran demasiados los jugadores tocados y con peligro además de poder romperse. Y eso sin contar a Jesús Vázquez, al que hay que desearle que tenga una pronta recuperación a todos los niveles. Los pies en el suelo, a confiar en una buena media de puntos y a cruzar los dedos para que los que funcionan lo sigan haciendo y para que los que tienen que hacerlo se activen pronto. Y es que, sin contar a los chavales, algunos de los nuevos parece que no estén de momento para más, así que habrá que confiar en que se pongan a tono rápido y sumen. Porque conforme pasen las jornadas no será suficiente consuelo que ya no resten los que se fueron.
Con luz y taquífrafos
Muchos de los que tienen en su mano decisiones sobre el futuro del Valencia volvieron a ser ajenos, como de costumbre, a lo ocurrido en Mestalla. De hecho, el primero que no vio el partido seguramente fue Lim. Total, lo mismo tiene ya. En un momento clave en el que el fondo de la cuestión aquí es si el Ayuntamiento accede al chantaje del máximo accionista con el nuevo estadio, de lo que se trata es de que cualquier movimiento se haga con luz y taquígrafos.