Junts per Catalunya ha lanzado una enmienda a la totalidad al Govern de ERC y al liderazgo de su presidente, Pere Aragonès, sin llegar a reclamar formalmente un avance electoral inminente. La tesis del partido del ‘expresident’ Puigdemont es que el Ejecutivo de Esquerra carece de rumbo y liderazgo y por tanto la conclusión, en palabras de Albert Batet, se resume en reclamar «rectificación» y un «cambio de rumbo» o, de lo contrario, la convocatoria de elecciones anticipadas. Eso y, sobre todo, desmarcarse de la estrategia negociadora de ERC con el PSC ofreciéndose como alternativa. La respuesta de Aragonès, situar a Junts a la derecha del terreno de juego y cuestionar su lealtad cuando estaba en el Govern.
La invectiva de Batet era esperada y fue una dura, sin matices ni puertas apiertas al pacto, en los dos ámbitos: el de la gestión y el del autogobierno. Respecto a la primera, el diputado de Junts habló de un ejecutivo «sin visión de futuro no gestión del presente» y todo ello «no sabemos si por dejadez, incompetencia o por voluntad propia«. Junts ha repasado cuestiones como la crisis de las oposiciones, la sequía o las problemáticas relativas a la educación. «No sabemos donde van, siempre están en el ‘sí, pero…’. Así no se va a ninguna parte», ha rematado Batet.
«Cambio de rumbo»
En cuanto al ‘procés’, Junts también ha reprocado al Govern falta de «ambición nacional». «No tiene la valentía de llevar al Parlament su acuerdo de claridad y explicarlo, como su acuerdo de reforma del Código penal», ha espetado Aragonès sobre la estrategia independentista. «Ya hemos visto lo que les han hecho a ustedes, queremos garantías por anticipado«, ha añadido el parlamentario de Junts sobre la estrategia negociadora de ERC en Madrid. «Se ha hecho más en cuatro semanas que en cuatro años», ha espetado en relación a los beneficios de estas negociaciones por parte de ERC y de Junts.
La conclusión de todo ello es la exigencia de un «golpe de timón» y un «cambio de rumbo» en la gestión y en el ‘procés’. De lo contrario, Batet ha apuntado la necesidad de elecciones. No las ha reclamado formalmente sino solo si no se lleva a cabo este cambio de rumbo. Todo ello reiterando a lo largo del discurso que Junts ofrece una «alternativa» de gestión eficaz y de actitud soberanista.
Aragonès pasa cuentas
En su respuesta, sin perder las formas, Aragonès ha cuestionado la actitud de Junts: «Es inédito en la historia del parlamentarismo, ustedes anunciaron una moción de confianza al Govern del que formaban parte sin avisar al `president'». También ha diseccionado el espacio de Junts: «Su espacio ha gobernado la Generalitat en 34 de los últimos 43 años. Bien, un espacio que en los días pares lo reividincan y en los impares dicen que es una cosa nueva». También ha atacado la estrategia del partido de Puigdemont en el territorio: «Los ‘exconsellers’ de ERC no van a ver a alcaldes del territorio para poner lineas de muy alta tensión de una empresa privada». Y finalmente ha aprovechado el discurso de Batet sobre fiscalidad para ubicar a Junts en la derecha política junto al PP en materia socio-económica.
Aragonès ha recetado a Batet «prudencia y humilidad» y de nuevo ha mostrado «mano tendido» a Junts para una estrategia de negociación conjunta en relación al PSOE y al Gobierno porque «tenemos el mismo objetivo».