Han pasado ya dos meses desde el desencuentro interno que se manifestó de forma pública en la votación del pleno de las Cortes Valencianas para elegir al senador territorial, de designación parlamentaria. En aquel momento, Compromís dividió su voto en el hemiciclo valenciano con 10 votos a favor, de los diputados de Més y cuatro en blanco (tres de Iniciativa y uno de VerdsEquo). Es decir, no hubo apoyo unánime a la propuesta presentada por la coalición, en la que Més (el partido mayoritario en Compromís) impuso a Enric Morera como candidato frente a Iniciativa (el partido de Mónica Oltra) que apostaba por Carles Mulet como candidato a la reelección.

Los de Iniciativa defendieron que el cargo les correspondía al estar infrarrepresentados en el hemiciclo valenciano, pero en Més consideraron que, tras las elecciones generales en las que fueron elegidos diputados del Congreso por Sumar Àgueda Micó (Més) y Alberto Ibáñez (Iniciativa), el tercer puesto en Madrid les correspondía por ser la fuerza mayoritaria. No solo hubo un desencuentro en la votación (lo que no evitó que Morera fuera finalmente elegido como senador territorial), sino que Iniciativa decidió apartarse de los órganos de la coalición Compromís hasta que Més «reconsiderara su decisión», pues defendían que el partido de Baldoví se había saltado acuerdos internos. Hasta hoy.

No ha vuelto a haber actividad orgánica dentro de Compromís y las relaciones entre Iniciativa y Més se limitan al ritmo de trabajo institucional. Aunque tras el verano ha habido intentos de acercamientos entre ambas formaciones, algunas voces reconocen que la reconciliación es complicada y otras posponen el retorno a los órganos de dirección conjuntos dentro de Compromís. Haber perdido el Gobierno valenciano hace, también, que haya menos posibilidades de «compensar» el cambio de Mulet por Morera en otros cargos para «equilibrar» la representación de cada partido de forma que ambos partidos se sientan cómodos en la ecuación.

Por otra parte, los diputados de Compromís en el grupo Sumar del Congreso de los Diputados han exigido al Gobierno que reduzca la entrada masiva de cruceros porque «asfixian las ciudades y suponen un peligro presente para el medioambiente». El diputado del grupo plurinacional Sumar Alberto Ibáñez ha registrado una iniciativa para empezar a asumir políticamente las «externalidades negativas del turismo».