El agresivo endurecimiento monetario llevado a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) en su lucha contra la elevada inflación ya está impactando en hogares, empresas y gobiernos. Así lo pone de manifiesto Funcas que, en su último número de ‘Cuadernos de Información Económica’, revisa los efectos, «ya palpables», de la normalización de la política monetaria en los bolsillos de los ciudadanos, las operaciones de las empresas y las finanzas de los gobiernos.
En este sentido, la organización destaca que los costes de financiación de hogares, empresas y gobiernos han subido de manera significativa, observándose ya una apreciable contracción del crédito y un aumento del coste de la deuda.
Santiago Carbó y Francisco Rodríguez recuerdan en su artículo que la financiación destinada a vivienda ha registrado un declive, evidenciado por una caída del 2,5% en tasa interanual para julio de 2023.
«Por otro lado, las entidades bancarias aumentaron su beneficio antes de impuestos sobre su activo medio del 0,8% al 1% en el primer trimestre de 2023, mientras que su diferencial entre rentabilidades de operaciones activas y pasivas se ha incrementado tan sólo una décima, hasta el 1%», afirman.
El aumento del coste de la deuda pública también ha sido considerable. Así, por ejemplo, la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 3 años era del -0,4% en 2021 y ha subido hasta el 3,3% en julio de 2023. El tipo de las obligaciones a 10 años ha pasado del 0,4% al 3,4%.
El cambio en las condiciones financieras es especialmente preocupante en la esfera pública. Como señala Erik Jones en su texto, la «cláusula general de salvaguardia» del Pacto de Estabilidad y Crecimiento invocada por la Comisión Europea en marzo de 2020 para permitir un gasto público adicional, resultando en un aumento pronunciado de la deuda pública, está programada para finalizar a finales de 2023.
«La realidad es que los países más endeudados de la zona euro no tienen más opción que implementar ajustes fiscales, medidas esenciales independientemente de las directrices que se establezcan a nivel europeo», asevera Jones.
Pero, según se desprende la publicación de Funcas, no todo son noticias de tono restrictivo. Precisamente, tras la pandemia, se comprometieron importantes fondos europeos (Programa Next Generation EU) con el objetivo de impulsar la recuperación pero también alentar una transformación productiva.
Joaquín Maudos detalla la evolución de esta financiación en España y señala que, hasta finales de 2022, se habían convocado en licitaciones y subvenciones el 43,7% de los fondos Next Generation EU asignados, por lo que se tendrá que acelerar significativamente el grado de ejecución para poder utilizar el resto de fondos no reembolsables -más de la mitad- antes de la fecha límite de agosto de 2026.
En el ámbito fiscal, una de las grandes cuestiones es qué papel está teniendo la inflación sobre la recaudación de impuestos. Desiderio Romero analiza en su artículo cuánto creció el IVA soportado por los hogares en 2021 y 2022 y qué parte es atribuible exclusivamente a la inflación.
En esos dos ejercicios, la recaudación por IVA aumentó de forma extraordinaria, el 14,9% y el 13,4%, respectivamente, según los datos de la Agencia Tributaria. Esta dinámica se ha visto ayudada por la alta inflación que escaló del 3,1% de 2021 al 8,4% de 2022.
«Los resultados muestran que la factura fiscal total de IVA aumentó en media en 2022 en 263,6 euros, de los cuales 138,2 (el 52,4%) son atribuibles directamente a la inflación. En términos acumulados para 2021 y 2022, el aumento de la carga fiscal debida exclusivamente a la inflación fue de media de 297 euros por hogar», concluye Romero.